La primera colaboración literaria entre Borges y Bioy Casares fue por demás curiosa. Lejos de la obra a la que nos acostumbrarían años más tarde, se trató de un folleto sobre la leche cuajada.
La historia comienza en 1889, cuando el abuelo de Bioy, Don Vicente Casares, funda "La Martona", la primer industria láctea argentina. Su nombre se debió a Marta, una de las hijas de su fundador y futura madre de Bioy Casares.
La empresa tuvo un gran éxito. En 1915 contaba con 65 sucursales y vendía más de 300 mil litros de leche por mes.
Años más tarde, para ampliar la oferta, deciden probar suerte con la leche cuajada, predecesora del actual yogur.
En 1935, Vicente Rufino, tío de Adolfo Bioy Casares y heredero de la empresa, le encargó a su sobrino la redacción de un folleto que destacara las bondades de la leche cuajada. Bioy decidió a vez invitar a su amigo y colega Jorge Luis Borges, y así aparecería su primera obra en conjunto: “La leche cuajada de La Martona”.
Contaría Bioy años más tarde: "Mis tíos, los Casares, me encargaron, un poco como para estimularme en la literatura, aunque parezca un tanto absurdo, un folleto sobre las virtudes de la leche cuajada y el yogurt. Pagaban $ 16 la página, que era bastante dinero. Yo sabía que Borges estaba pasando momentos de estrechez económica y le propuse que hiciéramos eso juntos".
Se hicieron al menos dos ediciones de ese folleto de unas 20 páginas, la primera de las cuales contaba con ilustraciones de Silvina Ocampo.
Recordaría Bioy sobre aquella experiencia: "Aquel folleto significó para mí un valioso aprendizaje; después de su redacción yo era otro escritor, más experimentado y avezado. Toda colaboración con Borges equivale a años de trabajo."
(fuente:FbHistorias de la literatura)


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