Las palabras son viajeras incansables recorren nuestra vida desde la niñez.
Al leer los padres inculcan el hábito por la lectura a sus hijos, en las familias esta tarea se puede llevar a cabo a través de diferentes modalidades y debemos ser los adultos los primeros en iniciarla.
¿Por qué leer?
Cuando contamos un cuento o una historia guardamos y recreamos nuestro pasado, presente y futuro e introducimos a los niños al mundo de la palabra escrita con amor hacia ellas.
Las Alas de un Libro
Anita bostezó y estiró sus brazos, dejando el libro sobre la almohada, hacía dos años que había aprendido a leer historias y cuentos que su madre le compraba.
Antes eran sus padres quienes le leían antes de dormir...
Su madre entró a darle un beso de las buenas noches y desearle buen descanso...
Otro bostezo y ya estaba dormida...
¡Tan solo unos minutos después el libro la llamó… ¡Anita! ¡Despierta, nos vamos de paseo!
La niña apenas podía creer que su libro tuviera alas grandes y la invitara a subir sobre su lomo.
Batiendo las alas salieron por la ventana, Anita pensó. Espero que mamá no la cierre o no podremos regresar.
¡Volaron por ciudades enormes e iluminadas, pasaron cerca de un árbol dónde vivía una familia de duendes que los saludaron agitando sus gorros!
Luego un río que serpenteaba por la llanura y formaba una ruidosa cascada
con sabor a vainilla!
Desde allí pasaron por un jardín con muchas flores de colores Anita cortó algunas con ricos pétalos de azúcar...
¡Cuando ya amanecía el sol era una llamarada de fuego en el horizonte, la niña despertó abrazando a su libro!
®M T Di Dio
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