viernes, 6 de junio de 2025

Entrevistas: Claudio Martínez Bel: " Hace más de 40 años que no paro de trabajar en lo que amo”



Luego del éxito internacional de la serie “El eternauta” pude conversar  con uno de los actores de la escena más repetida en redes y más argentina, donde se juega al truco, el juego de naipes  muy popular en América del Sur, especialmente en Argentina, Uruguay, Paraguay y el sur de Chile. Este juego es el eje de una escena vibrante  y se ha convertido en un fenómeno cultural mundial. “El truco es como la vida”-

Claudio Martínez Bel, es actor, actor de teatro, pero además, es maestro de clown, y ha participado de  éxitos teatrales como “Terrenal” de Mauricio Kartun durante nueve años.

Es una mañana de mucha niebla, fría pero cálida en la conversación. Personalmente feliz de poder tener este espacio en su ocupadísima agenda desde el lanzamiento de la serie.

Claudio, ¡Bienvenido a Las musas!

¡Muchas gracias!

A  pesar que estás en el medio hace  muchos años, ¿podrías decir que este es tu gran momento?

¿En qué sentido le podemos decir “gran momento”? Porque por ejemplo, yo no me dedico a trabajar en audiovisuales específicamente. Soy un actor de teatro básicamente y te puedo decir que hice la obra “Terrenal” de  Mauricio  Kartun durante 9 años, con un suceso extraordinario  Podemos decir que ese fue un gran momento teatral. Y si, este es un gran momento audiovisual.

Exactamente, sí, en cuanto a la parte audiovisual sería el gran momento. También lo has tenido y lo vas a seguir teniendo en el teatro. Es más lo tuyo el teatro.

Entonces sí, sí, básicamente desde hace más de 40 años que no paro nunca, jamás paré de hacer teatro. Claro.

En audiovisual he estado, he trabajado, no he trabajado, en fin, de todo un poco. Pero el teatro es mi casa.

Maestro de clown también.

Uh, eso también lo hago hace muchos años. Hace casi 30 años que doy clases de clown. Para mí el clown es una herramienta para la actuación, extraordinaria.

donde utilizando las técnicas que se inventaron, tanto la de Lecoq en Francia como toda la escuela rusa en su momento, más la tradición del circo criollo acá, argentino y todo. Toda esa mezcla da una cantidad enorme de elementos que sirven mucho para la actuación. Yo  lo uso como una herramienta muy valiosa para la actuación.

Es muy divertido también. Son clases que son muy divertidas y también son muy profundas porque se trata de jugar libremente, sin actuar. Con lo que uno es verdaderamente, con lo que sos, con lo que te pasa, con lo que pensás, con lo que sentís de verdad, sin estar amparado en la psicología de un personaje o en la construcción de un personaje.

Es como mostrar la filosofía del propio espíritu, ¿no? Entonces, se ven las personalidades ahí jugando y es muy divertido, muy profundo, muy sensible, muy muy lindo, muy lindo.

Entonces vos considerás que el teatro fue primordial hasta tu casting del eternauta, primordial en cuanto a que vos tuviste mucho conocimiento para poder hacer ese personaje que exigía la serie. Considero que si hiciste una publicidad en televisión y después no apareciste en televisión o no fuiste conocido en televisión, sino en teatro, es una elección también, me imagino.

Mirá, esa publicidad a la que vos te referís fue hace 31 años. Me dio una gran popularidad en el momento, todo me conocían, pero después trabajando en televisión en ese momento yo no me sentía cómodo, era un problema mío,

Obviamente de inseguridad. Tenía 34 o 35 años, no me sentía seguro, no me sentía cómodo, no sentía que era un lugar al que yo perteneciera, entonces estaba como pidiendo permiso todo el tiempo y así no se puede trabajar porque en ningún lugar uno puede trabajar estando como “de prestado” o  sintiendo que no pertenece.

Y entonces, después de haber trabajado en bastantes programas, trabajé en esa época, tanto en humorísticos como novelas y programas de comedias, de todo un poco… dije, "Bueno, basta, esto no es para mí." Me retiré. Siempre haciendo teatro al mismo tiempo.

Más tarde en 2015 me llamó Benjamín Naishtat para hacer “Rojo” porque me vio en “Terrenal” y dije: Bueno, sí, ya me siento preparado. Estoy grande, ya no tengo miedo. Acepté hacer la película, me encantó. Y a partir de ahí empecé a trabajar, hice varias películas más, hice otras series que todavía no salieron al aire, pero estoy en otras dos series que ya se grabaron, que van a salir próximamente, no sé cuándo, pero van a salir.

Ahora, siento que no pertenezco a eso, pero voy a trabajar muy seguro y muy confiado, porque para trabajar hay que estar seguro. Seguro de la propuesta y lo que vos tenés para dar…porque si te llaman es porque algo saben que vos vas a dar.

                                        

El problema es si vos no creés en eso, por lo cual te llaman. Esto pasa en todos los ámbitos, no solamente en la actuación. Si vos estás haciendo un trabajo que no te gusta, lo vas a  demostrar. Se ve que disfrutás mucho del teatro, pero esta vez también disfrutaste mucho de la serie.

Si, si.

El vocabulario argento  de la partida de truco fue espectacular. No sé cuál de los dos guionistas lo escribió, pero ¿vos te sentiste cómodo repitiendo todas esas palabras, bueno, no tan delicadas?

Sí, sí, yo me sentí muy, muy cómodo, pero debo reconocer que cuando leí el guión y que tuve el primer ensayo de lectura con el director  Bruno Stagnaro, le dije “Eh…  te parece? Estamos haciendo El Eternauta, vamos a poner toda una seguidilla de cosas…” .  Y me dice “sí ,sí va está lindo, va a ir, va a ir”.

 Yo lo único que le agregué, que me salió espontáneo del alma, fue el “cheeee” final, pero me salió como un homenaje a Marrone, porque él siempre  terminaba sus sketch con eso era que era característico. Yo, que fui un  espectador de esa comicidad, de humor, de toda la vida y lo sigo siendo, me encanta ver este a los cómicos y no sé me salió del alma. Como un cierre, digamos, de ese diálogo.

                                             


Eso fue improvisado por vos. El tema de la de la canción del auto también, por lo que había escuchado, se pusieron a cantar y quedó.

¿Sos bueno jugando al truco? Hablando de eso.

Soy estándar, o sea, no soy campeón, pero tampoco soy un trucho.  Para el truco¿Sabes de qué dependo mucho? De  tener un buen feeling  con mi co-equiper, ¿no? Mirá, te cuento: una vez, estábamos viajando a un festival de teatro en Neuquén. Íbamos en tren. Imagínate, son 24 horas de tren. No sé, ahora si existe ese tren. Bueno, quizás no. Resulta, que como éramos muchos elencos que íbamos a ese festival de teatro, se armó un campeonato de truco en uno de los vagones.

Éramos todos jóvenes, estamos hablando del año, no sé,  ´80, por ahí. En ese momento en los ´80 era un veinteañero

Resulta que tenía una compañera de truco con la que nos llevábamos muy bien jugando. Era también colega, estábamos en el mismo grupo de teatro y  jugando juntos nos iba muy bien, nos entendíamos muy bien.

Empezamos a jugar el campeonato y empezamos a ganar, empezamos a pasar etapas y estábamos en la partida anterior a la final. Si ganábamos íbamos a la final y resulta que a mi compañera se le gustó uno de los contrincantes.

¡Y  me aflojó el partido! Y yo le decía:"Eh, eh, acá, conmigo, conmigo que tenemos que ganar." Y la otra estaba embobada. Obviamente terminó el partido y se fueron juntos a otro vagón. Un buen final para ella ,pero perdimos la partida porque se desconcentró. (risas)

Yo creo que esta anécdota viene a que si lo que uno hace es bueno, si uno está compenetrado con lo que hace y compenetrado con quién lo hace, entonces es difícil que no funcione.

El hecho de que la serie ocurra en escenarios locales conocidos que la gente los ve a menudo, ¿ tiene mayor repercusión que si no hubieran filmado en lugares así?

Yo creo que sí. Eso lo que hace es reconfirmar ese famoso dicho que dice, "Pinta tu aldea y serás universal." Es así. Nosotros nos pasamos, toda la vida, mirando cómo las cosas sucedían en Nueva York, en San Francisco, Allá, siempre allá. Y está muy bien, ellos son de allá y lo hacen allá. Está muy bien.

Y ahora,  lo hacemos acá y también está muy bien que lo hagamos acá. El tema es tener recursos para poder hacerlo.

Yo me imagino el trabajo de producción. de locaciones, de comida, de todo lo que debe haber sido eso porque es mucho movimiento, y se nota, se nota mucho el trabajo.

Yo la serie la vi en un fin de semana porque no la podía dejar de ver. Al día siguiente pasé por varios de esos lugares y decía, "Pensar que acá estuvieron filmando y yo no me enteré de nada y cuánto hace y qué sé yo y todo lo que habrán movido y la gente que estaba en la ventana mirando que decía, "¿Qué está pasando acá?" Porque nadie tenía ni idea.

Yo tengo una idea de cómo podrías estar en la segunda parte. Porque eso de que no podés estar, mmm, no sé. No sé.

(Foto: Clarin.com)

                                

Mirá, es tanto lo que todavía hay que contar la segunda parte… Todos los que leímos El Eternauta sabemos de qué se trata, que después viene la parte de la pelea en la cancha de River, están las manos, que son los villanos que aparecen al final de la primera temporada, esos extraterrestres que tienen no sé cuántos, 25 dedos en cada mano.

Hay un montón de cosas para contar que no creo que sea este importante resucitar ni nada al ruso.

Conseguir que el ruso esté en los recuerdos de alguien …

Nunca se sabe, eso puede ser como un dato de color, quizás algo, como un flashback. Eso podría ser. A mí no me dijeron nada, yo teóricamente no tengo ningún tipo de información.

De paso podés cobrar la deuda.

Podría. Sí, porque Lucas (el personaje que hace el actor  Marcelo Subiotto) me debe un montón de plata.

Metafóricamente, ¿qué te imaginás que es la nieve en el en El eternauta?

No, yo no imaginé nada. Pero la historieta la leí muchas veces, porque me gusta. Siempre fui lector de cómics, de historietas, he leído todo lo que he podido y tengo todos los fascículos acá y tengo también todos los fascículos de Nippur de Lagash . Fanático, fanático. Son 64 libros de tapa dura. Uno tiene tanta información, tanta lectura sobre las historietas, yo he leído casi todo lo que se ha publicado en aquella época, pero nunca me puse a imaginar algo respecto de la nieve. Pero después cuando vino la pandemia, que era algo invisible, o sea, una un virus no visible, que mantuvo a todo el mundo,  encerrado en sus casas, muertos, amontonados en las calles , voy a decir, "Bueno, epa, epa. Era eso, puede suceder.”

Puede suceder sin que sea un ataque extraterrestre. Si vos unís en un mismo tiempo y espacio cosas que sucedieron, como por ejemplo, la pandemia, ¿sí? Inundaciones graves como las de Valencia, las de Bahía Blanca. Y este año  Zárate también o las que tuvimos hace décadas en la provincia de Entre Ríos, de Córdoba, que estaba todo inundado. Bueno, si vos unís esas cosas en el mismo lugar, imagínate, pandemia e inundación, más tormenta, más huracán, tenemos  una catástrofe mundial y sin que haya extraterrestres. Claro.

                                          

Este este tipo de escritores tenía una visión especial, no sé si soñaban demasiado o eran muy imaginativos o qué, pero decimos "No, no puede suceder esto." Y bueno, lamentablemente sucede.

Pero pensemos en los escritores de ciencia ficción que han anticipado tantas cosas que hoy están pasando.

                                 


Quiero hacerte una pregunta respecto del teatro.

El domingo 1 de junio hubo una marcha por el Instituto Nacional del Teatro. Vos reposteaste un diploma de Kartun donde se hablaba de la desmantelación de una ley nacional. ¿Qué pasó con eso?

Estamos luchando para que por decreto no  anulen la Ley  que financia el Instituto Nacional del Teatro, que es el quien financia desde hace 30 años, que le  dio un impulso extraordinario a todo lo que es el teatro independiente en todo el país, porque es una ley federal donde se dan subsidios a las salas independientes, a los grupos independientes para generar cultura teatral en  todas las provincias y se reparte de manera equitativa, lo mismo recibe Buenos Aires que Ushuaia.

Está hecho especialmente federal para que no se lleven la mayor porción de la torta la Capital Federal y Gran Buenos Aires. Está muy bien hecha, muy bien pensada, muy justa, muy equitativa y bueno, la quieren voltear. Entonces, hay que luchar para que no suceda.

¿Cómo se puede hacer para luchar contra eso? Más que haciendo una marcha.

¿Qué podemos hacer nosotros?

Hay marchas muy importantes. El miércoles 4 , se unieron los jubilados, se unió la gente  de salud, también la gente de discapacidad. Nosotros también nos unimos, esperemos que se unan todos, que nos unamos, el asunto es unirse, es estar unidos porque están destruyendo muchas cosas y se están desfinanciando muchas cosas. Es un gobierno cruel.

Me gustó saber acerca de esto porque no tenía muy claro sobre qué era la ley, pero me parece muy muy loable de parte de ustedes  reclamar que esto no se saque.

Me enteré que tocaste el saxo en una obra.

Toco el saxo, no soy músico, al contrario, pero sí aprendí a tocar el saxo y entonces me dan mis partes, me aprendo mis partes y tocamos en una banda de cumbia que se llama “Potencia Bernardo”.

Es muy divertido porque tocamos todos covers y tocamos todos temas muy conocidos, pero muy conocidos.

Rafaela Carrá, Gilda, Devórame otra vez, ¿A quién le importa?  O sea, todos temas conocidos.

No me considero músico porque los músicos son los que entienden el lenguaje y yo solamente estoy ahí, acompañando con lo que puedo.

La gente a todos lados donde vamos, aunque no nos conozcan, termina cantando los estribillos a los gritos, haciendo trencito. Es muy divertido, pero muy muy divertido. La pasamos y la pasan muy bien todos.

La gente necesita eso. Un poco de diversión y salir de toda la locura que hay .

El sábado 7 de junio tocamos en un centro que se llama “Páramo Cultural “ que queda ahí en CABA . Tocamos a las a las 10 de la noche más o menos.

Vas a terminar haciendo trencito, eh, ¡y cantando!

¿El curso de clown lo estás dando ahora?

Sí. Yo soy docente, ya me estoy jubilando, pero soy docente hace casi 25 años en la EMAD, que es la escuela metropolitana de arte dramático. Doy un seminario extracurricular de clown hace 25 años, y aparte tengo mis cursos privados donde doy clases.

En Las musas terminamos algunas entrevistas con unas preguntas personales-

Epa, epa, epa.

¿Qué personaje te gustaría actuar de algún libro que leíste de chico? ¿Qué personaje te gustaría ser?

La verdad, uno de los que me hubiera gustado hacer muchísimo es Juan Salvo, porque cuando era chico El eternauta me parecía una obra extraordinaria y veía a ese personaje, obviamente  nunca jamás se me hubiera dado esa posibilidad.

Otro personaje es Nippur de Lagash, pero hay que tener un cuerpazo para hacer eso…

Yo nunca tuve el sueño de ser algún personaje en particular.Tal personaje, tal otro. A mí siempre lo que me gustó es  estar en el escenario y actuar, estar actuando, arriba del escenario. Haga lo que haga no me importa,me importa  estar ahí haciendo algo.

Por supuesto que cuando hice “Terrenal”, por ejemplo, me fascinó estar haciendo ese papel que hacía, de Caín,en  esa la obra, con ese director, Mauricio Kartun, con esos compañeros, y me encantó hacerlo, pero no es que yo soñaba con hacer algo así.

Ahora estoy por estrenar una obra en el Teatro del Pueblo dentro de un par de meses y también es una obra que escribió un amigo mío, a pedido mío. Ahora estoy enamorado  profundizando ese próximo estreno y ahí estoy, enfocado en eso.

                           


El teatro es tu pasión. Cuando uno hace algo con pasión y con amor, es imposible que le salga mal, así que de ahí viene la cosa.

¿Tu libro preferido?  además de los cómics

Mira, tengo varios. Sí, unos cuantos libros preferidos.

Uno, que es el libro que más regalé en mi vida, porque lo regalé muchísimas veces, es “El libro de los abrazos” de Galeano. En una época a todos les decía, "Tomá, te lo regalo, te lo regalo." Le di mucha plata a Galeano (risas). Lo compraba y lo regalaba, lo compraba y lo regalaba, porque por eso es un libro para regalar, hermosísimo.

Cuando era adolescente y leí “El Lobo estepario”, me pegó muchísimo ese libro. Me dejó una huella, y tengo todavía textos de ese libro que me quedaron resonando en la cabeza.

Es más, cuando terminé de leerlo, yo tendría, no sé, 18 años, por ahí, me acuerdo que agarré papel, una birome y le escribí una carta. Pero no a Herman Hesse sino al personaje. Uno no guarda esas cosas a veces y después se arrepiente.

Era una carta como de dos carillas. Le escribí al personaje y la puse en un sobre y dije, "¿Y ahora cómo hago?”. ¿Cómo le mandas una carta a un personaje?

Hay un libro que  también, me gustó muchísimo que es  “La insoportable levedad del ser”. Me gustó muchísimo, y leyendo ese libro conocí a mi esposa, la mamá de mis hijos y con la cual estamos juntos hace 31 años y bueno,  un buen recuerdo del libro, muy buen recuerdo, claro. Sí, sí, tremendo.

Muchísimas gracias por tu tiempo. Compartiremos próximamente donde podemos verte actuar. Un placer haber charlado esta mañana con vos.

 ©Silvia Vázquez


 

 

 




















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