Escondidas
Apenas amanece y empiezo a jugar a las escondidas. Abro las ventanas, corro cobijas desde
la cama. Busco en fotos tu presencia. Te rezo. Te imploro que aparezcas…pero todo es en
vano.
Te llamo y nadie me responde. Te extraño.
Hace casi dos meses que decidiste marcharte. No sé si fue tu decisión o de verdad te
llamaron para que te mudes.
Dicen que allí, se está mejor. Que por eso de allí no se vuelve. Y tantos “blas, blas” que he
leído y me cuentan los otros. Los que han pasado por lo mismo que yo.
¿Acaso sean mejor esas estrellas? ¿Ese mar en quietud? ¿Ese basto horizonte cuando
avanzo por calles desiertas de vida?
Los que aquí hemos quedado aún no entendemos de enigmas sagrados de secretos. Esos que se topan con tragedias y alegrías cotidianas. La vida es ese laberinto de saberes y engaños atropellados de existencias. La vida es ese devenir de instantes que se desbocan en ser señuelos perfectos de horas y gente. Colores y acciones. Sensaciones.
Es verdad esas frases con significado que dicen los sabios: -Estamos de paso. /-Todo pasa rápido/.
Así fue la realidad de que te despertaste de una siesta y pum en breves momentos caíste a un hueco desconocido de incertidumbres.
Te sigo buscando en lo que me dejaste: una mujer brava que conoce de templanza y sensiblerías.
Como vos. Sí, no voy a negarte que los que quedamos te hemos llorado hasta el hartazgo. Dejaste una página en blanco de un libro difícil de reemplazar. Nadie lo va a hacer. Nosotros, mortales intentamos sellar esos espacios, pero serán tus recuerdos los que hablen.
Fuiste una reina en un palacio que te inventamos: con ese afán desdibujado de lucha, amor, trabajo. Porque los días se suceden sin vuelta de hoja.
Escribo hoy llorosa estas líneas sabiendo que me enseñaste a leer por tus cuentos de siestas, en la
casa natal donde me crié. Pasamos allí muchos momentos de cuentos infantiles.
Me veo representada. Soy vos en otro ser. Me dejaste tanto!!!
Yo sigo buscándote. Desabrigada. Sigo jugando a las escondidas entre las sombras. Es poco el tiempo, bah poco será siempre, donde te busco.
Solo sé que me acurruco en mi propio regazo, entre los días de tristeza y apenas asoma un poco tu recuerdo y me digo: soy feliz de haberte tenido.
Madre: te llevo a mi lado como insignia de un gran amor. Ese que hasta la eternidad unirá
nuestras vidas. Como dicen por ahí: hasta que nos volvamos a ver.
Sólo sé que buscándote calmo la pena y las horas traerán esa resignación a mi alma. Pero no el olvido.
-Dedicado a Hermy, mi madre que nos dejó el 7-10-25 .
©Mirta Serrano
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