Ariel comenzó
a vender café a los 16 años. Eso lo introdujo al mundo de las barras. Cuando se inició en la coctelería, recorrió
varios lugares de excelencia, entre los que estuvieron Tequila, La bella de Bollini,
Kansas, Clo Cló, Paper Moon (allí le
preparó cocktails a Sandro) y TGI
Friday. Fue finalista del torneo de la Asociación Mutual de bartenders.
Sus manos
sirvieron tragos a varias personalidades de la noche, de la música, del cine, teatro.
En este
momento está a punto d disfrutar de la tercera presentación de su libro “Cuentos
de la barra”.
Ariel es extrovertido, sencillo, amable y también un conquistador nato, según
sus propias palabras. Siempre con una sonrisa. Cuenta sus anécdotas desde la niñez
hasta este momento de hoy, donde es el protagonista de una historia aún
increíble para él. Aunque de alguna manera se la propuso.
La barra
lleva a miles de historias, tantas que pueden escribirse en un libro, mezclándolas
con situaciones personales . La barra lo desafió lo resguardó del tiempo que lo
ayuda a crecer.
En este libro
sobreviven la emoción, los detalles, las alegrías y tristezas, la vida misma.
Ariel toma
despacio su café, acompañado de unos maníes mientras habla a borbotones, como
si no le alcanzara el tiempo para contar todo:
Soy barman y gastronómico. Soy muy
inquieto y quiero aprender. Mi vida fue complicada. Tuve una niñez muy
desordenada. A los 40 tuve un despertar para ver qué quería hacer de ella, me
tracé metas y decidí que iba a terminar la escuela secundaria. Lo hice, porque
quería estudiar filosofía.
Había muchas mochilas, cuentas
pendientes: la secundaria, el boxeo (fui boxeador peso medio pesado). Todo lo
que un pibe en la calle podía hacer, lo hice, hasta que dije ya está. Mujeres,
bebida en un bar un mes seguido, así me fue. Tengo un hijo de 23 años a quien
crié solo, ya que su mamá nos abandonó. A sus 17 años lo tuve que despegar de
mí, me daba mucho miedo no saber qué
hacer. Quería que él trabaje, estudie, que la vida no sea la misma que tuve yo.
Estabamos ambos sin nada. Lleno de deudas y con una hija que se fue con su mamá
, mi segunda mujer.
Tuve que empezar de cero. Muchos
amigos me ayudaron en lo emocional, el boxeo me salvó la vida, me levantó. La barra del bar y el
boxeo. El boxeo me reencontró con mi estado físico y que tenía sangre en las venas. Cuando te
tiran y te pegan, tenés que levantarte. Eso hice. Por orgullo.
¿Cómo empezaste
a escribir?
Hice un taller literario. Cuando
terminé el proyecto de ese taller, quise publicar lo que había escrito. Lo leí
miles de veces, tenía terror que se burlen de mí. Si bien el ambiente
gastronómico es unido, es difícil.
Creo que conquisté el público femenino.
Este libro está mejorado. Tiene 3 ó 4 errores que los dejé a propósito, esta es
la esencia de un barman que escribe.
Aunque hasta ahora nadie me lo dijo,
sé que están.
Mi sobrina que es la diseñadora del
libro, quería corregir los errores en la segunda edición y le dije que no.
Cuando terminé el secundario para
adultos fui a la UBA al CBC, este año corté por un tema laboral y del libro. Pero voy a seguir.
¿Cómo fue la
presentación de la primera edición?
Encontré todos los materiales para
hacer el libro, préstamo, editor, correctora, y decidí hacer una presentación
en una fiesta privada, 3 shows en vivo, sonidista pagado por mí, cerveza,
fernet y brochetas con choripán. Cobré una entrada, catering (soy gastronómico,
acordate), y el libro se vendía. Hubo 280 personas, baile, casi agoté la
primera edición ese día. Hace 29 años soy barman y conozco mucha gente, además
como boxeador llené clubes. Me retiré porque ya hice 10 peleas cuando iba a
hacer 1, llené todos los clubes de zona norte. Eso sirvió para sacarme esa
mochila que llevaba.
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con el Intendente de San Isidro, Gustavo Posse |
El libro se hizo con una editora con
quien tengo una excelente relación laboral, y además seguí sus consejos. Si
bien soy callejero, no conozco el negocio de los libros.
La fiesta fue enorme, muchos
seguidores en boxeo y la barra, muchos conocidos. Pensé que iba a ir menos
gente. Calculaba 100. La fiesta fue en Pacheco Novo, salón de fiestas, cerca
del shopping. Uno de mis mejores amigos
de la gastronomía hizo el contacto para conseguir eso.
¿Cómo llegaste
a la segunda edición?
El libro viaja y cae en el secretario
privado del Intendente de San Isidro. El me contacta con la oficina de cultura.
La Sra Eleonora Jaureguiberry me recibió en su oficina y coincidimos en muchas
cosas: libros preferidos, autores…
Luego de un mes aproximadamente, hice
una página del libro. Me di cuenta que
al libro le faltaba una página. El editor en compensación me hizo 100 libros,
que me vinieron muy bien.
Me llaman de San Isidro y me presenta
en la Casa de la Cultura, ellos me hicieron más libros y presenté la segunda
edición ahí, que en principio tiene
lugar para 60 personas y fueron 150. Esos libros se regalaron. Se fueron 60
libros , muchos fueron a la librería a comprarlo.
El comienzo fue en 2017 y el camino
fue muy intenso. A esa presentación en San Isidro fue el Secretario de UTHGRA
de zona norte, porque me dediqué a llevar, ya no a mis amigos, sino a gente más
importante. Este señor, luego me ofrece
comprar 30 libros para regalar y los lleva al Congreso de Mar del Plata de
UTHGRA Nación. Uno llega a la Directora de UTHGRA Nación y me envía un mail
donde dice que le encanta el libro. Me emociono por los mensajes. El libro
viaja a muchos países y me mandan las fotos.
Ariel cuenta
anécdotas sobre sus clientas y clientes especiales. Muchas impresionan, asombran.
¿Tenés
pensado escribir otro?
Si, sobre cuentos, ya lo tengo
escrito. Este libro es una autobiografía en cuentos como boxeador, barman, vendedor, la calle,
donde resumo la vida: alegría, conquista, drama, amigos…y predomina la familia.
Tuve y tengo una familia hermosa.
Cuando empecé a releerlo me di cuenta
que está rodeado de afectos el libro. La gran pregunta de la gente es, si esa
gente de la que hablo es alguno de los que atendí en la barra. Queda a criterio
de ellos, para mí es un gancho. Hay mujeres producidas, hombres elegantes, de
todo.
Traspasé la línea imaginaria entre mí
y el cliente. Ellos a veces cuentan sus cosas y me di cuenta que quien tiene
mucho dinero tiene los mismos problemas que vos, desdichas y pesares. En veintinueve
años se acumulan historias, saber y confianza.
El próximo libro va a ser sobre el
amor, dejando de lado el barman como personaje principal, aunque está, pero no
como protagonista, se corre un poco.
Atendiste
gente importante en la barra, ¿quienes fueron?
Presidentes como Menem, jeques árabes,
actores, gente de un intelecto muy alto, millones de personas, pero lo que
aprendí es que somos todos iguales, sufrimos por lo mismo; amor, desengaño.
Atendí gente que perdió todo y
terminaron mal.
En el libro está el callejero, el
amigo, la familia, madre, padre. Mi viejo fue una gran influencia para mí. Está
presente en el libro.
¿Qué
personaje es que más te llamó la atención atender, en cuanto a ser
extravagante?
Muchos personajes extravagantes. Si te
sentás a tomar un trago en una barra te largás. El 1 de todos está en el libro.
“El Martini” es el cuento. Lo vas a descubrir ahí. Atendí a Susana Gimenez en
su mejor época dorada, a varios locos malos y lindos. También hay un cuento
sobre eso. Uno dice “el loco” pero ¿quién determina lo loca o cuerdo que está
otra persona?
Atendí tipos muy perfectos, es su
forma de vestir, de presentarse, que te das cuenta que es impecable, un
argentino y un petrolero árabe, que lucía así de perfecto. Se sentaba en la
barra con su copa de champagne y todas las mujeres se daban vuelta a verlo. Lo
mismo algunas mujeres tapas de revista de esa época, extravagantes y no tanto.
Mujeres que paran el tránsito, como en el cuento “La reina de la comparsa”.
¿Algún
escritor?
Los escritores son más reservados, no
te lo dicen, a uno atendí de Editorial Sudamericana, a quien le perdí el
rastro, tomaba Martini. El que toma Martini es Nro 1, el que más sabe. El
escritor se sienta, se acomoda como pensando, no es de contar cosas.
El barman es un contenedor, un amigo
que recepciona lo que le contás. Siempre tuve una línea delgada, si me contás
algo malo, no transo, enseguida te dejo de hablar.
¿Alguna vez
sacaste alguien borracho?
Sí, muchas, gente muy bien. Me ha
tocado pegarles también. La noche es así. Donde estoy ahora no es de ese
estilo, es diferente.
¿Qué libros y
autores te gustan?
Hay un autor que muy pocos lo tienen,
es uno de los que más me gustan de acción, no de ciencia ficción: Jorge Amado.
Es un tipo que con “Doña Flor y sus dos maridos” hizo una obra de arte de la
relaciones humanas. Uno de los primeros que habló de lo que piensa realmente
una mujer y su ambigüedad. Soy fanático de Soriano, me gustan los cuentos cortos,
Fontanarrosa y de A.J. Quinnell, un escritor que hizo “Hombre en llamas” por
ejemplo. La película es en México y el libro en Nápoles. Hay varios libros que me gustan de él,
escribe sobre espionaje. También me gusta Jack London, desde que supe que
Heminghway era fanático suyo.
¿Investigás
antes de escribir?
Yo investigo todo. Si lo viví está ahí
y si no, lo averiguo. Hay un cuento en el libro “La conquista” que se trata
sobre el amor y es muy cinematográfico. Escuché más de 150 temas en inglés, porque
ese cuento tiene mucha música, por lo que investigué e hice una selección. “La
danza del barman” también tiene temas musicales en el lugar exacto. “El dato”
tiene un trabajo de investigación con jockeys, sobre caballos, cuidadores,
propietarios. Investigué sobre tangos también. Me gusta el centro, sus bares,
comer pizza de parado en Guerrín, encontrarme con los muchachos en un café.
¿Poesía
escribiste?
Intenté, la primera vez que fui al
taller literario me hicieron escribir haiku, creo que para que me vaya, jajaj, pero
algunos hice. No es lo mío pero me gusta. Si me sirve para entender la filosofía
oriental, su cuidado, su paciencia.
En cine, ¿qué
preferís?
“La casa de las dagas voladoras”,
películas japonesas, con haikus y kung-fu. Me gustan.
¿Música?
Nicola Di Bari, Sinatra, los ochenta.
Escucho mucho lento, me gusta el rock. A
veces necesito escuchar tango, por lo nostálgico. Me gusta Presley y más aún
cuando leí sobre su vida.
¿Dónde se puede
conseguir tu libro?
Boutique del libro de Martínez,
Arenales 2046- Cuentos de la barra- o pedirlo vóa mercado libre y Facebook.
.
Preguntas
express, luego del segundo café:
Lugar donde
más te gusta sentarte a escribir: en
soledad en mi habitación, de madrugada.
Frase que más
repetís en el día: “Vamos! “Dios!”,
convoco a Dios.
Recuerdo de infancia:
cuando salía a vender con mi viejo,
eramos vendedores ambulantes y cuando íbamos a pescar. Lo homenajée a él ahí.
Si tuvieras
que decirle a alguien de 20 años que no hiciera algo de lo que vos hiciste,
¿qué le dirías?: que no desperdicie el
tiempo, tirado en un bar con un harem. A los 20 años sos un potro salvaje y
quiere probarse. El hombre madura tarde, la mujer madura más rápido que la
mujer. La mujer hace 100 veces más cosa que un hombre. El hombre es más soberbio.
Un sueño que
te gustaría cumplir: Los sueños quiero
cumplirlos. Recorrer el mundo con mis libros. Ser conferencista, hablar sobre
la vida.
Un sueño
cumplido: ir a la facultad, subirme a un
ring.
A qué amigo
recordás de tu infancia o de la vida: nombraría
a Rolo, a quien le dediqué un cuento.
©Silvia Vázquez
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