viernes, 12 de abril de 2024

Escritora invitada: Leonor Pires

       DESDE EL JARDÍN


           Estoy mirando como cae la tarde, y veo el oro rojizo del sol, reflejándose en el agua que sale por el pico del ganso que sostiene el angelito de mármol. Los gorriones hunden sus picos en el agua de la fuente y hacen sentir sus agudos gorjeos y salen desordenadamente quien sabe para que nido.  Los chingolos cantan quizás sus últimos silbidos, porque en un rato más se irán a dormir al roble que está en el ángulo izquierdo del jardín.


            En el cantero del centro están creciendo los lirios, en el otro, en el que da a la reja de la calle, veo como crecen los narcisos.



            Los que me atormentan son las babosas y los caracoles, que después  de la lluvia salen a comer las hojas y las flores,       ¡ así no hay jardín que aguante !  Las hormigas vienen  poco, me dan la sensación de que les gustan las hojas todavía verdes del árbol de la vereda. Algunas suben por mis zapatos y se me vienen a la cara, pero pasan de largo , suben a mi sombrero y luego van bajando por la nuca, la espalda, la pierna....para ir al hormiguero, que lo veo desde aquí. 


           ¡Pobres hormiguitas,algunas llevan palitos más largos que ellas y también trozos de hojitas que van cargando con dificultad. Y yo me pregunto: ¿para qué trabajarán tanto...?


            Ayer vinieron los zorzales, es una parejita, se comen los granitos de la comida de la perra y también toman el agua de la fuente cantarina, andan a los saltitos y si ven algún bichito, también se lo comen.


           La noche está viniendo lentamente, apenas se distinguen las formas de las plantas y la luna va saliendo por encima de la casa de enfrente, ya está plateando su tejado. El contorno de las plantas se reflejan en la fuente silenciosa. El chorro de agua del ganso de mármol ya no sale.   El silencio va invadiendo poco a poco el jardín, solo se escucha la nana lejana de una madre haciendo dormir al niñito. 


El micro con las luces aburridas pasa lentamente por la calle rompiendo el silencio. En tanto yo sigo esperando solo, inmóvil, estático, bajo la lluvia, bajo el sol, cuando hace frío o cuando hace calor, sin posibilidad de cambio, dialogando solo con mis pensamientos, porque aunque tu no lo creas, los enanitos de jardín también soñamos....

                                                                                                                                                                          

Leonor Pires

1 comentario:

  1. Que hermoso y dulce relato como todos los que hace Leonor Pires.

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