Verónica abre las puertas de su casa para mostrarme su
lugar. Un lugar que emana arte. Música, danza, expresión corporal en este caso
para un grupo de niñas, a quienes ya al pronunciar la primera palabra se les
nota que aman esto. Muy histriónicas, expresivas, alegres, divas, charlan con
Vero y conmigo sin ningún tipo de pudor. Cero pudor, y eso para quien quiere
ser actriz, es genial.
La casa está a metros de la estación de Ballester. Un piso
alto, repleto de buena onda, objetos viejos para utilizar en las obras, discos,
cuadros, mandalas, guitarras, música, música y música, es lo que se expande
desde cada rincón. Toda la casa es el escenario, aunque un telón negro demarca
donde moverse.
Pablo ceba mates mientras Vero y las chicas me muestran
cómo trabajan. Hay otros grupos pero hoy estoy con ellas. Las tres se ponen de
acuerdo sin hablar, casi como que saben lo que la otra va a hacer o decir.
Se mueven, flamean en el aire y bailan,
se caen, se ríen, improvisan. Toda expresión que cada una libremente saca hacia
afuera. Trabajan en el piso, me cuentan sobre la muestra que van a a hacer
próximamente y me invitan. En una de las paredes una pantalla de televisor viejo, convertida en
espejo, donde las “pequeñas divas” se miran a cada rato.
Vero solo contiene, apoya y corrige con una delicadeza
inmensa,como debe ser ,como ella sabe hacer. Pablo y yo seguimos los
movimientos desde un enorme sillón. Pablo y Vero cantan, ya salió su último CD,
con arte de tapa nada menos que de Milo Locket, pero eso es para otra nota que
hicimos hace un par de meses.
Cuando dejan de mostrarme lo que hacen, charlo con las
tres. “Lo lindo es ayudarlas a crear, a no copiar” dice Vero.
“Queremos que la casa esté abierta a la cultura, que se
pueden hacer charlas, presentar libros, exposiciones de fotografías y obras
plásticas, y que todos puedan disfrutarlas” agrega.
Las chicas inventan sus propios personajes, lo escriben y
lo actúan, con ayuda de Verónica que las guía.
Hace dos años que van ahí, pasando un momento especial,
relajándose luego de las tareas escolares.
Lupe comenzó porque unas amigas iban a teatro y ella también quiso ir. Loretta desde chica cantaba y bailaba y quiso ir donde podía expresarse bien. Kiara comenzó a averiguar con su mamá dónde ir y supo que una de sus amigas iba ahí, entonces se anotó.
La actividad que más les gusta hacer es actuar, cantar y
bailar especialmente con la música de Vero “A
mí no me gusta cómo canta Vero…me encanta!”, dijeron!
Imaginen que tienen 5 años más de los que tienen ahora,
alrededor de 15 ó 16, ¿qué quieren hacer?
Lupe responde: “arqueóloga”,
porque amo subir montañas y ver huesos…
Loretta, responde “
actriz y cantante pero en lo que más quiero enfocarme es en la arquitectura”. Kiara
dice “actriz de teatro, y un poco
también de la tele, más de
teatro porque me gusta más, me siento más cerca de
la gente que me ve”.
“una
chica que tiene poderes ocultos y lo quiere mostrar al mundo pero no puede
porque sino se transforma en monstruo”; Loretta
dice “ me gustaría hacer una chica que tienen un sueño que es triunfar como modelo”, y Kiara “una detective”.
Las dejamos seguir con su clase y charlé con Pablo.
“Sentimos la responsabilidad al tener una
casa en este lugar, de devolver un poco a Ballester y decidimos lanzarnos a
hacer este tipo de arte, aunque a veces muchos de los vecinos van a microcentro
a ver obras de teatro y no quedarse en el barrio. Nos proponemos tratar de
abrir la casa a la comunidad.
A
veces hay un falso concepto sobre los artistas que no es real, el artista
trabaja mucho para mostrar su obra, no es fácil.
Por
eso, nos pusimos a ver cómo es la construcción del público, y nos dimos cuenta
que necesitamos no solo la pata que crea, sino la pata de la gente que necesita
alrededor, ya sea un editor, un productor en el caso de un disco, muchas cosas
que son imposibles de pagar.
Al no
recibir ayuda de cultura, se complica. Por ejemplo, ahora en Rosario hay un
Colectivo de mujeres que tocan y hacen arte, que se organizaron para que si las
contratan sea a todas un fin de semana a cada una, y de esa manera logran que
todas trabajen y que todas tengan las mismas posibilidades.
Queremos
abrir el espacio para que todos acá hagan igual, que un fotógrafo tenga la
misma posibilidad que un artista plástico, o un músico o un escritor. Planeamos
organziar charlas, presentaciones, y
todo lo que se refiera a cultura. Para eso está la casa”.
Salí de allí, de muy buen humor, con la esperanza que la “utopía”
de la que hablaba Pablo, se haga realidad. Creo que se va a lograr, porque
cuando algo se hace con ganas y se hace bien, sale bien.
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