sábado, 4 de abril de 2020

24 DE MARZO – MEMORIA – PANDEMIA




24 de marzo. Día nefasto para nuestro país, para nuestra identidad, para nuestra historia. Un día que es necesario no olvidar, para seguir pidiendo justicia. Pero este 24 de marzo, en este año tan particular, 2020, nos encuentra sumidos en otro tramo de nuestra historia, que no tiene por qué ser mejor ni peor; sólo es diferente. Una pandemia nos mantiene encerrados, a algunos desde hace ocho días, a otros desde hace cuatro, enfrentándonos a la casi firme posibilidad de que este encierro no termine dentro de una semana, sino que se extienda por, al menos, quince días más.

En medio de esta situación –en la que el coronavirus parece tener mucho para ganar la partida en el mundo– nosotros, los argentinos, debemos hoy recordar a los desaparecidos de aquella dictadura militar que nos hundió en el más profundo dolor.
Hoy, la sensación en las calles es de desolación, de angustia, y hasta de temor –para algunos–; miradas furtivas se cruzan en los pasillos silenciosos de los supermercados; desde lejos, una mano enfundada en un guante de látex se agita para saludar en una sonrisa escondida detrás de un barbijo. Eso pasa hoy, 24 de marzo. Muchos no hacen caso de las recomendaciones, y salen de paseo, caminan sin ninguna prisa por las calles, mofándose de todas las prevenciones que la mayoría toma; pero el temor es que esa minoría traiga después, a nuestras casas, el temido virus. Ante este panorama, es necesaria la actuación de las fuerzas de seguridad: policía, ejército, gendarmería… y aquí surge el enfrentamiento: es el mismo ejército que fue partícipe directo de aquellas desapariciones. Memoria. Pero… ¿qué es la memoria? Memoria es la capacidad de recordar; es el conjunto de imágenes, de hechos o situaciones pasados, que quedan en la mente. Entonces, memoria es NO OLVIDAR.

¿Cabe el olvido cuando hay dolor? ¿Cabe el olvido cuando damos vuelta las páginas de la historia y todavía hay manchas de sangre en ella? Seguro que no. Sin embargo, hay quienes piden el “estado de sitio” hoy, para evitar que esa minoría de la que hablábamos antes, propague el virus mortal. Un estado de sitio significa presencia uniformada en las calles. Y los argentinos, que somos viscerales, y que proclamamos nuestra “memoria”, saldremos a aplaudirlos, a agradecerles… con el mismo énfasis con el que antes pedimos “escupir los uniformes”. Porque sí, los argentinos tenemos “memoria”, y “somos viscerales”, pero cuando las papas queman, nos quedamos en casa, y pedimos que sean otros los que nos protejan.

24 de marzo. Día nefasto para la historia argentina. Día que tal vez, sea el punto propicio para comenzar a cambiar. No para “olvidar”, sino para recordar que, en el momento de ser argentinos (y no “argentinos de partido de fútbol”, “argentinos de mundial”, sino ARGENTINOS DE VERDAD), no todos asomamos la nariz a la calle para actuar en defensa de los nuestros; muchos, pero muchos más de los que siquiera es posible pensar, esperamos que “nos defiendan”. Y eso, lo hace un uniforme.

Hoy, 24 de marzo, no olvidemos a nuestros desaparecidos. No olvidemos aquel genocidio. No olvidemos el dolor terrible de torturas, secuestros, muertes, desapariciones. Pero reconozcamos la inmensa tarea que están realizando nuestros uniformados de hoy para protegernos, para defendernos, para cuidar nuestra vida, del mismo modo que lo hacen los médicos y enfermeros. MEMORIA. Pero también AGRADECIMIENTO.

©Nélida Robledo
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