ENTRE
SUEÑOS
Salvajemente hundida
en tu remanso,
Aquieto mi pena,
durmiendo en tus brazos,
Y el amanecer me
sorprende reflejando rayos
Que a mis ojos ciegan, cuando me levanto.
Y aún así,
sorprendida por el ansia
de quedarme quieta
entre tus manos fuertes,
me asusta tu ausencia
entre sábanas blancas,
y sereno el alma, y
sé que me mientes
cuando entre suelos
amorosamente
dices que me amas,
aunque no lo sientes.
Afortunada soy,
cuando el ardiente febo
abre mis ojos
hinchados de fiebre,
un sueño horrible me
había invadido,
sé que me amabas y me
amaste siempre.
Silvia
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