viernes, 19 de febrero de 2021

La educación y el instante de inventar - por Susana Grimberg


“Más de lo que el ternero quiere mamar, desea la vaca amamantarlo: así el maestro quiere enseñar, más de lo que el alumno quiere aprender”. Talmud.




Para el escritor norteamericano Steven Johnson, referente en materia de innovación, no siempre la necesidad es la madre de las invenciones (La Nación. 16 de enero de 2017).
Si pensamos en que una de las consecuencias de la cuarentena prolongada fueron las aulas vacías, además de la incertidumbre, la decadencia económica y otras cuestiones, las aulas vacías conducen a pensar en la manera de volver a abrirlas para llenarlas de las voces de chicos, las de los maestros y la de los sonidos de la imaginación.

Justamente en estos días, leí una entrevista al escritor estadounidense Steven Johnson en la que él sugiere que algunas ideas que cambiaron el mundo surgieron jugando además de que no siempre la necesidad, es la madre de las invenciones.

El escritor empezó su nota comentando que hace aproximadamente 43 000 años, un joven oso de las cavernas murió en las colinas de una montaña situada en la actual Eslovenia. También que millones de años más tarde, un mamut murió en el sur de Alemania y que, aunque poco se supo de ellos, se sabe que, después de su muerte, un hueso de cada uno de sus esqueletos bien pudo ser fue trasformado en una flauta, gracias a la mano del hombre .

Comentó también que si el sujeto humano, 40 mil años atrás hubiera sido un cavernícola, y dominó el fuego, construyó herramientas simples para cazar y aprendió cómo elaborar prendas de pieles de animales para mantenerse caliente en el invierno, ¿qué elegiría para inventar después? Aunque parezca absurdo una flauta, una herramienta que crea vibraciones en moléculas de aire.

Esos inventos lúdicos, aparentemente frívolos provocaron transformaciones trascendentales en la ciencia, en la política y la sociedad.

También, Johnson tomó como ejemplo el caso de las computadoras programables aclarando que descienden de la tecnología militar, ya que muchas de las primeras fueron diseñadas específicamente para descifrar códigos en tiempo de guerra o calcular trayectorias de cohetes.
Sin embargo, los orígenes de la computadora moderna son mucho más lúdicos, incluso más musicales de lo que se podría imaginar, afirmó.

"Hazte esta pregunta, ¿qué hizo realmente posible la computadora moderna?
Sí, la participación militar es una parte importante de la historia, pero la invención de las computadoras también requirió otros componentes: cajas de música, robots que tocaban flauta, teclados para clavicordio, modelos de colores en telas tejidas.
Hubo una larga lista de ideas y tecnologías que aspiran a cambiar mundo muchas de las cuales surgieron jugando: museos públicos, teoría de la probabilidad, el negocio de seguros y muchas más.
La necesidad no siempre es la madre de las invenciones.

Como el estado de ánimo lúdico es fundamentalmente exploratorio, hace que ciertos experimentos o búsquedas sean gracias a lo que se empezó por un simple deleite y por diversión motivos que condujeron a grandes y profundos avances.

Steven Johnson, dijo, también que si hubiera estado sentado allí en 1750 tratando de averiguar los grandes cambios que vienen a la sociedad en los siglos XIX y XX -máquinas automáticas, computadoras, inteligencia artificial-, una flauta programable para entretener a la élite parisina habría sido un indicio poderoso.

Pareciera que se trata de una diversión inútil pero que resultó ser el comienzo de una revolución de tecnología que iba a cambiar el mundo.

Sin ir muy lejos, la carrera espacial abrió las puertas a nuevos descubrimientos como la resonancia magnética o el diagnóstico por imágenes, el Monitoreo cardíaco, el Código de barras, el Termómetro digital sin mercurio, los pañales desechables, el Sistema de ahorro de energía utilizado en refrigeradores, el Laser, utilizado tanto en la Medicina como en la Industria, el Velcro, el celular para comunicarse con los astronautas y muchas cosas más.

Kierkegard habló del instante de crear, Se trata del tiempo justo del descubrimiento de un saber, escribió, Gerard Pommier en Freud ¿Apolítico? Una decisión que no se toma y significa el momento en el que el sujeto aprehende de su saber Inconsciente. Se trata de un saber sobre el saber que no se sabe. El inventor es en ese momento su propio amo. El que inventa la pólvora se regocija aunque sea de dominio público. El inventor no le debe nada al grupo porque la invención hace al sujeto mismo.

Educar, gobernar, psicoanalizar

Pese a que Freud dijo que psicoanalizar, educar y gobernar dan cuenta de lo imposible para las tres tareas, considero esencial hacer posible lo imposible a través de una escuela que contemple tanto la presencia de los alumnos como la educación a distancia. Entiendo que el miedo causado por el Covid 19, conduce a retroceder en las cuestiones referidas a la enseñanza y que hoy están muy subestimadas, por ello, perderle el mido al miedo, va a ser un paso urgente a dar.
Muchos hablan de cumplir con el o los protocolos pero es una a una palabra poco convincente para la mayoría de las persona que suelen asociarla a las conductas establecidas tanto para los monarcas como para los plebeyos .

Según el Diccionario de la lengua española, RAE. Proviene del lat. tardío protocollum: primera hoja de un documento con los datos de su autentificación o serie ordenada de escrituras que un notario o escribano autoriza y custodia con ciertas formalidades. También, aquella disciplina que con creatividad y realismo determina las estructuras bajo las cuales se desarrolla una actividad humana.
En definitiva, podemos definir al protocolo como: “El conjunto de normas y disposiciones legales vigentes que, junto a los usos, costumbres y tradiciones de los pueblos, rige la celebración de los actos oficiales y, en otros muchos casos, la celebración de actos de carácter privado que toman como referencia todas estas disposiciones, usos, tradiciones y costumbres”.
Respetar el protocolo: el uso de barbijos o tapabocas, el lavado intenso de las manos y mantener la distancia social, son esenciales tanto para los niños y adolescentes que deberán cumplirlo venciendo cualquier resistencia. En los niños puede ser un juego. En los adolescentes, no tanto sobre todo por las ansias de estar con otros, propias de los adolescentes.

Como dije al comienzo, si se lo transmite como un juego, es posible que hasta se descubran nuevas vivencias y, también, nuevos inventos gracias al tiempo para pensar, imaginar e, incluso equivocarse como sucedió con el descubrimiento de la penicilina.

Quiero concluir con esta frase del Talmud:

“Debes comenzar la lección con una broma, deja que los estudiantes se rían un poco. Luego sigue adelante seriamente”.

Con este pensamiento de Albert Einstein:

“El verdadero signo de la inteligencia no es el conocimiento, sino la imaginación”.

Y esta reflexión de Sigmund Freud:

“La civilización comenzó el primer momento en que un hombre cabreado lanzó una palabra en lugar de una roca”.

©Susana Grimberg. Psicoanalista, escritora, ensayista y columnista
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