Entre dos cordilleras, la negra y la blanca
voy camino al Callejón de Huaylas,
soledad y belleza, me quedo sin habla.
Nace en las punas con un amplio valle,
el río estrecha "El Cañón del Pato"
dibuja un mosaico de verdes y pardos.
Miro al Oeste... me asombra la ausencia
de nieve en esas montañas.
Aturde el silencio y las sienes laten,
cuando miro al Este...
veo un paraíso de cumbres nevadas.
Glaciares y ríos, lagos color de esmeraldas,
tanta apostura me roba el aliento,
para describirlo no encuentro palabras.
El Huascarán ruje, no toma descanso,
mueve en su seno demonios ignotos
que siempre presagian algún terremoto.
Tiemblan sus entrañas, no puedo moverme
la emoción me embarga, las lágrimas corren
y caen en el lago de verde esmeralda.
Presiento el enigmático cóndor andino
de negro azulado su fuerte plumaje
y con la cabeza desnuda
rompiendo su pico en las rocas
con fuerza y coraje.
Testigo mudo, amo de los Andes, dueño del paisaje.
Retomo el camino, prendida en la retina
quedará el encanto, y en mi esencia por siempre
la emoción de haber transitado por esos parajes,
rutas de misterio que hizo Dios Padre!
Leonor Pires
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Maravilloso. Como todo lo que escribe Leonor Pires.
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