VISITAS: Colegio Eymard

Esta mañana, estuve visitando el colegio donde hice mi escuela primaria. Ignoro por qué razón, se me ocurrió que podía hacer una nota sobre él, sobre mis recuerdos y sobre lo que significó ese colegio para  mí.
Puse manos a la obra y me contacté con ellos, recibí inmediata respuesta del P. Andrés, quien me invitó gentilmente. Así que esta mañana, cámara en mano me di el gusto.
Recordaba mucho más de lo que creía. Al pisar el patio, me vinieron a la memoria gratos momentos compartidos con mis compañeros. En aquellas épocas estaba dividido, de un lado iban las nenas y del otro los varones, y en el medio el mástil. Nadie se atrevía a pasarse al otro lado!

Me acompañó el P Andrés a cada rinconcito que tenía en mi cabeza, el viejo túnel que conectaba la Iglesia con los pasillos del colegio, el salón de actos, las aulas, la cocina, y hasta la oficina de la dirección donde hice mi "examen de ingreso" a primer grado, allá por 1969.
Aún quedan algunas ed mis maestras trabajando allí, así que prometí volver pronto a verlas.
Me quedé con una sensación de alegría, recordando a su patrono, Eymard, al padre Isidro que ya no está, a la directora y vice de entonces y las viejas puertas de madera y los escritorios franceses que para aquellos tiempos parecían tan grandes...

El banco de "los dolores de panza y las penitencias"

La sorpresa fue que, al preguntarme si tenía recuerdos de alguno de mis maestros, los nombré a todos, especialmente al profesor de inglés, a quien recordaba muy bien, ya que por él es que seguí esa carrera, aconsejando a mi madre a que me mandara a estudiar el idioma.

En el medio del patio, con sus ojos claros y una gran sonrisa, estaba parado Horacio,  mi profesor de inglés, de tercer grado.

P.Andrés, Prof Horacio

Agradezco la hermosa mañana, los recuerdos, el paseo por la Iglesia, y sigue en pie la promesa de volver, estos días a darles al sorpresa a las "señoritas" Cristina y Margarita.

¿Será que me estoy volviendo vieja que me aparecen estas cosas de repente?
No importa, lo interesante, es poder  recordar con amor.

Silvia