Se está gestando
un nuevo estilo de gente, la que no cumple. Recuerdo años atrás, cuando aún
estaba estudiando inglés, cierta tarde
de invierno con pocas ganas, le dije a mi mamá que no quería ir, justamente ese
día que tenía prueba. No solo me dijo que inmediatamente me cambiara y tomara
mis cosas y vaya, sino que también me dio una breve clase sobre lo que
significa el compromiso y el cumplimiento de las obligaciones.
Los niños no solamente
deberían aprender qué significa “el derecho y el deber”, en las materias que se
dictan al respecto, sino que también, sus padres (y no el colegio) deben
enseñarles el compromiso que se asume se debe respetar.
Tomo alumnos para
clases particulares de idioma, algunos concurren todo el año lectivo y otros
solo cuando necesitan un apoyo especial para un examen, o repasar algún tema
que no comprendieron bien en clase. Soy docente desde el año 1984, y teniendo
por 1990 alrededor de cuarenta alumnos, no tenía tantos problemas como hoy, que
tengo la mitad.
Los padres anotan
a los chicos, con mucho entusiasmo y luego de asistir a dos o tres clases, desaparecen. En un principio
pensé que a lo mejor los aburría, que imaginaban que sería… jugar solamente, pero
no. Comprendí con el tiempo que probaban. Si, probaban, si al nene o a la nena
le “gustaba” la onda, el lugar, los compañeros, seguían sino, directamente
desaparecían.
Obviamente, la
primera clase nadie trae el dinero para pagar, aún sabiendo cual es el costo y
hasta que día se abona la cuota.
Llamados
telefónicos, mails, mensajes en Facebook, whatssapp, etc. No son suficientes.
Como la mayoría son vecinos, opto por tocar timbre en la casa, y preguntarles
el motivo de su desaparición.
“ ¿Sabés qué pasa?,
el nene tiene un amiguito que va a judo/baile/taekwondo/tela/circo, etc y como
ahí no tienen tarea ni que estudiar, prefiere cambiarse". Aunque muchas de estas
disciplinas tengan practica intensiva, creen que no implica esfuerzo.
Aha, o sea, la
ley del menor esfuerzo. Pero hay un pequeño detalle, las clases a las que
asistieron las tienen que pagar, ¿o en algún momento dije que había “clases de
prueba”?”
No estoy en
contra de esas prácticas, sino que expreso mi molestia ante la situación de
ejemplo que se plantea. Voy a una profesora, con años de experiencia, si me
gusta sigo, sino desaparezco y ni le pago, total, qué me puede hacer?
Ese es el ejemplo
que le damos a los chicos. El de la falta de compromiso y cumplimiento. Y no pasa por la falta de
educación de sus padres, de hecho algunos son profesionales, es decir que mis
padres, que apenas fueron a la escuela primaria estaban más comprometidos que
algunos otros que asistieron a facultades o tienen títulos terciarios.
Afortunadamente
aún quedan aquellos que la primera clase del mes pagan, que si no lo hacen por
un motivo,avisan y piden disculpas por el atraso. Pero cada vez son menos.
Mi pregunta : ¿Creen que dicto clases por placer? La respuesta en NO. Son muchos años de
estudio, muchos compromisos asumidos, mucha tarea con la que cumplía
rigurosamente, y además de todo eso, lo hago porque es mi trabajo y como tal
debe ser remunerado. Si quisiera dar clases gratis, lo haría, pero la decisión
la tomo yo. Tal vez estaría en un hogar ayudando a nenes/as que tienen
problemas en la escuela, o dando clase en un centro asistencial gratuito. Tal
vez algún día lo haga, por ahora no.
El compromiso no
solo pasa por lo monetario. El chico tiene que saber que si se compromete, debe
cumplir, que si asume el desafío de aprender, debe esforzarse. Desde asear
el cuarto, ayudar en las tareas del
hogar, regar plantas, cuidar una mascota y no usarla para las vacaciones y
descartarla, no dejar luces encendidas
sin sentido, cerrar una canilla que no se usa, hasta tirar la basura en un tacho
y no en la calle, es una responsabilidad. No estoy diciendo que DEBEN trabajar,
simplemente aprender a ser responsables.
Hace años, las
pocas veces que un chico dejaba de cursar, venían los padres o en su defecto la
madre sola, me avisaba los motivos y listo. Hasta más de una vez, le dije que
si era un problema de dinero, lo esperaba hasta que solucione el tema, pero que
no dejara de venir así no se atrasaba.
Actualmente, no
haría eso, no solo porque sé que no voy a cobrar un peso, sino que tampoco se
quedan, porque es más fácil desaparecer. Gente que hasta se ha mudado con
libros que presté, con fotocopias de ejercicios que jamás pagaron, con cuotas de
un mes o más atrasadas.
Y en pocos casos, ¡han vuelto! Por supuesto , como si nada hubiera pasado. Pero como ya los
conocía, les dije que no tenía lugar. Ofendidos, perdían su tiempo en vociferar
a otras colegas que no los quería atender y luego de pasado un lapso
prudencial, las mismas colegas me comentaban que “habían desaparecido sin
pagar”.
Aprendamos por
favor a que nuestros hijos asuman compromisos. Enseñémosle dando el ejemplo.
Tengo la dicha que ex alumnos son padres y mandan a sus hijos a estudiar
conmigo. Tengo la dicha que mis alumnos me recuerdan con afecto, que aquellos
que viajaron por el mundo, me traen algún recuerdo, me envían un mensaje a una
foto o simplemente escriben una anécdota sobre un viaje donde recordaron una de
las tantas sugerencias que les di cuando no recordaban alguna palabra.
Afortunadamente,
esos alumnos tienen un futuro asegurado, más que por ellos mismos (y valoro su
esfuerzo) por sus padres, que se comprometieron, que tomaron la decisión y no
bajaron los brazos a pesar de los malos momentos económicos.
A esa gente, le agradezco. A esa gente, la recuerdo con cariño. A los otros, los
no-comprometidos, simplemente intento olvidarlos. Me gustaría decirles , si
logro verlos por ahí, que le den a sus hijos el mejor de los ejemplos, el ejemplo es gratis, no tienen que pagar.
De esa manera y
no de otra es como se va a engrandecer un
país. A menos que queramos seguir siendo…bueno…lo que parecemos ser.
Silvia