1- Feria del libro de San Martín
En el marco de homenajear a los libros , se dieron cita autores, personal de bibliotecas y editoriales.
La
misma feria del libro se llevó a cabo
los días jueves 28, viernes 29,sábado 30 y domingo 31 de agosto. Este último
día sus actividades se vieron recortadas por la lluvia que no permitió ciertos
movimientos. O sea :algunos stand pudieron funcionar normalmente y otros
debieron cerrar sus puertas ó adaptarse a la situación.
Esta
vez la feria fue armada dentro de las instalaciones de la municipalidad.
Ubicada en la plaza central del partido de Gral. San Martín. Además en las
oficinas donde se realizan trámites de manera cotidiana se armó la radio. Lejos
estaba la oportunidad de imaginarse que allí durante la semana la gente
gestionara reclamos o averiguación de
dudas , dado que es ese el espacio que
ahora mutaba en radio: cables y consolas que los muchachos dirigían entre el
silencio apropiado.
Esta
feria del libro , la cuarta, fue una excusa muy amable para encontrarse con
diferentes espectáculos que armonicen lo que el público ama: los libros.
En el
hall central uno podía hallar las maquetas representativas de la novela “El
eternauta”. Donde la gente se podía sacar sus fotografías. También había un
escenario montado para recibir a las grandes personalidades de visita.
Durante los cuatro días hubo conferencias varias. Disertadores. Y el público de la zona y quizá de lejanas localidades se acercaron a compartir las charlas: autores que dejaron su impronta. Música y ese intercambio al placer de estar conectados con los libros.
Afuera, en el parque de la plaza se hallaban las carpas donde se daban charlas amenas con distintas temáticas. El común denominador era la literatura.
Colegios zonales se hicieron presentes con los docentes. Llevándose señaladores e información de las bibliotecas.
Dentro de las galerías, se podía hallar los stand de libros .Colores, tersuras, autores nóveles y famosos nos estaban llamando… La fiesta era un suave murmullo a encuentros, sorpresas , ofertas y libros. Muchos libros que esperaban a su nuevo dueño.
©Mirta Serrano
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