miércoles, 28 de febrero de 2018

Especial marzo: mes de la mujer.


Juguemos un poco, ¿les parece?

Resultado de imagen para poemas al alimón


Pablo Neruda y Federico García Lorca los llamaron “poemas al alimón” (Palabra que se utiliza en la locución al alimón, que significa ‘a la vez’, ‘conjuntamente’)
.
En este caso, y más allá de la lógica que cada autor famoso le dé al juego y sus análisis psicológicos, vamos a hacerlo simplemente como eso, un juego.

Invitamos a todos a participar, sean o no escritores o poetas.

Yo inicio el juego con una frase, aquí, en forma pública. Cada uno de ustedes  y con algo que tenga relación a esa frase y a las mujeres, me enviará por mail, otra que irá a continuación de esa, y así sucesivamente hasta llegar a un máximo de 50 frases (seguro llegamos a más).

Mujeres serie sombrero - Mongelós.jpg (551×450)
Mujeres serie sombrero - Mongelós



Como nadie sabe qué frase escribe la otra persona,  al final y una vez compaginadas en el orden de recepción de los mails, publicaré el texto para que todos puedan leerlo y disfrutarlo.
Les aseguro que es una ingeniosa manera de escribir .

De entre todas las frases, se seleccionará una y el autor/a recibirá un diploma, via mail, como ganador.

La frase principal es del escritor Gabriel García Márquez:

Era bella, elástica, con una piel tierna del color del pan y los ojos de almendras verdes, y tenía el cabello liso y negro y largo hasta la espalda y un aura de antigüedad que lo mismo podía ser de Indonesia que de los Andes.” (El avión de la bella durmiente).

Escriban una ustedes que sería continuación de ésta a mi mail: smv1109@hotmail.com

El día 8 de marzo publicaré el texto completo y diré quien fue el ganador o ganadora.
Solo por el hecho de tomarnos unos minutos para jugar, es una buena idea.

Este mes de marzo, Mes de la Mujer, habrá más entrevistas  y escritos en homenaje a todas nosotras.

Cuento con ustedes…espero las frases, 1,2 3 ya!

Gracias

Silvia




EL FESTIVAL INTERNACIONAL DE CINE DE LAS ALTURAS EMPRENDE VUELO




El ENTE del Festival Internacional de Cine de las Alturas lanzó oficialmente la convocatoria a largometrajes y cortometrajes que quieran participar de la edición 2018 del Festival.

El lanzamiento se realizó esta mañana en conferencia de prensa en el salón de Culturarte y contó con la participación del Ministro de Cultura y Turismo Federico Posadas, el Secretario de Cultura Luis Medina, la Directora de cultura de la Municipalidad Alejandra Gutierrez y los Directores Artísticos del Festival Marcelo Pont y Daniel Desaloms.

La convocatoria incluye a largometrajes de los  países andinos Argentina, Bolivia, Chile Colombia, Ecuador, Perú, Venezuela y  Cortometrajes de  las provincias Argentinas del NOA: Jujuy, Salta, Santiago del Estero, Tucumán, Catamarca y La Rioja.

A partir de hoy 19 de febrero ya se puede ingresar a la web (http://cinedelasalturas.com.ar/) para conocer el reglamento y descargar el formulario de inscripción de manera gratuita para participar de la Sección Competitiva Oficial. La fecha límite de inscripción será el 21 de mayo.

  Los premios que serán entregados en esta  edición:

Competencia Internacional de ficción

 Mejor Película: Estatuilla Pachamama y $100.000 (cien mil pesos Argentinos), o su equivalente en dólares estadounidenses al momento de la entrega del premio.
Mejor  Director: Estatuilla Pachamama.
Mejor  Guion: Estatuilla Pachamama.
Mejor  Protagónico Masculino: Estatuilla Pachamama.
Mención Especial del Jurado: Estatuilla Pachamama.
Premio al Público: Estatuilla Pachamama.

Competencia Internacional de Documental
Mejor Película: Estatuilla Pachamama y $100.000 (cien mil pesos Argentinos), o su equivalente en dólares estadounidenses al momento de la entrega del premio. 
Mención Especial del Jurado: Estatuilla Pachamama.
Premio del Público: Estatuilla Pachamama.

Competencia de Cortometraje
Estatuilla Pachamama y  $40.000(cuarenta mil pesos Argentinos)
Premio al Público: Estatuilla Pachamama.
Daniel Desaloms destaco que” Jujuy se convirtió en un punto de referencia del cine andino, privilegiado por las obras que  participaron desde la primera edición.Este año el principal objetivo del Festival es seguir creciendo por su calidad y alcance para mantener  un evento reconocido nacional e internacionalmente”.
 Por su parte, el Ministro de Cultura y Turismo Federico Posadas rectifico “el gobierno de Jujuy se comprometió seguir apoyando al festival que viene creciendo exponencialmente año a año”.
  


Acerca del Festival Internacional de Cine de las Alturas
Organizado por el Gobierno de Jujuy y la Municipalidad de la capital provincial, el certamen tiene el objeto de integrar las cinematografías de los países andinos. Con el auspicio del Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales (INCAA); el Buenos Aires Festival Internacional de Cine Independiente (BAFICI) y la Academia de las Artes y Ciencias Cinematográficas de la Argentina, el encuentro busca además que se promuevan intercambios culturales inherentes al cine en cada uno de los países participantes.
La ubicación geográfica estratégica con respecto a la espina vertebral del continente que es la zona andina tanto geopolíticamente como por su herencia cultural, convierte a Jujuy en la provincia mejor ubicada para la convergencia tanto de países limítrofes como del sector noroeste del país.
 La Edición 2018 cuenta con la dirección artística de Daniel Desaloms y Marcelo Pont, mientras que la producción ejecutiva está en manos de Diana Frey, todos con amplia experiencia en el mundo cinematográfico. La producción general y la coordinación general del Festival están a cargo de Jimena Muñoz y Facundo Morales respectivamente.

 



Para mayor información:

martes, 27 de febrero de 2018

Primer izamiento de nuestra bandera nacional - 27 de febrero de 1812

 Francois Casimir Carbonnier - Enciclopedia Historia Argentina 162

El 27 de febrero de 1812, a orillas del río Paraná, en el entonces pueblo de Rosario, Manuel Belgrano izó, por primera vez, la enseña albiceleste. 

La escena ha sido inmortalizada con un majestuoso monumento que se yergue junto al río, en las inmediaciones de donde tuvo lugar ese acontecimiento. 

La tradición oral de la zona nos informa que la insignia habría sido confeccionada por doña María Catalina Echevarría de Vidal e izada por Cosme Maciel.

Las cintas celestes y blancas se repartieron recién más de un año después, durante 1811, y las utilizaban como divisa los partidarios de Mariano Moreno, que habían sido expulsados de la Junta Grande y se reagruparon en torno a la Sociedad Patriótica. 

©Silvia Vázquez

Café literario CHUBASCO EN PRIMAVERA

Chubasco en primavera, revista online, me invitó a participar de este evento, por intermedio del escritor Emmanuel Lorenzo. Muy agradecida por la deferencia. ¡Los espero a todos ahí!

https://www.facebook.com/search/top/?q=chubasco%20en%20primavera

"CAFÉ LITERARIO Y MICRÓFONO ABIERTO"

Desde la revista "Chubasco en Primavera" y la Biblioteca Popular Bernardino Rivadavia les invitamos a compartir con nosotres una bella tarde de poesía y narrativa el domingo 18 de Enero a partir de las 16 horas.
¿Dónde? Gral Roca (122) 3155, 1653 Villa Ballester.

Feria Editorial y además...
Tendremos el placer de invitar a Sofía Antonio, con su hermosa música y nos estará leyendo un amigo de la casa Martín Dominguez.
Además un buffet con muchas cosas ricas y por supuesto, micrófono abierto para que nos compartas toda la poesía y el arte.

Sofia Antonio
Martín Domínguez

***Para reservar tu entrada contacta via inbox a Chubasco en primavera***

Chubasco en Primavera en CAFÉ Literario
En nuestra primer feria editorial contaremos con la colaboración de Silvia Mabel Vázquez que nos trae sus 4 publicaciones:
Rocío de palabras cuentos y poemas, Abraxas cuentos, Contraluces y Aceptarlo! ya tenés 50.
Pueden leerla en su blog
lasmusasdespiertas.blogspot.com
No se lo pueden perder!!!!
No hay texto alternativo automático disponible.

lunes, 26 de febrero de 2018

Entrevista a Graciela Amalfi: "Siempre hay que soñar"



Graciela Amalfi, más conocida como “Graciela –Boti- Amalfi” escribe. 
Eso sería común si habláramos "solo" de escribir ,pero ella va más allá. 

Su idea no es la de simplemente manchar hojas de papel con letras , o rellenar cuadernos con frases armadas, sino llegarles al corazón a sus lectores.






Además de dedicarse a la narrativa, Graciela, “la boti”, es farmacéutica. Aparentemente para todo tiene remedio, ya que se da el gusto de que los chicos lean, y sean sus libros los que eligen. 



Sus obras recorren varios países latinoamericanos y están todos los años en la Feria del Libro de Buenos Aires y desde la primera edición en la Feria del libro e ilustradores en Vicente López. También presenta sus libros en muchísimos lugares, dentro y fuera de Buenos Aires. No tiene problema en llevar su bagaje a plazas, garages, centros culturales y donde la reciban y se sienta cómoda.

Graciela es transparente, tiene una frescura especial y la transmite. Es agradable y muy apasionada en lo que hace. Imparable, va y viene con el mismo entusiasmo que al principio, cuando su primer libro salió a la luz.
Justamente acaba de llegar del noroeste (Salta, La Rioja, Catamarca, Jujuy,  Tucumán) donde nuevamente fue furor, donde la narradora y buscadora de historias deleitó al público infantil.

En “La sopa mágica de piedra”(para colorear además de leer)  se habla de solidaridad, creatividad  y comprensión.

Todos ellos tienen su magia:“Los cuentos de Cata” , “Kumiko, mujer sin tiempo”, “ Des palabras armando”, “Baúl de cuentos de la abuela”, “ Amaneceres”, “Las aventuras de Cata y su abuela Lili”y  “Las madrugadas de Agustín” (también para colorear).


Queremos saber por qué será, queremos saber cómo comenzó y tantas cosas que nos gustaría que nos cuente.
Por eso, y a apenas días de otra presentación en sociedad de su último trabajo nos comunicamos con ella para interiorizarnos un poco más sobre su nueva producción.

Por cuántos lugares ha viajado ese sombrero boticario…¿Tiene algún significado especial?

Uruguay (La Paloma y La Pedrera)-Colombia: Bogotá y Medellín.-Argentina: CABA, GBA y varias  localidades en las provincias de Buenos Aires, Río Negro, Entre Ríos, Córdoba, La Rioja, Tucumán, Salta, Jujuy.
Lo adopté casi como un juego. Al término de un ciclo de un café literario, los escritores presentes nos pasábamos un sombrero y con el sombrero puesto nos sacamos una foto. Me gustó la idea. De ahí surgió usar mi sombrero (el sombrero boticario)  cada vez que ando con mis libros o participo en cualquier evento literario. Es parte de mí, de la boticaria escritora.

¿Cómo llega tu último libro a Miami?

Una amiga que tiene nietos en Miami compró este libro (también lo había hecho con Las aventuras de Cata y su abuela Lili) para llevárselos de regalo. Me pasó con varios de mis títulos que viajan a distintos países: Francia, Noruega, Reino Unido, España… justamente porque abuelos los compran para regalarles a sus nietos que viven con sus padres en el exterior. Un poco para que no pierdan la lengua materna, según me cuentan.

¿Cuántos ejemplares ya se han vendido de “La sopa mágica…" ? ¡que acaba de salir de  la imprenta!

La sopa mágica recién lleva un mes en la calle (salió de imprenta en enero de 2018), se vendieron alrededor de 100 ejemplares. Como yo autogestiono (financio la edición e impresión de mis libros) sólo hice 500 ejemplares en la primera tirada. Mi objetivo en 2018 es poder vender todos los ejemplares impresos, y poder hacer una segunda tirada antes de fin de año.

¿Podés contarnos un poco de qué se trata?

La sopa mágica de piedra es mi versión libre de Sopa de piedra, un cuento popular portugués de autor anónimo. En mi versión, un monje hambriento llega a un pueblo muy pequeño llamado Moracatá y se sienta bajo un árbol de la única plaza del pueblo. La gente sorprendida por su aspecto, se acerca al monje. Él les pide que por favor le den algo de comer porque tiene hambre y está cansado de caminar. Los pueblerinos le dicen que apenas tienen para alimentar a sus familias por lo que no lo pueden ayudar. El monje saca de un bolsillo una piedra negra y reluciente, y les pregunta si le pueden prestar una olla para que pueda preparar su sopa de piedra. La gente se burla de la propuesta, pero lo invitan a una casa y le prestan la olla… así comienza la historia.
Un libro en donde los valores a destacar son: la solidaridad, la cooperación y la ayuda. Ideal para trabajar en la escuela, en la familia y en la sociedad.
Recomendado para niños de 5 a 10 años. Según la edad, se puede abordar de acuerdo al grado de comprensión de los chicos.
El libro se divide en tres ingredientes:
_La sopa mágica de piedra.
 _ Después del cuento ( preguntas para responder)
    _ Coloreando ( ilustraciones para colorear)

Como escritora infanto juvenil, ¿qué autor es tu preferido?

Sin duda, un ícono nuestro : María Elena Walsh.

¿Cuál es el libro de tu infancia que recordás con más cariño?

Mujercitas.

¿Tenés un lugar preferido para escribir?

Sí, mi pequeño cuarto-escritorio. Ahí está mi mundo: libros, notebook, agendas, apuntes. Un lugar de mi casa sólo para mí. Trato de mantenerlo ordenado, pero el escritorio propiamente dicho convive con libretas, papeles, libros, lapiceras, agendas, etc.

Hagamos un juego, yo te digo palabras y vos me decís lo que se te venga en mente, vamos?

Lugar ideal: La naturaleza: mar, montaña, llanura
Palabra o frase que más usás: La vida hay que vivirla con pasión, nunca dejo que los sueños me parezcan imposibles. Siempre hay que soñar.
Libro que salvarías de un incendio (de poder salvar uno): Cien años de soledad
Canción que más veces escuchaste: We are the world/ Nosotros somos el mundo de Michael Jackson
Cantante preferido: John Lennon

Cerramos esta nota diciendo que un equipo de salud de la ciudad de Salta eligió "La sopa mágica de piedra" para trabajar en varios colegios. Abordarán la solidaridad como valor principal de la historia, y cómo desde la solidaridad los chicos ayudan, colaboran e integran en el grado, en la familia y en la sociedad.
¡Felicitaciones!


Graciela, un placer conversar con vos. ¡Exitos en lo que venga!

©Silvia Vázquez

Entrevista a Stella Pennini: “Treinta años después”, su último libro editado


“A veces la vida nos sorprende. A veces nos causa dolor; cuando la sorpresa es la muerte y detrás de ella se descubre el engaño. Nos deja con las manos vacías y un montón de preguntas que nadie va a responder.

Es en esa situación cuando entramos en la historia de Emilia, una mujer que a partir de la muerte de su marido ha de enfrentarse sola con la mentira, el duelo por la pérdida y un hijo pequeño que será, a la vez, su responsabilidad y su fortaleza.

Emilia se refugia en el trabajo, poniendo barreras a todo amor que no sea el de su hijo, su madre y sus amigas; pero nada es tan definitivo y el rumbo de su vida dará un giro al reencontrarse con Eduardo, su mejor amigo de la infancia y la adolescencia.



A partir de ese reencuentro habrá de replantearse los supuestos de su mundo interior y exterior, vivirá un torbellino de sensaciones y sentimientos, descubrirá –a sus 50 años- una mujer nueva. Ni mejor ni peor; distinta.
Esa mujer es la que debe decidir qué camino tomar cuando “30 años después” es ahora.”


En la presentación de noviembre 2017
 Así se resume esta  novela romántica. Renunciar a los principios para vivir una historia de amor, no es fácil, pero Emilia lo sabe. Redescubrirse es lo que vale.
Stella habla de su libro que presentó el 20 de noviembre . Es su cuarto trabajo. Hace más de 15 años que se dedica a las letras. Desde chica le gustaba escribir. Y ahora cuenta algo evocativo, un reencuentro.
Pronta a recibirse de Coach ontológico, ahora nomás, en días. Ya está haciendo algo con respecto a talleres de motivación, energía y todo lo que sume. En junio comienza con la capacitación de Neurociencias y Desarrollo psico cognitivo.

Stella, este relato, tiene algo que ver con una historia real…tuya o de otro?

Tiene algo que ver con una historia real.

¿Los personajes son ficticios?

Hay personajes ficticios y otros que son reales. Cambié los nombres reales y le di nombre a los ficticios.

¿Con cuál de todos los personajes te sentís más identificada?

Con la protagonista, Emilia.

¿Cómo vivís  el nacimiento de este cuarto libro?

Trabajé con Editorial Tahiel. En verdad trabajan muy bien. Ellos llevan los libros a diferentes lugares, de esa manera se promocionan. Si bien  no los conocía, siento que encontré la editorial justa para mí.
Es diferente  a los anteriores, ya que es una novela, porque “El diario de María Laura” era una nouvelle, hecha diario íntimo y lo vivo distinto . Es el puntapié a otras novelas.
Mis otros libros, “Cartas no despachadas”, “El diario íntimo de María Laura”, “ Solo ellas” y este último “30 años después”. Estoy por editar “Ahora ellos”, que sería una reedición que pensaba lanzar este año, pero con el tema del  estudio lo dejaré para 2019.

¿Cuánto tiempo tardaste en escribirlo?

Un año, entre escribir y corregir.

Respecto del libro que estás reeditando, ¿sobre qué trata?

Es una reedición de mi libro “A ellas”. En este caso se llamará “Ahora ellos”. Contiene otros cuentos, otras descripciones, cuentos mejorados y esta vez para hombres, aunque obviamente es para todos.

¿Qué autores elegís a la hora de leer?

Un autor que me encanta en todas sus facetas, novela,poesía,  es Benedetti. Me emociona. Es una pasión que tengo. Me hubiese gustado tener un tío así.  Sentarme con él a charlar… Cuando estaba en Uruguay pensaba eso. A veces vuelvo a ver reportajes que le han hecho.
García Márquez y su “Cien años de soledad”, también “El amor en los tiempos de cólera. Sentís hasta el olor a la piel de los personajes cuando lo estás leyendo.

¿Cuál es tu libro preferido?

Estoy sumando un autor, Thomas Moore y su libro  “Las noches oscuras del alma”. Habla sobre la resiliencia, por lo que tendría  que ser un libro de cabecera. No hay ser humano que no haya tenido una noche oscura.

¿Dónde se puede conseguir tu libro?

Va a estar en la próxima Feria del Libro de Buenos Aires este año, a través del stand de Editoria Tahiel. en Garabombo (San Martín), en El Papiro (Caseros),  y en Ser (Villa Bosch). También entrando a la página de Facebook “30 años después” .

¿Qué podemos saber sobre el argumento?

Es una historia de dos  amigos, vecinos, que se encuentran, quienes guardan el cariño y la inocencia desde chicos. Treinta años después, hay un reencuentro y ven sus vidas como cada uno la construyó. Hay decesos, frustraciones, la vida misma. Ocurre en una Argentina con una crisis, van pasando situaciones que pasamos los argentinos: Cromañón, que nos duele, secuestros, asaltos, víctimas, esa  Argentina que nos duele pero que amamos.

Si tuvieras que describir  Emilia, ¿cómo sería ella?

Es una persona que no llama la atención, como tantas anónimas. Una más. Una mujer simple. Auténtica y jugada, una mujer como cualquiera, con deseos inconfesos, con una casa, un hijo, con transgresiones sexuales, como una mujer de 52 años con una barrera mental que muchas tienen, y no hablo de libertinaje, sino de lo que esa generación viene “mamando” , el sexo culposo. No lo demuestra sino que lo guarda y a pesar de todo ama la vida, es feliz.

¿Qué frase pondrías en un cartel, si tuvieras que vender tu libro con eso?

Tienen que comprar este libro, Vale la pena leerlo porque en alguna de sus partes te vas a encontrar.

Te vas a sentir identificada

Sí, exacto. Y no solo es para mujeres sino para hombres también, porque hay  un hombre como protagonista, que lejos de estigmatizarlo o juzgarlo,  se lo está acompañando, desde el entendimiento.

¿Tenés un horario particular para escribir?

Trabajo en un comercio, estudié, y tengo poco tiempo. Muchas veces de noche con insomnio. En ese intervalo de trabajar, iba a una estación de servicio a escribir.

¿Algún lugar de la casa donde escribís?

En la cocina, si estoy sola. Si me da alguna idea,  me despierto de madrugada y anoto sino me olvido.

Con respecto a “Ahora ellos”,¿ tiene similitud con el anterior en cuanto a temática?

Hay diferentes situaciones. Tantas historias como hombres.

¿Qué esperás de “30 años…”?


Yo quiero que gire, que la historia se conozca. Estoy absolutamente segura que va a ocurrir eso.  Pasa la barrera del deseo. Estoy convencida. ¿Cómo? no lo sé, pero sé que va a pasar. Sé que va a tardar pero estoy más que esperanzada, muy segura en realidad. Es una historia que da para hablar. Hay más "Emilias y Eduardos" de los que creemos.


© Silvia Vázquez

viernes, 23 de febrero de 2018

Relato: Km 680

Quiero compartir con ustedes este relato, aunque sé que es extenso,pero me gusta mucho por ser exactamente un a descripción de un pueblo que conocí hace más de 25 años y al que vuelvo con mucho cariño cuando tengo la posibilidad.



          Km 680  (*)
  
Una densa polvareda le impedía ver con claridad el tamaño del pueblo. A medida que la camioneta se acercaba a la entrada, se podían divisar las casuchas bajas despeinadas por el viento. Eran todas iguales, con el mismo color que aparecía en esa foto vieja que tenía guardada en la guantera. La foto se la había dado su abuelo, cuando él aún era un pibe y no entendía mucho eso de querer irse al interior y no ser uno más en la ciudad.
- “Conservala”, le dijo, “ alguna vez lograrás cumplir mi sueño, cuando cumplas con el tuyo”, y él le hizo caso, sin saber por que.


Valentín se acomodó un poco el pelo ensortijado por el viento. El calor aumentaba a medida que se alejaba, los carteles  que indicaban los kilómetros, le parecían más distanciados unos de otros, y los pueblos ya no se veían desde la ruta.

Manejar tantas horas se le había hecho pesado, no estaba acostumbrado a hacerlo, y menos solo. Esa era la primera vez. Por eso, se había detenido un rato a mitad de camino para refrescarse y comer algo, acostarse a la sombra de un árbol en un parador y cargar combustible. Los pueblos ya se estaban alejando unos de otros y acababa de cruzar el límite de la provincia.

Se  cerró la camisa, subió otra vez a la camioneta y manejó despacio, como queriendo abarcar todo con la mirada.
En el km 680, detrás de un grupo de árboles, apareció por fin el letrero del acceso.
El asfalto desmejorado estaba bordeado de álamos, a igual distancia unos de otros, seguramente plantados hace mucho tiempo, cuando el pueblo era apenas un proyecto en el medio del desierto. Recorrió el lugar con tranquilidad, para conocerlo un poco antes de llegar a su nuevo hogar.

Seguramente no estaría muy lejos, no eran tantas las cuadras que lo separaban de los campos inmensos, plenamente cultivados.
Se detuvo frente a la plaza, donde la estatua de un bombero valiente, sobresalía orgullosa entre el verde y prolijo césped, bajó la ventanilla y respiró profundo, como queriendo tomar todo el aire de golpe y llenarse los pulmones de pureza y frescura, pero solo logró que el polvo se le metiera aún más adentro...

La plaza estaba tapizada de flores, todas acomodadas en canteros prolijamente                 
preparados para formar oasis de colores. 


El viaje había sido largo, pero comenzó a sentir que valía la pena.
Cruzó las vías , y vio la estación bastante abandonada por el tiempo, dos silos desafiantes en frente, y un caballo atado a un árbol, que imploraba por un poco de agua fresca.
La calle central, mejorada, tenía un boulevard con luces de mercurio, una de las pocas muestras de progreso.


 En la segunda cuadra, asomaba tímidamente la cúpula de la iglesia, que tenía una cruz bastante oxidada por el tiempo, y tres hermosos vitrós esperando una mano compasiva que les saque la tierra , para lucirse plenamente con la luz del sol.

Las paredes necesitaban un poco de pintura, se notaba que hacía años nadie prestaba
atención a su fachada poco imponente. Era el punto de reunión dominical, el encuentro de la gente del pueblo, para enterarse, seguramente, al final de la misa, de las novedades.

En la cuadra siguiente, el Edificio Municipal, la Sala de primeros auxilios, la Comisaría y el Juzgado de paz. Frente a ellos, una canchita de fútbol con dos arcos algo torcidos y una tribuna improvisada con troncos resecos.
Le ganó el cansancio y decidió ir hasta la casa. Las calles tenían carteles pero los nombres estaban ilegibles, y miró hacia un lado y otro hasta que una mujer que caminaba bajo el sol, lo miró desconfiada. El le preguntó por la dirección que llevaba anotada en su agenda y le agradeció con la cabeza. Se dio cuenta que ella siguió mirándolo, hasta que desapareció en la esquina.
Independencia 41, apareció de golpe frente a su vista. La casita estaba un poco descuidada, pero le gustó eso del jardincito adelante.


Tenía el frente de ladrillos, unos yuyos que alguna vez fueron pastitos bien arreglados era todo lo que quedaba del antiguo jardín. Un arbusto enorme contra la pared de un costado, tapaba un poco la ventana de lo que se suponía, sería un dormitorio.
Valentín no sabía mucho de plantas, pero esa la reconoció porque su madre tenía una igual en el patio de su casa. La Santa Rita pedía a gritos un poco de agua, y bajaba sus ramas  como pidiendo por favor que alguien se apiade de ella.
- “Ya me voy a encargar de ustedes”, dijo en voz baja, y se acercó a la camioneta.
Respiró hondo otra vez, abrió el portoncito apenas enganchado con un alambre, y entró.
Sin prisa, buscó las llaves su el bolsillo y abrió la puerta del frente. Todo estaba ordenado, un poco de polvo cubría las cosas pero no era para tanto, por suerte alguien se había ocupado de tapar lo más importante.
Miró alrededor. Le gustó. Bajó  su valija, los bolsos repletos de ilusiones y el grabador que lo había acompañado en tantas noches de vigilia, entre libros y apuntes de la facu, café de por medio y con  música de fondo de algún buen programa nocturno.
Lo primero que hizo fue sacarle la tierra al escritorio, y apoyar ahí el cuadro con su diploma nuevito, hasta que encontrara un clavo y un martillo entre tantas cosas por acomodar.
Decidió ahí nomás que el consultorio estuviera al frente, era chico, pero luminoso, lo necesario como para ver desde la ventana la plaza con la estatua del bombero y los canteros con flores.


El cuarto del fondo sería el suyo, y allí llevó su ropa, la colgó pacientemente en el ropero de madera, lustrado como se hacía antes, a mano.
Encendió el calefón, se dio un baño y comenzó a ordenar, con la parsimonia que increíblemente ya se estaba contagiando .
Casi al anochecer, terminó de sacar las muestras de medicamentos que le habían dado en  Buenos Aires, y las puso por orden alfabético en la vitrina , la cerró con el candadito y se sentó en el enorme sillón del comedor.
                                                                      

 
-2-

Cuando estaba preparando el agua para tomar un café, se dio cuenta que la alacena estaba vacía. Tomó las llaves de la camioneta, y apenas salió al patio, escuchó unas manos fuertes golpear en el frente.
- “Doctor Valentín Valle, soy Jacinto Moro, puedo pasar?”
- “ Si, claro, le respondió, estaba por salir a comprar algo para aprovisionarme. ¿Cómo supo que había llegado?”
- “Ah, no se preocupe, que ni bien entra alguien desconocido  al pueblo, enseguida se corre la voz, además lo estábamos esperando, y por la alacena, descuide, acá le traigo algo como  para empezar, si no le molesta”
Y le entregó una caja con algunas cosas básicas, hasta que pudiera ir él mismo a la despensa a surtirse.
- “Debe estar cansado por el viaje, seguramente, pero le cuento que yo vivo acá al ladito y que ya mañana a primera hora tiene sus pacientitos para atender. Verdaderamente lo necesitábamos doctor... Desde que Don Juan falleció, estamos un poco abandonados a la mano de Dios. Bendito sea quien lo envió acá”.
Y le besó las manos como quien recibe al mismísimo ángel de la guarda.Valentín por un momento sintió que era un enviado del  cielo.
Todo era como lo había soñado, ser médico rural, desde que comenzó la Universidad, y lo iba a lograr.
No pudo dormir esa noche. A cada rato miraba la lucecita del radio-reloj que estaba sobre la mesa de luz, y no se le pasaba más el tiempo.
No era su costumbre dormir mal, pero la ansiedad por el nuevo lugar, la nueva vida, lo tenía en vela.
¿Cómo lo recibiría la gente?
Lo preocupaba poder desempeñarse tan profundamente como había tomado su carrera, con mucho esfuerzo, dedicación y amor a los chicos.
El sabía con exactitud cuál era su objetivo y había llegado hasta ese lugar para cumplirlo.
Trató de dormirse, y ya era casi de día cuando pudo lograrlo. El canto de un gallo lo despertó. Se levantó alegre, de muy buen ánimo y dispuesto a enfrentar ese nuevo desafío
.


Volvió a tomar un baño, esta vez tratando de ocupar el tiempo necesario para disfrutarlo, ya que en Buenos Aires siempre lo hacía apurado, muchas veces mirando el reloj para no llegar tarde a alguna clase o a alguna práctica del hospital.
Había elegido clínica general, aunque la pediatría era lo que lo fascinaba. Todo era útil, más si la idea de irse al campo estaba dando vueltas en su cabeza, ya desde ese tiempo.
Había terminado hacía un mes apenas, y su título estaba ya enmarcado para ser colgado en su nuevo lugar, esperando el llamado que le indicara cuando viajar a ese pueblito del sur, el de la foto del abuelo, aunque supiera que el viaje era largo y tedioso, pero con la convicción de comenzar algo interesante y comprometido.
Puso el agua para hacer café, pero lo pensó mejor y preparó unos mates, aunque no estaba muy ducho en esa tarea, pero seguramente alguien estaría dispuesto a  enseñarle. Se puso su delantal blanco, inmaculado, planchadito por la
mami la noche anterior.
Atendió el primer golpe en la puerta. La abrió, y la carita de su primer paciente lo sorprendió.
- “Doctorcito, bienvenido. El es mi hijo el Ismael, necesito que lo vea porque anoche no nos dejó dormir. Me parece que son los oídos, y como ahora tenemos doctorcito en el pueblo, no quise ponerle los remedios caseros de la abuela, hice bien?”
Respiró hondo, eso de ponerle artículos a los nombres propios era una costumbre que él no tenía , pero sintió que era el comienzo de algo bueno, y agradeció haber tomado la decisión de abandonar la ciudad. Seguramente lo extrañarían, pero pronto vendrían algunos de sus amigos  a visitarlo, y el los recibiría con un matecito recién preparado y una tortita casera quizá, regalada por algún vecino...

                                                                                  Silvia Mabel Vázquez-derechos reservados




(*) publicado en el libro “Rocío de palabras" 2012

Escritora invitada: Miriam Fernández -Haiku: Resistiré

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