SONRÍEME AHORA
con esa boquita roja hecha de rosas,
que exhala una sonrisa contagiosa
y un perfume que nunca he olvidado.
Sonríeme, amor mío, en todas las mañanas
y en cada momento de mi luminoso verano;
sonríeme, en las tardes grises de mi otoño;
en las fragantes mañanas de mi primavera,
y en las tormentosas noches de mi invierno.
Sonríeme en cada instante de mi vida;
hazlo por siempre y sin alguna medida.
Sonríeme para que quizás un día,
pueda recordarte en cada momento,
y aflore en mi ese grato sentimiento
del amor que siempre en mi conservaría,
aunque, tal vez, juntos ya no estemos.
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