Cuentos con café

HERENCIA

Una mañana desperté, y vi que me desperezaba igual que mi padre.

Estiraba cada parte de mi cuerpo antes de poner el pie en el piso para levantarme de la cama.

Un día ví que los zapatos de mamá que me quedaban enormes, me cabían y que podía calzarlos.

Un día me miré al espejo y vi las mismas arrugas que mi mamá tenía a mi edad, pocas pero vividas.

Un día ví que decía las mismas frases que critiqué por años, las mismas sugerencias que decían mis padres antes de salir, los mismos consejos como: “abrígate”, “ cuidado en la calle”, “no vuelvas tarde”.

Una tarde recordé que mi padre me decía que le coloque fecha a todo lo que escriba, ahora sé por qué.

Una noche me dí cuenta que jamás dejo un plato sin lavar antes de irme a dormir, como hacía mi madre.

Un día noté que cuidaba plas plantas con el mismo amor que lo hacía mi padre, las regaba y les hablaba.

Una tarde ví que me fregaba los ojos luego de  leer horas, igual que hacía papá, cuando terminaba de arreglar una máquina y mamá cuando se levantaba de coser todo el día.

Un día noté que dejaba guardada ropa que ya no me iba “por las dudas” como hacía mamá.

Una noche tome café, con una gota de cognac, igual que papá en invierno.

Y recién descubrí que me parezco mucho a ellos, mucho más de lo que siempre pensé, que a pesar de no querer copiar sus errores, heredé sus virtudes y defectos, pero también sus vivencias, sus costumbres y su amor por la familia.

Descubrí también que por más que evitemos ser iguales, algo en nosotros se repite, que afortunadamente, aprendimos a saber qué es lo que esté bien o mal.

Gracias por poder heredar estas cosas. Gracias por acompañarme siempre, estén o no a mi lado.

Gracias por tenerme adentro tuyo, mamá, por tenerme agarrada de la mano, papá. Ahora soy yo quien te da la mano a vos ,mamá, para que no caigas, para que no tropieces, para que puedas caminar sin miedo como lo hice yo un años después de nacer.

©Silvia M Vázquez

ESTE Y OTROS RELATOS Y CUENTOS, EN ESTE NUEVO LIBRO. TE ESPERO!