viernes, 5 de octubre de 2018

Teatro y música unidas, una pasión: Casa estudio, arte, amor y cultura



Verónica abre las puertas de su casa para mostrarme su lugar. Un lugar que emana arte. Música, danza, expresión corporal en este caso para un grupo de niñas, a quienes ya al pronunciar la primera palabra se les nota que aman esto. Muy histriónicas, expresivas, alegres, divas, charlan con Vero y conmigo sin ningún tipo de pudor. Cero pudor, y eso para quien quiere ser actriz, es genial.

La casa está a metros de la estación de Ballester. Un piso alto, repleto de buena onda, objetos viejos para utilizar en las obras, discos, cuadros, mandalas, guitarras, música, música y música, es lo que se expande desde cada rincón. Toda la casa es el escenario, aunque un telón negro demarca donde moverse.

Pablo ceba mates mientras Vero y las chicas me muestran cómo trabajan. Hay otros grupos pero hoy estoy con ellas. Las tres se ponen de acuerdo sin hablar, casi como que saben lo que la otra va a hacer o decir. Se  mueven, flamean en el aire y bailan, se caen, se ríen, improvisan. Toda expresión que cada una libremente saca hacia afuera. Trabajan en el piso, me cuentan sobre la muestra que van a a hacer próximamente y me invitan. En una de las paredes una  pantalla de televisor viejo, convertida en espejo, donde las “pequeñas divas” se miran a cada rato.

Vero solo contiene, apoya y corrige con una delicadeza inmensa,como debe ser ,como ella sabe hacer. Pablo y yo seguimos los movimientos desde un enorme sillón. Pablo y Vero cantan, ya salió su último CD, con arte de tapa nada menos que de Milo Locket, pero eso es para otra nota que hicimos hace un par de meses.

Cuando dejan de mostrarme lo que hacen, charlo con las tres. “Lo lindo es ayudarlas a crear, a no copiar” dice Vero.

“Queremos que la casa esté abierta a la cultura, que se pueden hacer charlas, presentar libros, exposiciones de fotografías y obras plásticas, y que todos puedan disfrutarlas” agrega.

Las chicas inventan sus propios personajes, lo escriben y lo actúan, con ayuda de Verónica que las guía.

Hace dos años que van ahí, pasando un momento especial, relajándose luego de las tareas escolares. 


Lupe comenzó porque unas amigas iban a teatro y ella también quiso ir. Loretta desde chica cantaba y bailaba y quiso ir donde podía expresarse bien. Kiara comenzó a averiguar con su mamá dónde ir y supo que una de sus amigas iba ahí, entonces se anotó.

La actividad que más les gusta hacer es actuar, cantar y bailar especialmente con la música de Vero “A mí no me gusta cómo canta Vero…me encanta!”, dijeron!

Imaginen que tienen 5 años más de los que tienen ahora, alrededor de 15 ó 16, ¿qué quieren hacer?

Lupe responde: “arqueóloga”, porque amo subir montañas y ver huesos…
Loretta, responde “ actriz y cantante pero en lo que más quiero enfocarme es en la arquitectura”. Kiara dice “actriz de teatro, y un poco también de la tele, más de 

teatro porque me gusta más, me siento más cerca de la gente que me ve”.

¿Qué personaje les gustaría ser?

“una chica que tiene poderes ocultos y lo quiere mostrar al mundo pero no puede porque sino se transforma en monstruo”; Loretta  dice “ me gustaría hacer una chica que tienen un sueño que es triunfar como modelo”, y Kiara “una detective”.

Las dejamos seguir con su clase y charlé con Pablo.






“Sentimos la responsabilidad al tener una casa en este lugar, de devolver un poco a Ballester y decidimos lanzarnos a hacer este tipo de arte, aunque a veces muchos de los vecinos van a microcentro a ver obras de teatro y no quedarse en el barrio. Nos proponemos tratar de abrir la casa a la comunidad.

A veces hay un falso concepto sobre los artistas que no es real, el artista trabaja mucho para mostrar su obra, no es fácil.

Por eso, nos pusimos a ver cómo es la construcción del público, y nos dimos cuenta que necesitamos no solo la pata que crea, sino la pata de la gente que necesita alrededor, ya sea un editor, un productor en el caso de un disco, muchas cosas que son imposibles de pagar.

Al no recibir ayuda de cultura, se complica. Por ejemplo, ahora en Rosario hay un Colectivo de mujeres que tocan y hacen arte, que se organizaron para que si las contratan sea a todas un fin de semana a cada una, y de esa manera logran que todas trabajen y que todas tengan las mismas posibilidades.
Queremos abrir el espacio para que todos acá hagan igual, que un fotógrafo tenga la misma posibilidad que un artista plástico, o un músico o un escritor. Planeamos organziar charlas,  presentaciones, y todo lo que se refiera a cultura. Para eso está la casa”.

Salí de allí, de muy buen humor, con la esperanza que la “utopía” de la que hablaba Pablo, se haga realidad. Creo que se va a lograr, porque cuando algo se hace con ganas y se hace bien, sale bien.

Para consultas, conectarte al mail: creerescrearcompañia.com y en la web www.creerescrearcompañia.com

©Silvia Vázquez
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