Theodoro en una de sus frecuentes Lecturas de Alcalá de Henares, España |
Theodoro nació en Chile, es poeta, ensayista, narrador, artista visual, fotógrafo
antropologista y expedicionario. Es licenciado en estética con estudios en Diseño, fotografía,
cine e historia del arte. Asistió a talleres de Nicanor Parra, quien más tarde sería su amigo.
Es creador de la Fundación IberoAmericana, donde rescata obras de
autores hispanohablantes.
Infinidad de trabajos y exposiciones de arte, muchísima obra escrita, hacen de este autor
uno de los más reconocidos. Ha obtenido reconocimientos como el “Premio Mihai
Eminescu”, “Premio Poetas de otros Mundos”, “Premio Rubén Darío” y “Premio MEC en la
advocación del Caballero Andante”, otorgado por el Círculo Imágenes & palabras, en
el año 2022 en Buenos Aires. El pintor japonés Roberto Hayashi realizó más de 70 obras
inspiradas en los haiku creados por Elssaca en su libro Celebración del instante, 365+1
Haiku, publicado por Ediciones UC.
Es autor de alrededor de 20 obras, algunas bastante voluminosas y traducidas al inglés,
francés, italiano, alemán, japonés, árabe, rumano, croata, portugués y chino mandarín. Su
curriculum es tan extenso que sería imposible transcribirlo en esta entrevista. Su creación
multifacética se hace inabarcable. Algunos de los autores reconocidos que escribieron
sus prólogos son: Ángel Guinda, Gonzalo Rojas, Antonio Skármeta y Rafael Alberti,
presentando a Elssaca en el Círculo de Bellas Artes de Madrid, junto a Roberto Matta en
1987.
Pocas veces fue tan completa la respuesta del entrevistado. Realmente considero que el
tiempo de espera (ya que el autor está muchas veces de viaje o con entregas) vale la pena,
y además tiene una riqueza de información y conocimientos que son compatibles con la
charla que se puede tener mano a mano con él. Lo he comprobado y agradezco la
deferencia de darnos esta oportunidad de que en Argentina lo conozcan. Tengo en mis
manos su libro Tribu de la palabra, que me dedicó mediante un caligrama, al estilo de
Apollinaire o Huidobro, en el marco del Primer Encuentro de Escritores “Voces de América”,
en el Ateneo de Montevideo en septiembre, donde también conocí a Samia, su
compañera de vida que siempre lo acompaña.
Los dejo para que disfruten este encuentro y diálogo:
¿Quiénes son tus escritores favoritos?
Te puedo decir que son varios, desde los españoles como: Miguel Hernández, los
hermanos Machado, Dámaso Alonso, Lorca, Alberti, Rosa Chacel, Gerardo Diego, Luis
Rosales. De nuestra Latinoamérica, Borges, Mistral, Huidobro, Neruda, Pablo de
Rokha, Barquero, Gonzalo Rojas, Jorge Teillier, Cardenal, José Emilio Pacheco,
Octavio Paz. Varios del mundo anglo, Poe, T.S. Eliot (Four quartets), Ezra Pound (su
arte de la poesía), Whitman, en fin, esimposible elegir a uno, porque son lecturas tan
fruitivas, que se vanhaciendo complementarias, ya no puedo separarlas, son
diferentes, todas cantan sus visiones, su verdad.
¿Tus obras literarias favoritas? ¿Por qué?
Irene Vallejo es recibida en Chile por el rector de la Universidad Católica, Dr. Ignacio Sánchez y su amigo poeta Theodoro Elssaca (Archivo Fundación IberoAmericana, 7 de noviembre 2023) |
Son muchas las obras favoritas, depende de cada época, experiencia de vida y de
lectura.
Desde la infancia leí obras de Nicolás Gogol, Jules Verne, Charles Dickens, Ruyard
Kipling, porque me hicieron soñar con los viajes por el mundo.
Después pasé por los clásicos desde Homero y Hesíodo a los grecolatinos, de Virgilio
a Horacio. Dante y Petrarca, hasta lo nuclear del romanticismo alemán, con autores
tan fascinantes como Novalis y su cosmovisión conocida como “idealismo mágico”.
Actualmente he estado leyendo al coreano Byung-Chul Han y a la española Irene
Vallejo, en su obra “El infinito en un junco”, con la que tuve la oportunidad de
compartir y conversar recientemente.
También leo a los jóvenes poetas y cuando puedo me reúno con ellos. Leo poesía,
ensayo, narrativa, soy ávido lector.
¿Qué poema de otro autor te ha gustado mucho?
“Ítaca”, de Constantino Kavafis:
Cuando salgas de viaje para Ítaca / desea que el camino sea largo /
colmado de aventuras…
¿Qué género de lectura preferís?
Prefiero la poesía por la capacidad de síntesis.
Para mí representa el desafío permanente por decir más con menos.
Leopoldo Marechal solía recordar que, para Aristóteles, todos los géneros de la
literatura intentan converger hacia la poesía. William Faulkner confesaba “soy un
poeta malogrado.
Quizá todo novelista quiere escribir primero poesía, y descubre que no puede…
y al fracasar, solo entonces se dedica a escribir novelas”. También leo bastante
ensayo y narrativa.
Si pudieras sentarte a tomar un café con algún escritor, contemporáneo o no, ¿quién sería y de qué hablarían?
Theodoro Elssaca, Trinidad Ruíz Marcellán, Ángel Guinda y Pedro Valdivia
durante la ceremonia en la que otorgaron el primer Premio
Poeta de Otros Mundos, a Elssaca-España 2014
Octavio Paz, hablaríamos del alma de la América profunda. También quisiera compartir
el café con Borges, hablar de la figura simbólica del tigre, y de la primera letra del
alfabeto árabe que nombra su relato más célebre: “El Aleph”.
Añoro volver a encontrarme con amigos poetas tan entrañables como:
Gonzalo Rojas y Ángel Guinda, uno siempre siente que han quedado muchos cafés
pendientes.
¿Cuál es tu experiencia con el bloqueo del escritor?
RETRATO EN ESPAÑA REALIZADO POR LA AFAMADA ARTISTA
COLUMNA VILLARROYA
Creo que he tenido bloqueos literarios graves, de varios años, en un par de periodos
de mi vida. Fueron dos momentos marcados por el dolor. En esos tiempos me salvó el
refugio creativo de la escritura breve (el Haiku), y las artes visuales, la fotografía como
invocación a la aventura del viaje y la libertad expresiva de la pintura.
Desde que retomé la escritura ya nunca más he parado. Siempre estoy trabajando
próximo a una nueva entrega: poesía, ensayo, narrativa y más de algún prólogo con
análisis crítico.
¿Qué libro estás leyendo en la actualidad?
Vengo recién aterrizando luego del largo viaje a Uruguay donde tuve la valiosa
oportunidad de reencontrarme con autores y obras de: Carmen Molinas Bonilla (Las
muescas de los días). Myriam Bianchi (Arabescos Marinos). Ida Vitale (Tiempo sin
claves). Pablo Eguren Casal (La ciudad del miedo). Jorge Arbeleche (Parecido a la
noche), Premio Nacional 1999 a quien conocí en España y tuvimos
largas conversaciones sobre autores, libros y la enigmática figura arqueológica de La
Dama de Elche.
Del laureado poeta español Antonio Daganzo, estoy releyendo Juventud todavía, que
obtuvo el Premio de la Crítica de Madrid. También leo un conjunto de ensayos sobre:
América Latina: Palabra, Literatura y Cultura.
¿Tuviste alguna crítica negativa de tu nuevo libro?
Afortunadamente mi nuevo libro Tribu de la palabra (Ediciones IberoAmericana), ha
tenido muy buena crítica. Es un reconocimiento y ofrenda a los otros autores, de
todos los tiempos y lugares, que señalan el camino.
Lo he presentado en catorce lugares de Chile, universidades, etc., y
luego en Casa de América de Madrid y en el Instituto Cervantes de
París en una gira durante abril y mayo de este año.
¿Qué parte de su proceso de escritura es la más difícil?
El cierre de una obra. Uno va viviendo ese proceso creativo que pareciera tener cada
vez más intensidad, pero nunca sabes cómo culminará esa escritura. Y si crees que lo
sabes, vaya, es una trampa, la escritura es un ser viviente, va cambiando, mejorando,
evolucionando a medida que se construye su contenido.
Especialmente los poemas son seres vivientes, orgánicos, si vuelves sobre ellos,
quieres cambiar algo.
Es necesario dejar que el poema escancie, como el buen vino, eso me lo enseñó
Rafael Alberti a mediados de los años ochenta, en Madrid.
¿Cuándo empezaste a escribir?
Creo que antes de empezar a respirar. Lo digo en mi Ars Poética (publicada por
Vitruvio, en Madrid, 2013), que te comparto, aquí está inédita y siempre ha circulado
más bien por España:
Ars Poética
Antes de ser parido, ya era poesía.
Escuché sonetos de piano que se fundían con el compás de espera
del rojo timbal inquieto y presuroso del corazón de mi madre, joven
concertista que de súbito atravesó al otro lado del espejo, sin retorno. Iluminada y
premonitoria me dejó sus canciones. Magistral, interpretaba un
cosmos de sonidos desatando con ellos mis primeros versos. Sensaciones que
se fueron configurando, desde ese cálido refugio interior. En ese recóndito
espacio percibí los vestigios olvidados de las primeras huellas y los
orígenes secretos de la palabra, su música y la danza primal que me impulsaban desde
el alfa al omega.
Yo, antes de nacer, ya era poesía.
Sobresaltado me inundó la inhalación.
Caminando después, encontré todo lo que necesitaba, hundiendo
mis manos en la tierra, cobijo de la existencia. Pude ver a los gusanos que la
aireaban, y que tal vez ya sabían el día de mi muerte. El momento en que se
devorarían mi lengua y mis ojos. Estaban el Eros y el Thanatos unidos desde el
comienzo, en un amasijo donde más que gusanos y piedras, me interesaron las
semillas.
Las pude oír en su despliegue cotiledóneo, entregando en su
perfume, sus flores y sus frutos.
La esencialidad de esos elementos fueron las primeras
herramientas. En el agua estaba el cielo. Todos los lagos, pupilas del mundo, con sus
ríos que van a ser océanos eran el azul, reflejando en lontananza el universo
enigmático habitado por las deidades, ocultas en ese infinito ultramar.
Entonces proclamé la vida, como una celebración del aire. El viento
en sus ráfagas elevando el vuelo del cóndor andino, inconmensurable
señorío cordillerano. El ojo avizor oteando desde las recónditas atalayas.
Las lenguas del fuego despertaron todos mis asombros.
Era la ancestralidad del rito. La purificación milenaria en torno a la
ardiente flama palpitante. Desde el principio los pueblos se unieron en el
círculo convocante de los fulgores volcánicos, y sus ígneas iluminaciones
solares.
Los fuegos han sido los testigos más antiguos de las primeras
palabras. Desde la fundación del mito, los prehistóricos ruidos animalescos y
guturales que fueron siendo voces y relato, hasta germinar la más depurada y
clarividente poesía.
El creciente misterio de esos mundos me llevó a contemplar a las
errantes palabras, como una manera de plasmar con su inicial rudeza, la
experiencia subyugante de ser. Fui primero observando la piel de las palabras,
rugosas o tersas. Las había monocromáticas o con matices acrisolados. Unas
seráficas, áureas y otras más pétreas eran roncas voces telúricas.
Las palabras en la poesía me llevaron en su elixir a construir el
carácter y un pensamiento personal y único. Más allá de la metafísica insomne,
estaba el sello de la huella digital. Una senda tan sui generis, que tal vez me
ayudó a encontrarme a mí mismo, en el maremagnum de todas las voces
que pueblan las escrituras y sus metáforas.
En la madurez de mi poesía, ya no contemplé tanto la piel de las
palabras, sino que inicié un sagrado periplo al interior de cada una, para saber
de ellas, para otear sus pensamientos, advertir sus gestos o ademanes y
celebrarlas hasta besar su alma.
Esas sutiles palabras se adentraron en mi sangre y fueron siendo
células, cartílago y hueso. Me desborda la pasión sin pausa del Ars Poética
de las palabras, formadas por apenas algo más de dos docenas de signos
iguales para odiar, o para amar... ¡Aaah! Las palabras.
¿Qué elementos de la escritura son los más importantes para vos?
Influyen elementos como el ritmo, cierta métrica que en mi caso es
más bien intuitiva, la sonoridad de las palabras, las sensaciones,
imágenes, sonidos, colores, aromas, simbolismos, todo ello va
construyendo para encontrar la palabra precisa, lo implícito y lo
explícito, su coherencia y mensaje.
Te respondo además con mi poema:
https://youtu.be/smTdyMbbvVY?si=YBx_FwsqiZeT7oeC
Geometría de las Palabras
Hago malabares con el lenguaje
lanzo al aire lo genuino matérico
de la escritura, busco sus facetas
los prismas que cortan cada rasgo.
Para mí las palabras son tridimensionales.
Unas más cúbicas, pentagonales
poliédricas o tangentes y redondas
que en su movimiento se tornan
esféricas, y danzan entre pirámides
construidas con letras o sonidos
de palabras iridiscentes. Veo en el aire
sus palmarios movimientos áureos.
Se armonizan y forman conjuntos
o colisionan semejantes a meteoritos.
En su vulnerabilidad o riqueza
pulsan con fuerza sus códigos.
Conjuro de la palabra poética.
Crean diagonales y tangentes
construyen la geometría semántica
de nuestros delirios y pensamientos.
Se elevan como torres de marfil.
Desde sus miradores auscultan
cada idea nuestra, enarbolada
con sus significantes enmascarados.
Subrepticias nos demuestran que somos
lo que pensamos:
palabras.
Theodoro Elssaca
publicado por Ediciones Vitruvio
en 2013, Copyright, Madrid-España
¿Por qué decidiste ser escritor y luego editar tu libro?
Nicanor Parra y Theodoro Elssaca, una larga amistad en torno a la literatura y Shakespeare,
que se extendió hasta los 103 años del antipoeta
Es algo visceral.
A través de la escritura se puede compartir la experiencia, el sentir y los
conocimientos. La edición y publicación de mis libros ha significado construir o
fortalecer los necesarios puentes con el otro.
Por ello he planteado la idea de la Tribu de la palabra.
En esa misma línea humanista, enarbolo el Manifiesto de la Barca del NosOtros, junto
al amigo filósofo Ricardo Espinoza Lolas (residente en Italia) y la poeta de Barcelona,
Anna Bou.
Hay laberinto en mis inicios, resumo: primero estudié ingeniería (entré con diecisiete
años), porque amaba a Da Vinci, entonces iba dirigido a ingeniería civil, y mi profesor
de química me comentó que le sorprendía ver que entre las fórmulas del cinabrio o el
wolframio, entre las trigonometrías, la cifra del peso atómico, las derivadas
e integrales, yo incrustaba unos versos o pensamientos. Entonces, me llamó a su
despacho para conversar y luego me dijo: un profesor de física de la Universidad de
Chile dará un Taller de Literatura, ese profesor era Nicanor Parra. Fue tal el impacto de
incursionar en Carlos Pezoa Véliz (declarado por Neruda como el mejor poeta
de Chile), en César Vallejo, Ferlinghetti o el sabio monje cisterciense Thomas Merton,
que tiempo después me cambié de universidad y carrera.
¿Las redes sociales juegan un papel importante como autor?
Bueno, primero quiero explicar que desde hace años están cerrando las librerías, las
editoriales, incluso aquí en Chile recién cerró definitivamente la gigantesca imprenta
con la que se publicaban los libros de varias universidades y sellos editoriales.
En ese panorama tan complejo, adverso para el libro físico, las redes han servido para
comunicar, para difundir, cautivar y convocar.
Mis libros ya están en sus versiones digitales y también en formatos audiovisuales en
Apple Music, Tidal y en Spotify, con mi disco Árbol de las palabras.
A través de las redes me encuentro con nuevos lectores de todas las edades y de
lugares insospechados, eso me causa una gran satisfacción.
En relación con tu pregunta, te comparto mi poema “Círculo Polar” o “Polar Circle”,
seleccionado por un jurado internacional que es parte del proyecto The Polaris Trilogy
(disponible en Amazon y otras plataformas) para ser enviado por la NASA en una
cápsula a la Luna.
Este proyecto está inspirado en el realizado por Carl Sagan, en 1972, con la sonda
Pioneer y los miles de “discos dorados”, que buscan poner en relieve el arte y la
creación humana, lanzada al espacio sideral.
Círculo Polar
https://youtu.be/jJQilhGXHxw?si=VIbJ8AZFC9b9tz-A
¿Cuál es tu experiencia con la publicación de tu libro?
Cada publicación ha sido una experiencia muy enriquecedora, en todos los sentidos, pulsión
que me ha llevado a encuentros y diálogos por varios países.
Valoro muchísimo la amistad y el encuentro con el otro.
¿Por último, qué sugerencia le darías a alguien que quiere comenzar a
escribir un libro?
Formación. La formación, el estudio, la lectura y el conocimiento son
fundamentales.
Debe tener conexión con el sentir y sentido de comunicar.
Leer y releer lo escrito es parte de un largo proceso de pulimento, de mejora y
perfección poética (casos claros serían ejemplos como los de Mistral o Juan Ramón
Jiménez, ambos Premio Nobel).
Pero poco o nada sirven si no está la imaginación y la experiencia de la vida misma.
¿Algún agradecimiento especial?
ANTONIO SKÁRMETA Y THEODORO ELSSACA |
Sí, a todos los autores del mundo que nos han precedido y a todos los vivos por su
entrega en la senda creativa y fraterna que nos une.
Pienso en Antonio Skármeta, que nos dejó esta mañana. Hoy me atraviesa el dolor de
su partida mezclado con el recuerdo inefable de la sonrisa permanente en aquellas
caminatas bajo la nieve en Berlín, hace cuarenta años. Era la época del Muro de Berlín
en la ciudad alemana del arte y los artistas.
Cuando me otorgaron el “Premio Mihai Eminescu”, en Rumanía, fue Skármeta quien
se hizo presente para hacer el prólogo de mi libro de 30 narraciones, publicado por
Verbum en Madrid, 2014. Antonio comenzó ese virtuoso texto escribiendo: “Estos
cuentos de Elssaca hacían falta. tienen el perfume instantáneo del relato…”.
Entrañable amigo en las letras, nos veremos en la otra caminata.
Algo que quieras agregar
Mi mensaje es la urgente necesidad de trabajar para crear un mundo mejor, la ecología
y la paz están unidas. Hoy surge como un imperativo defender a los niños del mundo.
Mientras escribo estas líneas están bombardeando los hospitales, escuelas,
universidades, bibliotecas, museos con los milenarios tesoros culturales que nos
pertenecen. Es un retroceso brutal, un exterminio sistemático, una involución para
toda la humanidad que hoy se asoma y pende al borde abismo. No quisiera hablar
de política ni de ideologías, hablo por los niños del mundo, que debemos considerar
como el mayor Tesoro.
Es indispensable levantar la voz de la poesía y las artes contra la indiferencia de las
naciones.
¡Gracias Theodoro!
©Silvia M Vázquez
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