viernes, 15 de mayo de 2020

Un nuevo libro nace. “Epitafio de un cóctel” de Ariel -el barman- Guerra



Ariel Guerra es barman, y escritor, ex boxeador también. Muchas profesiones en una sola persona.

Conocí a Ariel por intermedio de un ex alumno. Charlamos mucho cuando él editó su primer libro. Y ahora va por el segundo.

Verborrágico, sonriente, emprendedor, quien se animó nuevamente a apostar a la literatura en estas épocas complicadas.

Aún así, su libro salió a la luz. No tiene fecha cierta de presentación, debido a esta pandemia que nos azota, pero seguramente tendrá el éxito que merece.

Lo he leído completo ya que tuvo la deferencia de enviármelo. Seguramente compartiré la presentación pendiente que no creo tarde demasiado.

La lectura es ágil, sugiero hacerla en orden, pero siempre hay algo por descubrir en cada historia. Interesantes situaciones. Mientras tanto hablo con él y averiguo algunas cosas:

Ariel  ¿Cómo surge el título de tu segunda obra?

El nombre de la obra surge en el taller literario en el que participo, por sugerencia de la tallerista Yamila Begne, ya que el cuento central se llama Epitafio de un Cóctel y a medida que avanzaba la construcción del libro y al hacer una investigación sobre el significado y aparición de los epitafios más antiguos, fui descartando el listado de posibles títulos y me quede con este, buscando desprenderme, en la escritura del personaje del barman, instalado en mi primer libro Cuentos de la Barra. Ya que un Epitafio es el resumen final de una vida.

¿Quién es Ariel Guerra? Definite

Ariel Guerra es un hombre común, que busca evolucionar día a día, aventurero de mil situaciones con un arraigo muy fuerte por mi familia por mi trabajo y por mi patria.
Padre de tres hijos tan bellos como la vida misma.

¿Cómo decidiste publicar en estas circunstancias tan particulares?

La decisión de publicar en esta circunstancia se fue dando, había un contrato firmado, y la editorial siguió con los pasos pautados y pensé que tengo que ser un hombre agradecido de tener proyectos seguirlos y concretarlos. Sin especular con la parte económica lo lance y los resultados son fabulosos en todo sentido, ya que creo que ser leído y criticado es algo maravilloso.
¿Qué mensaje querés difundir mediante tu libro?

No sé si quiero dar algún mensaje o mejor dicho no creo que mi libro de un mensaje, lo que sí creo o deseo es transmitir el sentimiento mío al escribir, y cuando tengo el privilegio de que eso pase es un algo muy hermoso difícil de describir.

¿Cuál es el cuento que preferís y por qué?

Esta es la pregunta más difícil de responder porque realmente prefiero a todos mis cuentos los que están publicados los que no y los que están en proceso. Pero hablando de este libro en particular prefiero el primero {Conmigo mismo} Porque es el encuentro de un tipo que cree que lo sabe todo que es imprescindible, y al encontrarse con el mismo se da cuenta de la verdad.

¿Qué te aporta la escritura?

La escritura me aporta un aprendizaje, constante, tenaz diría yo, porque todo lo que se le ocurre a uno es producto de la inspiración eso está claro, pero a esa inspiración hay que alimentarla con investigación y ese aprendizaje es infinito y queda para siempre.

¿Dónde tenés pensado hacer la presentación?

La primera presentación iba a ser este año en la feria del libro de Bs As, y si sigue en pie la propuesta y si se dan las circunstancias el año que viene será ahí, en La Feria del Libro de Bs As.

Sé que comenzaste este año a cursar una carrera universitaria . ¿Tenés en mente escribir algo relacionado con eso?

Si es verdad este año comencé la carrera de Filosofía, no sé si ahora en estos inicios universitarios me atrevo a pensar en escribir algo al respecto, pero si pienso en transitar la formación académica y con el pasar de los años si surge algo lo encararé sin miedos.

Preferís el e-book o el libro en papel?

Y… prefiero el papel, uno se crio así, el hecho de ir a una librería, una feria barrial o llegar a la casa de alguien y ver una biblioteca llena de libros, tiene una mística única, pero también hay que adecuarse a la nueva era donde el E-Book va dando nuevas y grandes oportunidades. Y más en estos tiempos tan extraños para los nosotros.

Contame dónde se puede conseguir el libro

Epitafio de un Céctel se consigue a través de la página de Autores de Argentina, o más simple: lo buscas en Google. Escribís Epitafio de un Coctel, te aparecen las opciones y te lleva a las principales páginas digitales.

AMAZON
APPLE BOOKS
GOOGLE BOOKS
BAJALIBROS

©Silvia Vázquez

Compartimos con ustedes el primero de los cuentos:

Conmigo mismo

La luna está cada vez más grande, parece que tiene un imán que me lleva junto a ella, no dejo de mirarla, su brillo es majestuoso, su luz penetra en mi pecho dándome energíaspara seguir caminando hacia la cumbre del cerro.

—¿Cómo no hice esto antes? ¿Por qué esperé tanto? Acá nada se detiene, nadie corre, nadie me atropella. La naturaleza marca los tiempos. Solo siento la calma del viento y veo la bruma que trae una brisa tenue y delicada, nunca pensé sentir de esta manera tan absoluta. Ya no me interesa encontrar respuestas a mis preguntas. Me doy cuenta de que la calma viene cuando no las hago.

El sonido de la respiración y mi sombra son mis compañeros en esta subida. El guía me marcó el camino. ¿Dios me da la fortaleza? ¿Existirá él? ¿Existirá el verdadero amor?
Pero si yo no pienso así.

Solo siento que el ansia por encontrarme es el motor que empuja en este día.

Mi amigo Alberto dijo que encontrarse con uno mismo y saber convivir con ello era como estar en el paraíso, ¿será este el paraíso?

La luna se perdió detrás de la bruma, el horizonte y la pradera se tiñeron de naranja, hasta que no llegue no regreso a la cabaña. No necesito nada más que seguir en este majestuoso paisaje, faltan 100 pasos y estoy en la cumbre, las nubes empezaron a rodearme, mis pies, mis manos, mi cuerpo entero se pierden en ellas. En la cima todo se ve diferente, me habían dicho.
Y es verdad, me doy cuenta de que soy tan pequeño en este mundo. El sol empieza a brillar y sus rayos me dan un baño de humildad tan grande que quiero llorar, ¿por qué me resisto?
Estoy solo, nadie va a ver.Me arrodillo, beso la roca y mi cara estalla en un llanto profundo emocionado. No tengo a nadie para abrazar, solo a las nubes que se desvanecen en mí. No puedo parar, ya no me niego.

Mi amigo Alberto tiene razón, tengo que sacarme todo de adentro, aunque no sepa qué.
Después de unos largos minutos seco mis lágrimas, respiro profundo y me quedo sentado sin pensar en nada, mirando el horizonte.

Por un momento creo verlo a él; con sus brazos abiertos y cara bondadosa Pero mis ojos irritados por el llanto, el viento que venía a mi cara y el baile de las nubes me hacen dudar, pero no dudo más y entrego mi ser. Instantáneamente vuelvo a sentir amor y no me duele.
Por un par de horas me quedo ahí, en las rocas, con la sensación de alivio más hermosa de mi vida. No quiero irme, pero el cambio de viento y las nubes negras avisan de la tormenta.
Bajo tranquilo a mitad de camino, me cruzo con un baqueano que dice que en dos horas la tormenta es inminente,que mañana llega la nieve y advierte que esté bien preparado de provisiones porque por un par de días no iba a poder salir. Preguntó si necesitaba ayuda, dije que no, le agradecí y nos despedimos. Entonces mientras seguía bajando repasé lo que había llevado a la cabaña; mecha y querosene para la lámpara, media tonelada de leña, de provisiones lo esencial: harina, café, sal, huevos, verduras, quesos, embutidos, carne en lata, miel, tabaco, dos cuadernos en blanco, lápiz, y un ajedrez para poder hacerme frente de una vez y encontrarme. A eso había ido y estaba dispuesto a lograrlo.

A pesar de haber estado casi todo un día subiendo la montaña, no estaba cansado. La energía que había recibido era tan poderosa que cuando llegué prendí la chimenea, acomodé los troncos dentro de la cocina de hierro. Tenía que alimentarme, así que amasé, este primer día en la cabaña se merecía oler a pan recién horneado untado con miel pura y acompañado de un café bien caliente. Mientras la masa levaba me duché, puse mi mente en blanco y pensé cuántas veces estuve solo en mi vida: llegué a la conclusión de que nunca, siempre hay alguien conmigo Siempre criando. Siempre metiéndome sin que nadie pida ayuda, a veces sosteniendo hasta lo insostenible.
Será por eso que Alberto me mando acá. «Para aprender a estar con alguien tenés que aprender a estar con vos mismo», dijo siempre.

Después de hornear el pan y sentir su tibieza en mis manos y en mi estómago, dormí profundo.
Cuando desperté la nieve se había adueñado del paisaje, eché leña a la fogata, calenté el café y pensé en mi madre, en papá, mis hermanas, mis hijos, mis exmujeres y también en ella, a la que conocí en el viaje. Prendí el cigarrillo, armé el ajedrez: puse las blancas del lado de la ventana y las negras mirando nevar y aposté conmigo mismo que ganase quien ganase no iba a renegar más. Solo iba a dejar que las cosas sucedan. El ruido de las chispas y el humo del tabaco invadieron el ambiente e hice mi primera jugada; peón cuatro rey.


@Ariel Guerra

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