Desde Venezuela, Ricardo nos regala un poema donde pide tiempo, algo tan valioso hoy en día. Música en cada palabra pensamiento y emoción.
Es poeta y narrador venezolano (Maracay,
Aragua, 1968). Contador público egresado de la Universidad de Carabobo (1996).
Actualmente cursa estudios en la especialidad de Lengua y Literatura en la Upel
Maracay.
Ha publicado los poemarios Poemas del oficio y otros vuelos (Sur
Editores, 2013), Iluminado en la sombra (Negro Sobre Blanco, 2014), El Vocerío
de los locos (Negro Sobre Blanco, 2015), Libro de Percances (Negro Sobre
Blanco, 2017), además del libro de microrrelatos Cirque (Negro Sobre Blanco,
2014). Ganador del Premio Nacional de Poesía Delia Rengifo (Caracas, 2011), del
II Concurso Mundial de Ecopoesía 2012 (Tumbes, Perú) y del Premio Nacional de
Literatura Ipasme en la mención de Poesía (Caracas, 2015). Además obtuvo el
segundo lugar en poesía en el III concurso por una Venezuela literaria (2013) y
una mención especial en microrrelato en el IV concurso por una Venezuela
literaria (2014).
Poemas y cuentos suyos aparecen en numerosas antologías
venezolanas e internacionales y han sido publicados en el suplemento cultural
Contenido del diario El Periodiquito (Maracay), el sitio Las Voces del
Silencio, la revista digital Letralia.com, la revista Astrolabium de Argentina
y la revista Hispanoamericana de Cultura Otro Lunes.
Pido tiempo para ver lo que otros han visto,
para dejar de ser este aprendiz de ciego,
para tener una piel más sensible
y absorbente.
Pido tiempo para saber si la realidad
está acá,
de este lado que piso,
o está allá,
donde nace tu sombra
y tus sonidos.
Pido tiempo para todos los que llevan
los corazones,
los bolsillos,
los calendarios vacíos.
Pido tiempo para olvidar el tiempo,
para escribir nuevos personajes,
para ser una historia más creíble,
más humana.
Ricardo J.M.Hernández
©Silvia Vázquez
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