Graciela María Amelio, la cuentabuela con voz de ángel

                                  

Ella forma parte del grupo “Cuentabuelas” de San Martín. Ella eligió contar cuentos, pero no cualquier cuento, sino cuentos infantiles. Ama los niños y siente que de esa manera  la brecha de edades es menor y hay mucha más cercanía. Tiene apenas 65 años, abuela joven , pero vital. Narra dulcemente, como si una voz de ángel susurrara al oído de los chicos.

Estuvo presente contando cuentos en la Feria de Autores de la Biblioteca Ciudad Jardín, el pasado sábado 7 de abril, invitada por María Fernanda Macimiani, coordinadora del taller literario para chicos.

“Me encantó el programa que ofrecían en el Festival y me decidí a ir”.

Ella les cuenta historias a sus nietos cuando se quedan en su casa a dormir.

“Me gusta mucho interactuar con los chicos, los más chicos, y en este programa de la Municipalidad de San Martín, vamos a escuelas públicas donde los chicos no tienen tantas posibilidades de comprar  libros. La devolución de los chicos es hermosa. En Hogares de chicos huérfanos la entrega es total. También participamos en la Feria del libro en La Rural.

                                                      

Hay que saber llegar a los chicos llamando su atención y de esa manera ellos están preparados para escuchar. La coordinadora nos dice que siempre tengamos el libro en la mano para que se  familiaricen con él. Todo se hace con muchas ganas, te llena el alma, ellos te abrazan, te besan, dibujan y participan respondiendo preguntas. Todo depende de quien cuente, cada una tiene su propio estilo”.

Hace dos años hizo un pequeño curso y ahí comenzó todo. Se reúnen los jueves en la Librería Garabombo con la coordinadora, Andrea Felsenthal.( Programa Municipal San Martín Lee)

“Me gusta leer el cuento que me atrapa. Leo unos cuantos y elijo el que más me atrae a mí”.

También leyó en Jardines de infantes en C.A.B.A y es ahí donde se encuentran esas edades distantes en épocas pero no en sentimientos.  Los jardines de infantes se convierten en mágicos escenarios.

¡Gracias, Reflejos de la ciudad por publicar mi nota!

©Silvia Vázquez