El ejército
federal de la provincia de Buenos Aires: al mando del gobernador porteño Juan
Manuel de Rosas. Estaba integrado por unos 22.000 hombres.
La batalla
fue relativamente rápida, ya que empezó hacia las 8 de la mañana y finalizó a
primeras horas de la tarde. Concluyó con el triunfo del Ejército Grande y la
derrota de Rosas, que resultó herido en la mano derecha. Luego de esta derrota,
Rosas renunció a su cargo, embarcó en un buque inglés y se exilió en Gran
Bretaña.
Contexto
histórico
La oposición
de Rosas a organizar constitucionalmente el país y a permitir la libre
navegación de los ríos interiores provocó la reacción de unos de sus aliados,
el federal Justo José de Urquiza. El gobernador de Entre Ríos deseaba sancionar
una constitución que garantizara la paz interior, permitiera la libre
navegación de los ríos y propiciara las relaciones comerciales con los países
industrializados de Europa.
Para llevar
a cabo ese proyecto, en 1851 Urquiza aceptó la renuncia que Rosas presentaba
todos los años al manejo de las relaciones exteriores de la Confederación
Argentina.
Previamente
a este pronunciamiento, que implicaba una declaración de guerra, Urquiza se
había asegurado la alianza del gobernador de la provincia de Corrientes,
Benjamín Virasoro, y de los gobiernos del Imperio del Brasil y del Uruguay.
También contaba con el apoyo de unitarios que estaban exiliados en Santiago de
Chile y Montevideo, como Bartolomé Mitre y Domingo Faustino Sarmiento. Brasil
aportó piezas de artillería, su escuadra y concedió a Corrientes y Entre Ríos
un préstamo para solventar los gastos bélicos. La garantía de ese préstamo
fueron todas las tierras públicas de ambas provincias.
Los aliados
conformaron un ejército conjunto de 28.000 hombres, cuyo comandante en jefe fue
el propio Urquiza. En Entre Ríos, ultimó los preparativos e invadió la
provincia de Santa Fe, que ocupó sin encontrar resistencia. Desde allí pasó a
Buenos Aires.
Si bien el
resto de las provincias se pronunciaron en contra de Urquiza, tratándolo de
«loco, traidor y salvaje unitario», ninguna envió tropas para apoyar a Rosas.
Causas y
consecuencias de la batalla de Caseros
Causas
Las
principales causas de la batalla de Caseros fueron las que se señalan a
continuación:
La oposición
de Rosas a organizar constitucionalmente el país, que estaba prevista en el
Pacto Federal de 1831.
La negativa
de Rosas a permitir la libre navegación de los ríos interiores por buques
extranjeros y a compartir las recaudaciones de la aduana porteña con las
provincias, lo cual perjudicaba los intereses de Entre Ríos.
La política
de puerto único implementada por Rosas, que obligaba a todos los productos que
entraban y salían del país a pasar por la aduana del puerto de Buenos Aires,
donde pagaban impuestos.
El
pronunciamiento de Urquiza, quien en el 1 de mayo de 1851 reasumió la
conducción de las relaciones exteriores de la provincia de Entre Ríos, que
hasta ese momento estaban delegadas en Rosas.
Consecuencias
Las
principales consecuencias de la batalla de Caseros fueron las que se mencionan
a continuación:
La derrota
de Rosas, que renunció a su cargo de gobernador de Buenos Aires y se exilió en
Gran Bretaña, donde murió en 1877, a la edad de 84 años.
La entrada
triunfal de Urquiza en Buenos Aires y su instalación en la que había sido la
residencia de Rosas en Palermo. Desde allí inició las tratativas y
negociaciones que le permitieron reunir a todos los gobernadores en San Nicolás
de los Arroyos.
La ejecución
de reconocidos miembros de la Mazorca, la policía política de Rosas, entre
ellos Ciriaco Cuitiño y Leandro Antonio Alén, padre del fundador de la Unión
Cívica Radical (UCR).
El
establecimiento de la libre navegación de los ríos interiores, que favoreció a
Entre Ríos, Uruguay, Brasil y Corrientes, pero también a Paraguay, que no había
querido comprometerse en la alianza anti rosista.
El inicio de
una etapa de transición del aislacionismo rosista a la inserción de la
Argentina en los mercados mundiales como exportadora de materias primas y como
importadora de productos industrializados, capitales y mano de obra.
El disgusto
de los dirigentes liberales porteños por la prolongada permanencia de Urquiza
en Buenos Aires, por el lugar de preeminencia que se auto atribuía, y por la
obligación que estableció de portar la divisa punzó, símbolo del federalismo.
Este disgusto pronto se tradujo en la ruptura abierta de la confluencia de
intereses entre el liberalismo porteño y los terratenientes y comerciantes del
Litoral a los que representaba Urquiza, y fue el prólogo de la secesión de
Buenos Aires.
Bibliografía:
Fraga,
Rosendo. ¿Qué hubiera pasado si…?. Buenos Aires, Ediciones B. 2016.
Pigna,
Felipe. Los mitos de la historia argentina 2. Buenos Aires, Planeta. 2005.
O´Donnell,
Mario. Juan Manuel de Rosas. Buenos Aires, Planeta. 2001.
Ternavasio,
Marcela. Historia de la Argentina, 1806-1852. Buenos Aires, Siglo XXI. 2009.
Editorial
Grudemi (2018). Batalla de Caseros. Recuperado de Enciclopedia de Historia
(https://enciclopediadehistoria.com/batalla-de-caseros/). Última actualización:
diciembre 2021.
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¿Por qué la estación
de trenes lleva el nombre de Tropezón?
Diversos
historiadores han debatido acerca del nombre de la Estación Tropezón. Algunos
afirman que lleva este nombre debido a que durante la Guerra entre Buenos Aires
(Ejército de la Confederación Argentina) y Entre Ríos (Ejército Grande), el 3
de febrero de 1852, el Gral. Rosas, en su huida hacia el pueblo capital
(Palermo), alejándose de la zona de la batalla de Caseros, su caballo tropezó y
cayó al suelo. La historia continua afirmando que sus escoltas fueron
salvajemente atacados por la retaguardia en esos momentos y que varios soldados
brasileros (formaban parte del ejército comandado por el Gral. Urquiza)
quedaron frente a frente con el malherido Gral. Rosas quien demostraba
inequívocamente haber perdido la Guerra que desembocaría en la Constitución de
1853 y la Presidencia de su contrincante, Urquiza. Los soldados brasileros no
atacaron a Rosas y lo dejaron huir. Tiempo después la línea de Ferrocarriles
Metropolitanos sería llamada Urquiza y, ciertos políticos, para rendirle un
homenaje a la figura de Rosas, se hicieron eco de esta historia y apodaron a
esta estación "Tropezón".
Otros
historiadores afirman que aquella historia es un mito y se basan en que el
nombre viene de como se apodó durante mucho tiempo a la avenida que cruza la
estación (Av. San Martín) que no tuvo una denominación oficial y que los
vecinos (las comunidades inmigrantes, por esos tiempos, eran en su mayoría
franceses y catalanes) en una mezcla de lenguajes le decían "Rue des
Troupes" o "Carrer de les Tropes", algo así como, la calle de
las tropas, ya que durante la batalla, por aquel camino, el ejército vencido
transporto a los soldados muertos en combate hacia el cementerio de Villa
Libertad (actual cementerio de San Martín) que se ubica donde termina la Av.
San Martín.
Otros
historiadores hacen mención a que, durante el debate acerca del nombre que se
le debería poner a las calles de Caseros, y al colocarle oficialmente el nombre
de Avenida San Martín, un prominente comerciante textil de origen francés
(Laurence Candel), quien había sido testigo de la batalla de Caseros, a modo de
protesta, comenzó a pegar carteles debajo de los nombres de las calles con la
leyenda "nom de la rue des troupes sont" (el nombre de la calle es de
las tropas) según lo que atestiguan diversas crónicas de la época. De ahí en
más, fue conocido como el francés "troupes sont" (pronunciado
trupeson) y el apodo se fue deformando maliciosamente hacia tropezón con el
paso del tiempo. La denominación oficial no se hizo eco de esta protesta, pero
en la historia del barrio quedó la anécdota durante mucho tiempo, lo que habría
originado el nombre de la actual estación del Ferrocarril Urquiza. A esta
teoría suscriben varios historiadores locales (López James, Álvarez Soler,
entre otros).
Así que, apenas
a unas cuadras de casa, hubo hechos por demás históricos que la mayoría de la
gente ignora.
Espero que este
escrito sea de utilidad.
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