viernes, 27 de julio de 2018

Ariel Guerra, el barman que escribe historias


                          

Ariel comenzó a vender café a los 16 años. Eso lo introdujo al mundo de las barras.  Cuando se inició en la coctelería, recorrió varios lugares de excelencia, entre los que estuvieron Tequila, La bella de Bollini, Kansas, Clo Cló, Paper Moon  (allí le preparó cocktails a Sandro)  y TGI Friday. Fue finalista del torneo de la Asociación Mutual de bartenders.

Sus manos sirvieron tragos a varias personalidades  de la noche, de la música, del cine, teatro.

En este momento está a punto d disfrutar de la tercera presentación de su libro “Cuentos de la barra”.

Ariel es extrovertido, sencillo, amable y también un conquistador nato, según sus propias palabras. Siempre con una sonrisa. Cuenta sus anécdotas desde la niñez hasta este momento de hoy, donde es el protagonista de una historia aún increíble para él. Aunque de alguna manera se la propuso.

La barra lleva a miles de historias, tantas que pueden escribirse en un libro, mezclándolas con situaciones personales . La barra lo desafió lo resguardó del tiempo que lo ayuda a crecer.

En este libro sobreviven la emoción, los detalles, las alegrías y tristezas, la vida misma.
Ariel toma despacio su café, acompañado de unos maníes mientras habla a borbotones, como si no le alcanzara el tiempo para contar todo:

Soy barman y gastronómico. Soy muy inquieto y quiero aprender. Mi vida fue complicada. Tuve una niñez muy desordenada. A los 40 tuve un despertar para ver qué quería hacer de ella, me tracé metas y decidí que iba a terminar la escuela secundaria. Lo hice, porque quería estudiar filosofía.

Había muchas mochilas, cuentas pendientes: la secundaria, el boxeo (fui boxeador peso medio pesado). Todo lo que un pibe en la calle podía hacer, lo hice, hasta que dije ya está. Mujeres, bebida en un bar un mes seguido, así me fue. Tengo un hijo de 23 años a quien crié solo, ya que su mamá nos abandonó. A sus 17 años lo tuve que despegar de mí,  me daba mucho miedo no saber qué hacer. Quería que él trabaje, estudie, que la vida no sea la misma que tuve yo. Estabamos ambos sin nada. Lleno de deudas y con una hija que se fue con su mamá , mi segunda mujer.
Tuve que empezar de cero. Muchos amigos me ayudaron en lo emocional, el boxeo me salvó  la vida, me levantó. La barra del bar y el boxeo. El boxeo me reencontró con mi estado físico  y que tenía sangre en las venas. Cuando te tiran y te pegan, tenés que levantarte. Eso hice.  Por orgullo.

                         

¿Cómo empezaste a escribir?

Hice un taller literario. Cuando terminé el proyecto de ese taller, quise publicar lo que había escrito. Lo leí miles de veces, tenía terror que se burlen de mí. Si bien el ambiente gastronómico es unido, es difícil.
Creo que conquisté el público femenino. Este libro está mejorado. Tiene 3 ó 4 errores que los dejé a propósito, esta es la esencia de un barman que escribe.
Aunque hasta ahora nadie me lo dijo, sé que están.
Mi sobrina que es la diseñadora del libro, quería corregir los errores en la segunda edición y le dije que no.

Cuando terminé el secundario para adultos fui a la UBA al CBC, este año corté por un tema laboral y del  libro. Pero voy a seguir.

¿Cómo fue la presentación de la primera edición?

Encontré todos los materiales para hacer el libro, préstamo, editor, correctora, y decidí hacer una presentación en una fiesta privada, 3 shows en vivo, sonidista pagado por mí, cerveza, fernet y brochetas con choripán. Cobré una entrada, catering (soy gastronómico, acordate), y el libro se vendía. Hubo 280 personas, baile, casi agoté la primera edición ese día. Hace 29 años soy barman y conozco mucha gente, además como boxeador llené clubes. Me retiré porque ya hice 10 peleas cuando iba a hacer 1, llené todos los clubes de zona norte. Eso sirvió para sacarme esa mochila que llevaba.
con el Intendente de San Isidro, Gustavo Posse
El libro se hizo con una editora con quien tengo una excelente relación laboral, y además seguí sus consejos. Si bien soy callejero, no conozco el negocio de los libros.

La fiesta fue enorme, muchos seguidores en boxeo y la barra, muchos conocidos. Pensé que iba a ir menos gente. Calculaba 100. La fiesta fue en Pacheco Novo, salón de fiestas, cerca del shopping. Uno de  mis mejores amigos de la gastronomía hizo el contacto para conseguir eso.

¿Cómo llegaste a la segunda edición?

El libro viaja y cae en el secretario privado del Intendente de San Isidro. El me contacta con la oficina de cultura. La Sra Eleonora Jaureguiberry me recibió en su oficina y coincidimos en muchas cosas: libros preferidos, autores…
Luego de un mes aproximadamente, hice una  página del libro. Me di cuenta que al libro le faltaba una página. El editor en compensación me hizo 100 libros, que me vinieron muy bien.

Me llaman de San Isidro y me presenta en la Casa de la Cultura, ellos me hicieron más libros y presenté la segunda edición ahí, que en  principio tiene lugar para 60 personas y fueron 150. Esos libros se regalaron. Se fueron 60 libros , muchos fueron a la librería a comprarlo.

El comienzo fue en 2017 y el camino fue muy intenso. A esa presentación en San Isidro fue el Secretario de UTHGRA de zona norte, porque me dediqué a llevar, ya no a mis amigos, sino a gente más importante. Este señor, luego  me ofrece comprar 30 libros para regalar y los lleva al Congreso de Mar del Plata de UTHGRA Nación. Uno llega a la Directora de UTHGRA Nación y me envía un mail donde dice que le encanta el libro. Me emociono por los mensajes. El libro viaja a muchos países y me mandan las fotos.

Ariel cuenta anécdotas sobre sus clientas y clientes especiales. Muchas impresionan, asombran.

¿Tenés pensado escribir otro?

Si, sobre cuentos, ya lo tengo escrito. Este libro es una autobiografía en cuentos  como boxeador, barman, vendedor, la calle, donde resumo la vida: alegría, conquista, drama, amigos…y predomina la familia. Tuve y tengo  una familia hermosa.
Cuando empecé a releerlo me di cuenta que está rodeado de afectos el libro. La gran pregunta de la gente es, si esa gente de la que hablo es alguno de los que atendí en la barra. Queda a criterio de ellos, para mí es un gancho. Hay mujeres producidas, hombres elegantes, de todo.

Traspasé la línea imaginaria entre mí y el cliente. Ellos a veces cuentan sus cosas y me di cuenta que quien tiene mucho dinero tiene los mismos problemas que vos, desdichas y pesares. En veintinueve años se acumulan historias, saber y confianza.
El próximo libro va a ser sobre el amor, dejando de lado el barman como personaje principal, aunque está, pero no como protagonista, se corre un poco.

Atendiste gente importante en la barra, ¿quienes fueron?

Presidentes como Menem, jeques árabes, actores, gente de un intelecto muy alto, millones de personas, pero lo que aprendí es que somos todos iguales, sufrimos por lo mismo; amor, desengaño.
Atendí gente que perdió todo y terminaron mal.
En el libro está el callejero, el amigo, la familia, madre, padre. Mi viejo fue una gran influencia para mí. Está presente en el libro.

¿Qué personaje es que más te llamó la atención atender, en cuanto a ser extravagante?

Muchos personajes extravagantes. Si te sentás a tomar un trago en una barra te largás. El 1 de todos está en el libro. “El Martini” es el cuento. Lo vas a descubrir ahí. Atendí a Susana Gimenez en su mejor época dorada, a varios locos malos y lindos. También hay un cuento sobre eso. Uno dice “el loco” pero ¿quién determina lo loca o cuerdo que está otra persona?

Atendí tipos muy perfectos, es su forma de vestir, de presentarse, que te das cuenta que es impecable, un argentino y un petrolero árabe, que lucía así de perfecto. Se sentaba en la barra con su copa de champagne y todas las mujeres se daban vuelta a verlo. Lo mismo algunas mujeres tapas de revista de esa época, extravagantes y no tanto. Mujeres que paran el tránsito, como en el cuento “La reina de la comparsa”.

¿Algún escritor?

Los escritores son más reservados, no te lo dicen, a uno atendí de Editorial Sudamericana, a quien le perdí el rastro, tomaba Martini. El que toma Martini es Nro 1, el que más sabe. El escritor se sienta, se acomoda como pensando, no es de contar cosas.

El barman es un contenedor, un amigo que recepciona lo que le contás. Siempre tuve una línea delgada, si me contás algo malo, no transo, enseguida te dejo de hablar.

¿Alguna vez sacaste alguien borracho?

Sí, muchas, gente muy bien. Me ha tocado pegarles también. La noche es así. Donde estoy ahora no es de ese estilo, es diferente.

¿Qué libros y autores te gustan?

Hay un autor que muy pocos lo tienen, es uno de los que más me gustan de acción, no de ciencia ficción: Jorge Amado. Es un tipo que con “Doña Flor y sus dos maridos” hizo una obra de arte de la relaciones humanas. Uno de los primeros que habló de lo que piensa realmente una mujer y su ambigüedad. Soy fanático de Soriano, me gustan los cuentos cortos, Fontanarrosa y de A.J. Quinnell, un escritor que hizo “Hombre en llamas” por ejemplo. La película es en México y el libro en Nápoles.  Hay varios libros que me gustan de él, escribe sobre espionaje. También me gusta Jack London, desde que supe que Heminghway era fanático suyo.


¿Investigás antes de escribir?

Yo investigo todo. Si lo viví está ahí y si no, lo averiguo. Hay un cuento en el libro “La conquista” que se trata sobre el amor y es muy cinematográfico. Escuché más de 150 temas en inglés, porque ese cuento tiene mucha música, por lo que investigué e hice una selección. “La danza del barman” también tiene temas musicales en el lugar exacto. “El dato” tiene un trabajo de investigación con jockeys, sobre caballos, cuidadores, propietarios. Investigué sobre tangos también. Me gusta el centro, sus bares, comer pizza de parado en Guerrín, encontrarme con los muchachos en un café.




¿Poesía escribiste?

Intenté, la primera vez que fui al taller literario me hicieron escribir haiku, creo que para que me vaya, jajaj, pero algunos hice. No es lo mío pero me gusta. Si me sirve para entender la filosofía oriental, su cuidado, su paciencia.

En cine, ¿qué preferís?

“La casa de las dagas voladoras”, películas japonesas, con haikus y kung-fu. Me gustan.

¿Música?

Nicola Di Bari, Sinatra, los ochenta. Escucho mucho lento, me gusta el rock.   A veces necesito escuchar tango, por lo nostálgico. Me gusta Presley y más aún cuando leí sobre su vida.

¿Dónde se puede conseguir tu libro?

Boutique del libro de Martínez, Arenales 2046- Cuentos de la barra- o pedirlo vóa mercado libre y Facebook.
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Preguntas express,  luego del segundo café:

Lugar donde más te gusta sentarte a escribir: en soledad en mi habitación, de  madrugada.

Frase que más repetís en el día: “Vamos! “Dios!”, convoco a Dios.

Recuerdo de infancia: cuando salía a vender con mi viejo, eramos vendedores ambulantes y cuando íbamos a pescar. Lo homenajée a él ahí.

Si tuvieras que decirle a alguien de 20 años que no hiciera algo de lo que vos hiciste, ¿qué le dirías?: que no desperdicie el tiempo, tirado en un bar con un harem. A los 20 años sos un potro salvaje y quiere probarse. El hombre madura tarde, la mujer madura más rápido que la mujer. La mujer hace 100 veces más cosa que un hombre. El hombre es más soberbio.

Un sueño que te gustaría cumplir: Los sueños quiero cumplirlos. Recorrer el mundo con mis libros. Ser conferencista, hablar sobre la vida.

Un sueño cumplido: ir a la facultad, subirme a un ring.

A qué amigo recordás de tu infancia o de la vida: nombraría a Rolo, a quien le dediqué un cuento.

©Silvia Vázquez

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2 comentarios:

  1. El Toro Guerra Gracias Silvia por hermosa nota.

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  2. Hermoso y filosófico reportaje vos te lo mereces, eres un gran padre, un gran hijo y un gran hombre te amo

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Gracias por tu comentario

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