viernes, 13 de octubre de 2017

Una entrevista muy particular

Nacho esta estudiando para periodista deportivo. Uno de los trabajos que debía presentar el mes pasado, era una entrevista. Y me sorprendió con esta.
Gracias hijo!

“Cumplir años no significa envejecer, sino adquirir experiencia”.
Silvia Vázquez da su opinión sobre el paso del tiempo y cuenta el porqué de su nuevo libro: Aceptalo, tenés 50. Silvia es una escritora y periodista de San Martín, además de “Aceptalo, tenés 50”, tiene editados tres libros más: “Rocío de palabras”, “Abraxas” y “Contraluces”. El libro fue presentado en el Museo Rosas en mayo de este año.
-¿Quién te impulsó a ser escritora?
Aprendí a leer y a escribir siendo muy chica, ya antes de tener 6 años. Cuando llegué a la escuela secundaria tuve dos profesoras muy buenas que nos hicieron leer muchísimo y no solamente eso, actuar y entender la problemática de lo que se leía, sus circunstancias y momentos. Las llevo siempre en mi recuerdo, porque creo que eso fue lo que me decidió a escribir, primero tímidamente y luego mostrándolo a los demás.
-¿Por qué decidiste publicar libros después de escribir tanto tiempo por hobby?
Escribo desde los 13 años. “Rocío de palabras” fue editado en 2012, y siempre decía que iba a publicar mi primer libro antes de mis 50, así que lo logré, no solamente en una oportunidad sino en tres. Por otro lado, necesitaba que todas esas hojas escritas con sentimiento e historias de vida, fueran conocidas y no quedaran escondidas en un cajoncito solo para mí.
-¿Te lleva mucho tiempo hacer un libro?
El primero sí, más de 30 años, porque fue recopilar y corregir una y mil veces lo que había escrito por mucho tiempo. Los otros ya menos, porque en el segundo caso, eran cuentos, que hasta ese momento no me había animado a escribir. Luego van surgiendo trabajos mezclados, cuentos, poemas, relatos… y ahí es cuando la obra se va armando sola. Este último libro “Aceptalo…” llevó más o menos un año. Los relatos del final, que estaban escritos y no editados, más los comentarios de las personas que aparecen en el texto, sumado a mis opiniones personales.
-¿Por qué elegiste ese título?
No es fácil elegir un título y una tapa. Ese específicamente, lo elegí porque es lo que siento que hay que hacer cuando se llega a esa edad, aceptarlo, sin creer que debemos hacer más de lo que hacemos ni dejar de hacer ciertas cosas, por el qué dirán.
-¿Es un libro solo para mujeres o los hombres también pueden sentirse identificados?
No es un libro solamente para mujeres, de hecho hay expresiones y opiniones tanto femeninas como masculinas. Ambas pueden ser útiles para ver qué piensan del otro lado, y en qué podemos mejorar y dónde uno se ve reflejado. Lo sugeriría para ver si los hombres entienden un poco más a las mujeres y viceversa.
-¿Puede ser útil para que los menores de 50 puedan entender cómo se vive a esa edad?
Creo que sí. Muchos jóvenes piensan que una persona de 50 ya es vieja. Tal vez tengan esa edad su mamá o su papá. Pueden ver que la vida es diferente a la de ellos, pero no deja de disfrutarse. Seguramente les sirva para comprender que así como la juventud tiene etapas diferentes, la mediana edad también. El hecho de que ambos se comprendan, jóvenes y de 50, y que a la vez, puedan convivir con opiniones diferentes, es interesante. Me parece que es buena idea que lo lean también.
-¿Con qué parte del libro te sentís más identificada?
Con la que se habla acerca del peso: a los 50 las mujeres aumentamos de peso (no todas, como digo en el libro, no generalizo) y eso complica en muchos casos. También en que cuando se vacía el nido (los hijos se van yendo de casa), la mujer siente que tiene más tiempo libre, que debe ocupar haciendo cosas que por razones obvias, tenía postergadas.
-¿Qué concepto buscás enfatizar con este libro?
Intentar que la mujer se comprenda a sí misma, que el hombre la comprenda, que ambos entiendan que son diferentes en ciertas cosas, pero que finalmente se complementan. Que cumplir años no significa envejecer, sino adquirir experiencia, ser diferentes, aprender cosas nuevas, vivir desde otra perspectiva distinta con el paso del tiempo. Creo que si tuviera que definirlo en una palabra sería “disfrutar”.
-¿Considerás que es un libro feminista?
Para nada, no hay críticas de un sexo hacia otro, ni hacia ninguna inclinación sexual. Es un libro para entretener pero también para reflexionar. Un manojo de relatos para distraerse y sentirse cómodos.
-¿Combinaste tu profesión de periodista y escritora en este libro?
Sí, por cierto. Cuando le preguntaba a la gente acerca de un tema específico, estaba trabajando de periodista, y cuando lo volcaba al papel, de escritora. Ambas pasiones se combinan y logran una amalgama perfecta.
-¿Te llamaron de alguna revista femenina para hablar del libro?
Aún no. Sí me han llamado de algunos programas de radio y fui entrevistada en medios gráficos, pero no específicamente femeninos.
-¿Pensás escribir una novela?
Estoy en eso. Soy muy ansiosa y me cuesta alargar las narraciones, pero creo que pronto me va a aparecer la mágica lucecita de la inspiración y cerraré algunos capítulos. Quiero que salga bien, y en lo posible que sea amena la lectura. Para eso necesito más tiempo. Pero lo estoy intentando.
-¿Tenés algún referente o ídolo?
Como leía mucho más antes que ahora, puedo decir que admiré y admiro a escritores conocidos como Borges, Saint-Exupery, Mauro de Vasconcelos, Neruda, Becquer, Alcott, Lorca y los que formaron parte de esa adolescencia lectora. No son ídolos pero sí me hicieron pensar y tal vez los tomé como modelos. Más cercanos he leído a autores como Carver, Poe, García Márquez, Allende, y todo lo que llegue a mis manos. Me regalan muchos libros y trato de leerlos todos. Hay muchos autores locales muy buenos.
-¿Qué autores son tus preferidos a la hora de la lectura personal?
Prefiero los poemas de autores conocidos (aunque últimamente no estoy leyendo mucha poesía) y aquellos que me hagan sentir algo cuando abro las primeras páginas del libro. Si cuando leo la décima página no me atrapa, lo dejo y lo leo otro día. Si vuelve a suceder, lo guardo.
-¿Cuál es el rol social de un escritor en la actualidad?
La tarea de un escritor es reflejar la vida. Para ser otros o para entender que a todos nos puede pasar lo que el escritor escribe, que todos podemos vivir esas mismas experiencias o similares.
El ideal de todo escritor es convertir su obra en una gran metáfora. Hay escritores que lo han logrado. Por otro lado, en alguna época el rol del escritor fue ser la voz de quienes no tenían voz.
Creo que mi rol social es llegar a diferentes tipos de lectores, tanto aquel que tiene altos conocimientos de la literatura como aquel que recién comienza a leer. No soy elitista. Quiero que mis escritos se entiendan, que se comenten y se disfruten, que lleguen a emocionar como a mí cuando los puse en papel. Mi escritura es simple y refleja lo cotidiano, menos en los casos en que la narración es fantástica o gótica donde juega un enorme papel la imaginación. Socialmente creo ser mensajera de emociones, sí, me gusta esa definición.
Ignacio Navas.

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