CAMILA
--- Patricio soy su asistente virtual de Instalaciones Telefónicas Furesclark S.A. Mi nombre es Camila y le escribo para brindarle atención al reclamo que hizo ayer a la tarde. Por favor revise que los datos enviados sean correctos así le mando, a la brevedad, un Técnico Digital a los efectos de que solucione su proclamado inconveniente tecnológico ---
Cuando Patricio escuchaba atentamente a Camila, en un abrir y cerrar de ojos, creaba imágenes mentales sobre su aspecto. Esa dulce y aflautada voz que percibía de la enigmática dama cibernética lo emborrachaba de pasión, más allá de la incalculable distancia geográfica que los separaba: a las claras se había enamorado de una asistente virtual que, según sus amigos, parecía un vínculo ininteligible.
La obsesión por escuchar a Camila era tan fuerte que Patricio rompía algunos elementos del servicio telefónico que le dispensaban a un buen precio: lo hacía deliberadamente para comunicarse e interpretar esas respuestas que, por el sonido de la voz, solían cautivarlo. El Técnico Digital, que esa mujer tan preciada le mandaba en reiteradas ocasiones, se enojaba porque, arribando al lugar de los acontecimientos, detectaba que algo extraño pasaba.
Una mañana de reflexiones ilimitadas Patricio se fastidió por las contestaciones monótonas de Camila y, bajo estas circunstancias, fue a buscarla a la empresa telefónica donde ella trabajaba diariamente, a sabiendas de que esa voz en el teléfono lo endulzaba en dimensiones astronómicas, a pesar de la precariedad del diálogo. Por otra parte no le importaba que esos delirios personales germinaran, sin ningún asidero, en el jardín de sus sentimientos.
Buscó a Camila durante todo un año sobre los múltiples laberintos de la tecnología. En realidad la persiguió a sol y sombra, ininterrumpidamente: un erudito en la materia le aseguró a Patricio que jamás la encontraría físicamente aunque le entregó, a escondidas de los Gerentes Internos de la gigantesca empresa telefónica, el único dispositivo insustituible en el cual Camila iniciaba sus rutinas laborales.
Irritado por volver a escucharla repetir obviedades revoleó ese artefacto de alta gama en dirección al máximo referente de la entidad comunicacional, quien, instantáneamente, perdió la vida rompiéndose la cabeza contra el asfalto, al tropezarse intentando esquivar el objeto que le había lanzado Patricio, absolutamente enajenado y fuera de control.
En medio de este quilombo la voz de Camila se activó una vez más, aunque en un contexto inimaginable. Mientras tanto una ambulancia se llevaba el cuerpo, sin signos vitales, del empresario telefónico recientemente asesinado. Y, como si esto pareciera inverosímil, un patrullero trasladaba a la comisaría de la zona a Patricio, quien acababa de cometer un homicidio sin atenuantes en un principio.
La historia de la empresa telefónica Furesclark S.A salió al aire en todos los medios de comunicación que mencionaban a un empresario fallecido tras una agresión irrefutable, que visibilizaban a un muchacho privado de su libertad al margen de sus nulos antecedentes penales y que, en última instancia, mostraban a una joven esclavizada por los déspotas de la virtualidad.
©Pablo Costantino
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