Yendo desde el centro hacia el bajo, casi
llegando al río de la Plata, por la calle Primera Junta, hay variados lugares
para comer.
Lo que años atrás era un abandono total a la vera de las vías, casi
inexistentes del hoy Tren de la Costa, se desarrolla un mundo gastronómico y
artístico fuera de lo común. Lo mismo
sucede con otras calles como Alvear en Martínez, o aquellas que tienen su fin
en la costa poco cuidada del río (salvo raras excepciones).
Esta vez la vuelta fue por la avenida La Salle,
hasta llegar a Primera Junta. A la derecha, se encuentra un viejo silo reconstruido internamente y transformado en
una especie de galería de arte y fotografía. Su dueño, Guillermo Kalb, nos
permite entrar y subir al primer piso por una escalera caracol, para ver la
muestra fotográfica.
Según dice en su propia página Gak Fotografia publicitaria: “
Quiero que mis fotos atrapen la mirada, pero más importante es que
libere fantasías, por qué? Porque es un estado agradable, y poder brindar ese
estado me da satisfacción. Aplicar profesionalmente esa pasión por el arte
fotográfico, en productos o eventos, termina siendo una circunstancia más que
válida.”
En la planta baja, varias obras de la artista Paula
Duri, cuadernos y cuadros pintados por Marina
Zelaschi, tazas pintadas por Vero Fuentes, todo custodiado por “Chino” un perro
que según su dueño “es sociable y no muerde”.
Carteras y bolsos a la venta, cortinas con bordados que cuelgan de la
escalera y una fuente con piedras a la derecha del salón, a la izquierda, un living que acompaña a una guitarra apoyada
cerca de la puerta.
El lugar nació como un taller de marcos, hace dos
años. Guillermo lo dirige, él es fotógrafo, artista plástico y amante del arte
en general que supo aprovechar la ubicación del Silo, que se encuentra estrategicamente
en el polo artístico de San Isidro, y fue inevitable usar el espacio para
promocionar a los artistas emergentes de la zona.
Por dentro está revestido con
una espuma que evita el paso del frío y el calor, pintada en ocre, y en el
medio se encuentra la enorme mesa donde Guillermo enmarca cuadros y espejos .
El que más llama la atención, por cierto es el que está hecho de pequeños
pedazos de marcos variados en color y forma.
Con el tiempo se ha logrado atraer a los más
talentosos artistas de San Isidro y zonas cercanas.
Silvia
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