Días atrás, en uno de los pocos ratos libres que
me permite mi trabajo, pensaba en la
cantidad de pestes, que nos han perseguido y atrapado en el último tiempo en
todo el mundo. Si hago memoria y leo un poco, descubro que en los últimos años
fuimos “azotados” por muchas enfermedades que ni siquiera hubiéramos imaginado.
Desde los inicios del 2020, más especificamente marzo, que fue declarada pandemia global por la
Organización Mundial de la Salud (OMS), las cifras del coronavirus han
continuado su ascenso, transformando la realidad de todos los países hasta el
último detalle de nuestro día a día. El 5 de mayo de 2023, más de tres años
después, la OMS declaró el fin de la pandemia por COVID-19.
Pero muchísimos años antes de eso, fue la Plaga de Justiniano (541-542)con 25-50 millones de muertes.
Plaga de Justiniano |
La información sobre las enfermedades del pasado es
más desconocida cuanto más retrocedemos en la historia. Sin embargo, existen
evidencias que sugieren que la llamada Plaga de Justiniano se encuentra en
cuarto lugar entre las más devastadoras, con cifras de mortalidad entre los 25
y los 50 millones de personas fallecidas. Según las estimaciones demográficas
del siglo VI, supuso la muerte de entre el 13 y el 26 % de la población.
Su origen se halló durante el Imperio bizantino en las
ratas que viajaban cientos de kilómetros en los barcos mercantes, que navegaban
hacia los distintos rincones de Eurasia entre el año 541 y 549. La plaga fue recurrente en las zonas cercanas
a los puertos del Mediterráneo hasta aproximadamente el año 750.
Los lugares más aceptados como en origen de la
pandemia nos llevan a los enclaves comerciales del este de África, y su causa
más aceptada se halla en la bacteria Yersinia pestis, como en el caso posterior
de la Peste Negra, aunque proveniente de una cepa diferente. En este caso, su
nombre hizo referencia al emperador romano Justiniano I que regía entonces el
Imperio bizantino.
La Peste Negra (1347-1351): 75 - 200 millones de
muertes
La epidemia más devastadora de la historia de la
humanidad, la peste negra, terminó con la vida de entre 75 y 200 millones de
personas en el siglo XIV. El brote repentino de esta enfermedad afectó, según
estiman modelos de predicción actuales, entre 75 y 200 millones de personas,
que traducido a porcentaje se encuentra entre un 30 y un 60 por ciento de la
población de Europa.
De acuerdo a los datos actuales, el inicio de la
pandemia tuvo su epicentro en Asia y se extendió a través de las rutas
comerciales hacia Europa hasta alcanzar su pico máximo entre 1347 y 1353.
Aunque durante siglos se ha culpado de su origen a las ratas, un estudio de
2018 sugirió que se propagó a través de las pulgas y los piojos de las
personas. La fiebre, la tos, las manchas en la piel y otros síntomas como la
gangrena que dio nombre a la epidemia se extendieron como la pólvora por el
norte de África, Asia, Oriente Medio y Europa con una mortalidad muy alta.
Aunque la gravedad de la plaga fue diferente según la
zona, los estragos de sus consecuencias a nivel económico, político y social
fueron abrumadores, sobre todo cuando la opinión pública comenzó a culpar a los
judíos como responsables del envenenamiento de los canales de agua
potable.
“ Las mismas fuerzas que impulsan la extinción de
especies, la pérdida de hábitat y el cambio climático, provocarán más pandemias
en el futuro.”
La medicina de aquella época era aún tan básica que no
estaba preparada para investigar la causa de la enfermedad, por lo que los
historiadores, médicos y biólogos no hallaron consenso sobre si la raíz de la
plaga fue una variante de la peste bubónica u otra enfermedad distinta. A lo
largo de los años posteriores, la mayoría de variedades de Yersinia pestis se
han encontrado en China, lo que podría indicar que la epidemia se originó en
aquella región.
Ahora, un nuevo estudio del Consejo Superior de
Investigaciones Científicas ha demostrado que la mortalidad de la peste negra
tuvo un impacto muy desigual gracias al análisis del polen fosilizado recogido
en Europa. El trabajo, publicado en Nature Ecology and Evolution afirma que la
mortalidad no fue tan homogénea como reflejan los libros de historia.
“Hemos descubierto que la considerada peor pandemia de
la historia tuvo un impacto devastador en algunas regiones, como Escandinavia o
Francia, mientras que en otras, como en Irlanda o la Península Ibérica, el
impacto fue mucho más discreto”, afirma Reyes Luelmo, investigadora en el grupo
de arqueología medioambiental del Instituto de Historia del CSIC.
A través del estudio del polen, los investigadores han
reconstruido la historia del desarrollo de las actividades económicas
relacionadas con la agricultura y la ganadería, lo que les ha llevado a conocer
la interacción de los humanos con el entorno. “Supuestamente, una epidemia con
tal caída demográfica habría provocado por entonces que los bosques se
recuperaran ante un menor impacto humano sobre ellos y, en paralelo, que tanto
la agricultura como la ganadería sufrieran una notable deceleración o incluso cese
absoluto", explica José Antonio López, investigador del Instituto de
Historia del CSIC.
Según explican los investigadores, al basarse en el
estudio más allá de los datos cuantitativos que normalmente solo reflejan la
realidad de las grandes urbes, han constatado las altas tasas de mortalidad en
Francia, Escandinavia, Alemania, Grecia e Italia, mientras muchas regiones de
Europa Central y Oriental, incluidas la península ibérica e Irlanda, muestra
que la actividad agrícola no cesó.
"Las pandemias son fenómenos complejos que tienen
historias regionales y locales. Hemos visto esto con el covid-19, ahora lo
hemos demostrado para la peste negra", afirma Adam Izdebski, del Instituto
Max Planck.
Las peores pandemias de la humanidad en orden
cronológico
Viruela |
Viruela (1520): 56 millones de
muertes
También bautizada en honor a las pústulas que provoca
en la piel, la viruela fue una pandemia devastadora con una tasa de mortalidad
de un 30%, especialmente alta entre niños y bebés. A pesar de que se desconoce
su origen, existen evidencias de su existencia en una época muy temprana, ya
que se han hallado restos en momias egipcias datadas del siglo III a. C.
A través de la historia, la enfermedad se propagó en
brotes periódicos y se expandió de forma masiva cuando los conquistadores
llegaron al nuevo mundo: según las estimaciones, unas 400 000 personas morían
cada año en la Europa del siglo XVIII y un tercio de aquellos que lograban
sobrevivir desarrollaba ceguera o quedaban desfigurados.
La Organización Mundial de la Salud declaró su
erradicación en 1980, tras diversos esfuerzos por globalizar las campañas de
vacunación. Sin embargo, se estima que la viruela mató hasta 300 millones de
personas solo en el siglo XX y hasta 500 millones en sus últimos 100 años de
existencia.
Camas con pacientes en un hospital de emergencia de
Kansas, en medio de la epidemia de
Camas con pacientes en un hospital de emergencia de
Kansas, en medio de la epidemia de gripe que golpeó Estados Unidos durante la
guerra y fue transportada en los barcos a través del Atlántico.
Previo a la aparición de la vacunación, en China se practicaba la inoculación para prevenir la enfermedad al menos desde el siglo X d. C. Siglos más tarde, la británica Mary Montagu observó cómo los circasianos que se pinchaban con agujas impregnadas en pus de viruela nunca contraían la enfermedad, lo que significó uno de los mayores aportes a este respecto en Occidente hasta que el científico Edward Jenner desarrolló la vacuna 90 años más tarde.
Tras las campañas de vacunación el virus quedó
erradicado, excepto por las reservas en estado criogénico que todavía quedan en
dos laboratorios de Rusia y Estados Unidos. A pesar de que algunos grupos de
expertos han solicitado su eliminación para evitar incidentes, no se llevó a
cabo por falta de información sobre el virus.
(Relacionado: Todo
sobre la variante mortal de la viruela del mono en África Central)
Gripe española |
La Gripe Española (1918-1919):
40-50 millones de muertes
Al contrario de lo que puede parecer debido a su
nombre, la Gripe Española mató a más de 40 millones de personas en todo el
mundo y no se inició en nuestro país. Aunque no existe un consenso en cuanto a
su origen, muchos científicos sitúan sus primeros casos en Estados Unidos en
1918.
En el contexto de una guerra mundial en la que España
era neutral, nuestroterritorio no censuró la información sobre la epidemia y
sus consecuencias, a diferencia de los países implicados en el conflicto
bélico, que eliminaron toda información al respecto con el objetivo de no
desmoralizar a las tropas y no mostrar sus puntos más vulnerables al enemigo.
Una publicación sobre los biólogos españoles ante el
microbio de la gripe española.
Una publicación sobre los biólogos españoles ante el
microbio de la gripe española.
Por tanto, los medios de comunicación españoles fueron
los primeros en informar sobre la enfermedad, y además, fuimos uno de los
países más afectados con 8 millones de personas infectadas y 300 000 personas
fallecidas.
“La censura y la falta de recursos evitaron investigar
el foco letal del virus. Ahora sabemos que fue causado por un brote de
influenza virus A, del subtipo H1N1”, afirma la Gaceta Médica. “A diferencia de
otros virus que afectan básicamente a niños y ancianos, muchas de sus víctimas
fueron jóvenes y adultos saludables entre 20 y 40 años, una franja de edad que
probablemente no estuvo expuesta al virus durante su niñez y no contaba con
inmunidad natural”.
SIDA |
VIH/SIDA (1981-actualidad): 25-35 millones
de muertes
Desde su aparición en 1976, el virus de la
inmunodeficiencia humana (VIH) ha matado a 32 millones de personas, según la
Organización Mundial de la Salud. A día de hoy aún hay entre 31 y 35 millones
conviviendo con la enfermedad, sobre todo en África.
Este virus infecta las células del sistema
inmunitario, mermando la capacidad del organismo para combatir enfermedades. En
las etapas más avanzadas del virus sobreviene el síndrome de la
inmunodeficiencia adquirida o SIDA, que ha tenido un gran impacto en la
sociedad no solo a nivel de salud, sino como fuente de discriminación.
“El VIH/sida sigue siendo uno de los problemas de
salud pública más graves del mundo, especialmente en los países de ingresos
bajos o medios”, afirma la Organización Mundial de la Salud. “A mediados de 2017, 20,9 millones de
personas estaban recibiendo terapia antirretrovírica en todo el mundo. Sin
embargo, solo el 53% de los 36,7 millones de personas que vivían con el VIH
estaba recibiendo el tratamiento en 2016 a nivel mundial”.
El medio ambiente, la clave para evitar próximas
pandemias
«Conservar la biodiversidad se traduce en preservar
las vidas humanas». Así de tajante fue el pasado mes de octubre un grupo de
científicos de la Plataforma Intergubernamental Científico-Normativa sobre
Diversidad Biológica y Servicios de los Ecosistemas (IPBES).
Como conclusión de su reciente estudio, alertaron: las
mismas fuerzas que impulsan la extinción de especies, la pérdida de hábitat y
el cambio climático provocarán más pandemias en el futuro.
«Sin estrategias preventivas, surgirán pandemias con
más frecuencia, se propagarán más rápidamente, matarán a más gente y afectarán
a la economía global con repercusiones más devastadoras que nunca», concluyen
en el informe.
Como si todo esto fuera poco, estamos transitando actualmente la problemática del dengue. Se puede leer el informe del Dr Edgardo Sturba, publicado en este blog el día 1/3/24
https://lasmusasdespiertas.blogspot.com/2024/03/especialista-invitado-dr-edgardo-sturba.html
Edición
©SilviaVázquez
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