El Barrilete
Berta, la mujer que cuidaba de él llevó a mi madre a la habitación contigua, un presentimiento fatal contrajo mis músculos, sentí un profundo dolor en el pecho, él me despidió con un abrazo diferente al de otras veces, sus ojos tremendamente azules se llenaron de lágrimas y dijo con voz trémula: "cuídate mucho, no dejes morir tus sueños y cuida del barrilete porque siempre nos mantendrá unidos", pocas horas después mi abuelo dejaba este mundo.
Fuimos al funeral, cuando lo vi acostado en ese lúgubre féretro, me sentí aterrado, era la primera vez que veía la muerte de cerca. Para despedirme , en su rostro frío apoyé mis labios, sin sentir su acostumbrada cariñosa respuesta. Quise llorar cuando ponían la pesada tapa, pero no pude. Con ella no sellarían nuestros sueños,sus enseñanzas,los trabajos compartidos, las ilusiones que él me había obsequiado, No le dije adiós.... sólo pensé "nos volveremos a ver en alguna estrella, no sabía cuando, pero estaba seguro que así sería.
Regresamos a casa, consternados, caminando lentamente por el mismo sendero que él había recorrido durante tantos años para ir a visitarnos. Llegamos a casa y me encerré en mi cuarto, donde juntos habíamos pasado momentos felices, irrepetibles En mi memoria emocional quedaría. para siempre la fragancia de la suave colonia que usaba,, sus caricias, sus mimos, Colgué el barrilete al lado de su fotografía y quedó allí por años, lo acariciaba cada vez que su recuerdo me asaltaba.
Mis padres me comunicaron que debía ir a la Universidad si quería ser ingeniero como el abuelo Günther, no estaba en mis planes aún, pero era el momento adecuado; Ellos habían forjado un futuro para mí a la altura de sus posibilidades y yo no podía defraudarlos. Habían hecho un esfuerzo monetario, aunque también satisfarían sus propios anhelos y sus metas como padres.
Lo que no me complacía era dejar mi hogar,mis recuerdos, mis juguetes y aunque suene "infantil" el barrilete.
Como todas las noches desde que mi abuelo había partido, frente al retrato de mi abuelo, hablaba con él contándole mis penas y mis alegrías
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Leonor Pires
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