martes, 29 de agosto de 2017

Arte: El silo del bajo, donde las fotos liberan fantasías




El bajo de San Isidro, muestra el arte a flor de piel. Cada calle, enseña diferentes tonalidades y extravagancias que no vemos en otros lugares del Gran Buenos Aires.
Yendo desde el centro hacia el bajo, casi llegando al río de la Plata, por la calle Primera Junta, hay variados lugares para comer. 








Lo que años atrás era un abandono total a la vera de las vías, casi inexistentes del hoy Tren de la Costa, se desarrolla un mundo gastronómico y artístico fuera de  lo común. Lo mismo sucede con otras calles como Alvear en Martínez, o aquellas que tienen su fin en la costa poco cuidada del río (salvo raras excepciones).



Esta vez la vuelta fue por la avenida La Salle, hasta llegar a Primera Junta. A la derecha, se encuentra un viejo silo  reconstruido internamente y transformado en una especie de galería de arte y fotografía. Su dueño, Guillermo Kalb, nos permite entrar y subir al primer piso por una escalera caracol, para ver la muestra fotográfica.










Según dice en su propia página Gak Fotografia publicitaria: “ Quiero que mis fotos atrapen la mirada, pero más importante es que libere fantasías, por qué? Porque es un estado agradable, y poder brindar ese estado me da satisfacción. Aplicar profesionalmente esa pasión por el arte fotográfico, en productos o eventos, termina siendo una circunstancia más que válida.”









En la planta baja, varias obras de la artista Paula Duri, cuadernos y  cuadros pintados por Marina Zelaschi, tazas pintadas por Vero Fuentes, todo custodiado por “Chino” un perro que según su dueño “es sociable y no muerde”. 










Carteras y bolsos a la venta, cortinas con bordados que cuelgan de la escalera y una fuente con piedras a la derecha del salón,  a la izquierda,  un living que acompaña a una guitarra apoyada cerca de la puerta.







En este momento hay talleres de Teatro para adultos, Dibujo y pintura, Arte para chicos y Fotografía básica.










El lugar nació como un taller de marcos, hace dos años. Guillermo lo dirige, él es fotógrafo, artista plástico y amante del arte en general que supo aprovechar la ubicación del Silo, que se encuentra estrategicamente en el polo artístico de San Isidro, y fue inevitable usar el espacio para promocionar a los artistas emergentes de la zona.




 Por dentro está revestido con una espuma que evita el paso del frío y el calor, pintada en ocre, y en el medio se encuentra la enorme mesa donde Guillermo enmarca cuadros y espejos .









El que más llama la atención, por cierto es el que está hecho de pequeños pedazos de marcos variados en color y forma.







Con el tiempo se ha logrado atraer a los más talentosos artistas de San Isidro y zonas cercanas.












Silvia

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