Despedida
No hubo palabras,
solo nosotros y esa lluvia
que caía helada
sobre tus manos .
Las mismas manos
que alguna vez
acariciaron mi piel,
las mismas que
aquel día de julio
tomaron las mías
y me llevaron
a ese mundo de ensueños
y placeres,
hoy me sueltan
como se sueltan los pétalos
de una rosa añeja,
como el viento desprende
las ramas rotas
de aquel árbol
que nos da sombra
en las tardes furtivas
de besos y romance.
No hubo palabras,
solo tu adiós, escondido
y esa lluvia tan fría.
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