Sólo a veces..
Sólo a veces... cuando intento rescatar del aire las palabras más bellas, las blancas... esas, que de tan suaves y cálidas se evaporan rápidamente.
Sólo a veces... cuando me despierta la sintonía amarga de un minuto de realidad.
Sólo a veces... cuando el egoísmo baila delante de mi y me atrapa con su triste y áspera sombra.
Sólo a veces... cuando despierto por las noches susurrando deseos... deseos y más deseos.
Sólo a veces... cuando me canso de repetir, pasa... todo pasa...
Sólo a veces... cuando me doy cuenta que los minutos se van de mi cuerpo, y no puedo detenerlos, y siempre y a veces lloro,
por la inutilidad del ser para despertarse lejos de su entramado mundo, lejos de su inútil lamento, lejos de su propia alma.
Sólo a veces y sólo a veces... siento que los inocentes del mundo gobernarán cabalgando en caballos blancos, unidos por sus alas de eterna luminosidad, mostrándonos su valentía, abrazándonos con su inmaculada pureza; reflejando el poder de la compasión, de la misericordia.
Por eso, sólo a veces... lloro.
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