NOTA DE LA DIRECTORA
Cuando tenía quince años estuve en República Cromañón viendo a Callejeros. Como la banda hizo tres recitales yo estuve la noche anterior a la tragedia del jueves 30 de diciembre. Mi relación con la Masacre de Cromañón puede entenderse como una ligación a medias, o no.
A esa edad ya había empezado a ir a recitales de rock. Algunos eran conciertos al aire libre, otros se parecían mucho a cajas de cemento sellado sin circulación de aire. Según Martina, mi amiga de la infancia Callejeros en Cromañón del 29 de diciembre del 2004 fue una de las noches más lindas de su vida.
A los quince años aprendimos que encerrarnos en un lugar inmenso a escuchar música en vivo, a la luz del fuego artificial, era una forma de final. Un corte. Una interrupción. La tragedia de Cromañón fue la canción que se llevó algo nuestro cuando terminó, esa canción que siguió en repeat durante años, y años, y años.
Rebeca Solnit, en su libro “Una guía sobre el arte de perderse” escribe: “Los lugares que tenemos dentro importan tanto como los de afuera. Es como si, al formar parte de nosotros y despertar nuestro anhelo, los lugares se convirtieran en deidades” Nuestra adolescencia, entonces, es esa deidad que quiero contar. El armado de esta película propone una conversación entre dos amigas que vivieron en peligro, audios de amigos que revisitan sus adolescencias y la televisión: nuestro refugio sagrado de los dos mil en la Argentina. Busco que esos años vengan a primer plano para restablecer algo de nuestro presente.
“Clara se pierde en el bosque” es una película de formato híbrido entre ficción y documental. A partir de un viaje a un paisaje que dista mucho de la ciudad, Clara empieza una conversación por audios de Whatsapp con su amiga Martina acerca de sus pasados como fanáticas del rocanrol argentino. En ese recorrido aparece un chispazo de presente que tiene que ver con el deseo de ser madres, con el deseo tímido pero irreprimible de que se produzcan, entonces, las nuevas generaciones. Todo eso que vendrá. Ese lugar donde sí haya alguien.
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