¿Por qué tanta violencia?
Comienzo
esta nota con una pregunta. La misma pregunta que tal vez ustedes se hacen a
diario. La violencia en la calle, en los barrios, en los trenes, en los
trabajos, es una constante lamentable de estos tiempos.
Según la Organización
panamericana de la salud, cerca de 500 personas mueren a diario como
resultado de la violencia interpersonal en las Américas
La región
tiene la tasa más alta de homicidios en el mundo, tres veces más que el
promedio mundial.
58% de los
niños experimentan abusos cada año – suman 99 millones de niños.
El abuso de
las personas mayores se estima que es de un 12 % en las Américas, sin embargo,
el número puede ser mayor en algunos contextos. Globalmente, solamente 1 de
cada 24 casos de abuso de personas mayores son reportados.
Una de cada tres mujeres ha experimentado violencia física o violencia sexual de pareja.
Pero la que
más frecuentemente vivenciamos es la violencia en las calles.
Usted va
conduciendo su auto pacíficamente y de
pronto, frena en una esquina y casi choca con otro auto. Debería terminar
la escena en que uno deje pasar al otro y punto. Pero no, baja uno de los dos
conductores y prepotea o insulta (o ambos) al otro, comenzando una gresca interminable
de descarga violenta.
Si eso es
suficiente, cada uno sigue su camino, pero muchas veces no sucede así, y
cualquiera de los dos, o los dos bajan con armas , un palo o un hierro para
pegarle al otro
Se han
visto lesiones y hasta muertes por estos enfrentamientos sin sentido.
¿Qué nos
está pasando? Y hablo de Argentina, ya que desconozco los términos violentos en
otros países.
¿La
situación política actual infiere en estas reacciones? ¿Nuestros nervios se
alteran ante situaciones que deberían resolverse fácilmente?
Hay un
aumento de la violencia también en la represión a protestas, la violencia
institucional por parte de fuerzas de seguridad, y la violencia contra personas
en situación de calle.
Según argentina.gob.ar, la violencia en los trenes
es diaria, y con estas cifras:
El 13,1% de
lxs encuestados atravesó situaciones de acoso en el espacio público; el 16,3% presenció
situaciones de acoso en el tren y el 16,2% presenció y vivió situaciones de
acoso (total, 45%).
Situaciones
identificadas: 27,5% corresponde a roce intencional; 18,3% a manoseo; 17,2% a frases
o gestos obscenos; 16,7% a miradas intimidantes; 7,3% a masturbación y 4,8%,
fotos sin consentimiento.
Lugar donde
ocurrieron las situaciones de acoso: el 77,6% en el tren; el 9% en el andén y
el 6,6% en el furgón.
El 74% de
las mujeres que atravesaron situaciones de acoso no recurrieron a nadie para
dar aviso de lo sucedido. El 14,4% dijo que “es normal que suceda”; el 12,8%
dijo que “no había ningún lugar cerca”; al 12,5% le dio vergüenza; el 12% dijo
que “no sucede nada”; el 8,4% dijo que “no tenía tiempo” y el 7,2% dijo “no
conocer los mecanismos a dónde ir”.
Es
importante destacar que entre los mecanismos conocidos para informar/consultar
las situaciones de acoso, en el 34,1% de los casos se menciona a la Línea 144.
Ciudades
Seguras de ONU MUJERES.
La encuesta
se realizó, a partir de un muestreo probabilístico, a 527 mujeres mayores de 13
años que transitan por el espacio público de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires
y /o utilizan los medios de transporte público. Las mujeres fueron encuestadas
en 12 puntos distribuidos entre la zona norte (124 mujeres), zona centro (278
mujeres) y zona sur (123 mujeres) de CABA.
Al
respecto, los principales resultados informan que:
El 80% de
las mujeres entrevistadas experimentó alguna situación de inseguridad en el
espacio público de CABA; siendo las dos más frecuentes el robo y hurto (53,1%)
y comentarios agresivos sobre su aspecto personal (25%).
La mitad de
las entrevistadas manifestó que, para programar desplazamientos, tiene en cuenta
el horario, y el 35%, la presencia de gente en la calle. Un 18% reconoció
sentirse insegura en el espacio público.
Al
consultarles a las encuestadas qué situaciones generan más inseguridad, el 40%
respondió los robos y hurtos, y en segundo lugar, con un 24,5%, el acoso
callejero.
Nos
seguimos cuestionando el porqué. Si la violencia política, infiere en nuestro
estado de ánimo, deberíamos a menos intentar estas opciones:
Promoción
de la convivencia:
·
Fomentar
la empatía y el respeto mutuo entre los usuarios de la vía pública,
reconociendo la interdependencia en el sistema de tránsito.
·
Una
resolución pacífica de conflictos en el tránsito y en otros ámbitos de la vida
social.
·
Liderazgo
local: Las autoridades locales deben asumir un rol activo en la prevención de
la violencia y la promoción de la seguridad ciudadana.
Es
importante recordar que la prevención de la violencia requiere un enfoque
integral que involucre a la sociedad en su conjunto, desde las autoridades
hasta los ciudadanos individuales.
©Silvia Vázquez



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