Este texto fue presentado en el certamen "Vida y obra de Cervantes" en el año 2016., Miami, Florida.
Agradecida y recordando el momento de la recepción del diploma a la Sra María de la Gándara.
“Rocinante” bautiza a su corcel Don Quijote .
Con gallardía reconstruye
las armas de sus bisabuelos y hasta se da el gusto de elegir a la dama de quien estar enamorado.
Era tan valiente que
se lanza al campo sin haber sido armado caballero, tal era su astucia y valor…
¡Qué loco estaba ese hombre! Confundirse una venta con un castillo, al ventero
con el castellano y a unas prostitutas por damas…
Tantos libros había leído que su cabeza estaba al borde de
la locura, y a pesar de saberlo, intenta
convencer a un posadero para que le proporcione ayuda.
Tan terco fue que existió una ceremonia donde es armado
caballero por el ventero y reanuda su cabalgata con mayor brío.
Le suceden toda clase de extrañas desventuras y aventuras en
las que, impulsado el idealismo, busca “deshacer agravios” y ayudar a los desventurados.
Su dama, Dulcinea del Toboso, en realidad, una moza labradora muy bonita,
es de verdad Aldonza Lorenzo. Pero Don Quijote sabe que es ella, la dueña de su
corazón. Y hasta es capaz de desafiar a quien se le cruce con tal de tenerla.
Pobre Quijote, lo creen loco. Hasta llegan a quemar parte de
los libros que suponen le han hecho tanto mal. Pero aquí bien la verdadera
historia: los molinos que los demás creían molinos, eran en realidad gigantes,
Dulcinea era en realidad Dulcinea. Nadie va a desmentirlo, porque él, es Don
Quijote, el mejor, el más valiente. Dejémoslo que crea su fantasía, después de
todo, a nadie se le puede impedir que sueñe…¿No es cierto, Sancho?
©Silvia Vázquez
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