viernes, 13 de septiembre de 2019

GANADORES DEL CONCURSO "NUESTROS SUEÑOS"


A CONTINUACION EL LISTADO DE GANADORES DEL CONCURSO CONVOCADO POR LAS MUSAS DESPIERTAS.

FELICITAMOS A TODOS QUIENES PARTICIPARON, YA QUE LOS TRABAJOS FUERON MUY BUENOS.

Jurados: Niza Todaro Glassiani- Montevideo Uruguay
               Silvia Mabel Vázquez- San Martín- Buenos Aires



Niza Todaro Glassiani

Nació en Montevideo, Uruguay.
Escritora, Licenciada en Laboratorio Clínico, Diseñadora gráfica y Periodista. 
Hizo un taller con el crítico literario Rodolfo Fattorusso. Su primera publicación fue en una antología: Verano encantado, en 2002, pero ha incluído escritos en muchas más. Su obra en prosa es “Paraíso Perdido (año 2003),un relato contemporáneo. Es Secretaria de la Asociación Uruguaya de Escritores (AUDE).
Colabora en la revista “El Tranvía” y el diario “Estrella del sur” de Uruguay.
Ha recibido Mención de honor por su cuento “El Huésped” en 2008, y el premio “Estrella del sur” en 2019.
Fue coordinadora de la “Antología literaria rumano-uruguaya” en 2017. El pasado mes de mayo, la Facultad de Lenguas de la Universidad de Bucarest la recibió para la presentación de su libro.
La revista Tundra (en español), en su edición de verano de 2019, publicó un trabajo suyo titulado “Montevideo” , junto a destacados escritores como la argentina Claudia Piñeiro.
Conduce junto a Daniel Fernández Corchs el programa radial “Esto es arte” en Radio Ciudadela 88.7 FM en Montevideo.
Premio “Estrella del sur” entregado por UMECEP/Versos compartidos, en el Senado de la ciudad de Montevideo, 2019.
Fue parte de los participantes de comisión de la 2 da Cumbre de UMECEP por la cultura y la paz” en junio de 2019.

Silvia M. Vázquez


Nacida en San Martín, Buenos Aires, Argentina
Profesora de inglés, periodista, escritora y editora del blog  lasmusasdespiertas.blogspot.com y la página personal www.silviavazquez.com.ar
Ha recibido varios premios y menciones nacionales e internacionales. Publicó trabajos en varias antologías en Argentina, España y USA
Editó su primer libro Rocío de palabras –Cuentos y poemas- en abril 2012;Segundo libro “Abraxas”- Cuentos . en marzo 2013;Tercer libro: “Contraluces” –poemas -abril 2015;Cuarto libro: “Aceptalo, tenés 50” -narrativa- 2017 y segunda edición 2018
Premio Cuna de la Tradición, del Círculo de periodistas de Gral,. San Martín, noviembre 2018.
Premio Best Women´s award, en el Senado de la Nación, marzo 2019.
Tercer premio: Concurso poético "Porque soy mujer 2019"- Revista Letras Vinotinto-Colombia-Cuarto premio Concurso poético "Porque soy mujer 2019"- Academia argentina bonaerense de literatura moderna-Primer premio Concurso poético "Porque soy mujer 2019"- Embajadores de paz, zonal Decano Villa de Mayo-Bs Aires.
Premio “Estrella del sur” entregado por UMECEP/Versos compartidos, en el Senado de la ciudad de Montevideo, en el marco del II Congreso internacional por la cultura y la paz, junio 2019
Personaje de la cultura- Palacio legislativo de Montevideo, Junio 2019, entregado por la Vicepresidente de la Cámara de diputados uruguaya, Dra Gloria Rodriguez Santo- Junio 2019
Ha publicado en páginas web de Perú, Israel y España. Ha realizado varios seminarios de capacitación. Fue secretaria en la Sociedad de Escritores de San Martín en 2013.
Jurado en concurso de cuentos y poemas del Rotary Club de V del Parque en 2011 y 2012

Ambas son Directoras culturales e institucionales de UMECEP (Unión mundial de emprendedores por la ecología, la cultura y la paz) de Montevideo y Buenos Aires, respectivamente.

Se les está remitiendo via mail los diplomas a los ganadores y los premios a los primeros puestos, se entregarán a la brevedad. Serán informados también via mail a los ganadores.


Primer premio en Poesía:


A VECES, PASA

A veces pasa
que se nos quiebra un ala
y no tenemos nido
donde encontrar la calma.
A veces pasa
que la voz nos falla
y se nos queda el grito
atrapado en la garganta.
A veces pasa
que no hay palabras
para nombrar
amor/ternura/abrazo
y nos callamos
con los ojos aguados
y enjugando lágrimas.
A veces pasa
que la paz nos falta
pues se ha enredado
en alguna telaraña
y no hay manera
de atravesarla.
A veces pasa:
nuestros sueños se rompen
y el mar los lleva
en grandes oleadas.
A veces pasa
que el amor nos falta,
y entonces, en un suspiro,
se nos escapa el alma.

A veces…
pasa.
                                          Nélida Robledo



Segundo premio en poesía

Mi yo externo

Mi yo externo

Rompo los límites antiguos
de un mundo supuesto,
con aire gris y agrietado
desde mi yo externo.

Fluye el tráfico de mis pensamientos
con la recurrencia continua de los árboles
en algún punto del camino,
busco al azar mi corazón.

Porque en las cenizas de las posibilidades
los días arden esperando el alba
mi cuerpo yace bajo la luz de las galaxias
las bombas arrasan sin piedad
el fuuro está aterrorizado,en brazos del presente.

Persigo el claro del amanecer,
buscando un sueño para la humanidad
que no haya más lágrimas en la eternidad
como herencia,y camino hacia la unidad.

                                                                                            María Teresa Di Dio

Tercer premio en  poesía

 Al Escritor


Quiere rendirte mi homenaje en este día

de la manera más sencilla que conozco,

poblando el blanco papel

de cuatro letras, de aquel abecedario

que es tu herramienta de trabajo.

Mediante el cual, logras pulir cada verso, encadenando las palabras.

Describir narrando nuestros sueños, la sumatoria de bellezas

que este mundo nos ofrece.

Porque un libro es el fruto de tu obra y a su vez...

La cultura de mi pueblo.


                                                             Néstor O. Salgado


Primer premio Narrativa

Para uno solo

Para fin de año, mis padres nos llevaban a Las higueras en Rio Cuarto a pasar las fiestas, en casa de los abuelos. Cuando nos acostábamos en la noche sabíamos que iba a suceder: el abuelo se acercaba a contarnos el cuento.


«Don Casimiro salía todas las mañanas muy temprano.
«Tomaba apurado unos mates; se ponía el saco en la vereda y se quedaba en la parada, con el refugio a medio construir, mirando el amanecer mientras esperaba el colectivo de las seis
«Cristóbal vivía una cuadra más allá, y por esas cosas de la vida y la suerte, más la bendición de una buena herencia. tenía una bella casa con jardín y un auto muy elegante, con el cual salía para su trabajo un poco más tarde que Casimiro.
«A pesar de que eran vecinos, Cristóbal raramente saludaba a Don Casimiro y en más de una oportunidad viéndolo esperar en las frías y lluviosas madrugadas de invierno, no se arrimaba para llevarlo.  Y allí siempre se quedaba Casimiro, mirando alejarse las luces traseras del vehículo y a su vecino, resignado y melancólico.
«Un tiempo después, la suerte giró inesperadamente: Casimiro gano un premio en la lotería, que fue el comentario de todo el vecindario y del pueblo.  Con ese dinero arreglo su casa, y le alcanzo para comprar un autito usado, chiquito y muy confortable.
«Una mañana lluviosa de un agosto muy frio, el auto de Cristóbal se negó a arrancar, y para no llegar tarde a su trabajo, salió desesperado a la vereda y de allí hasta la esquina donde estaba la parada de colectivo. La lluvia era constante, todo estaba mojado, y el amanecer se retrasaba remoloneando detrás de los negros nubarrones. Don Casimiro arranco su auto sin problemas y enfilo muy tranquilo para su trabajo. En la esquina una figura le salió al cruce agitando los brazos; era Cristóbal, empapado, que había visto a Casimiro salir y le pedía que lo llevara.
«— ¿Qué le pasa hombre?  —Preguntó Casimiro bajando el vidrio de la puerta.
                 «—Es que no me arrancó el auto… ¿podría usted llevarme?
«—Vea don…  —le contestó con los ojos muy abiertos.
«—Yo quisiera poder llevarlo, pero ocurre que… 
«— ¿Qué le ocurre?  —le pregunto aterido Cristóbal.

«— ¡Es que tengo nafta para uno solo!»

Y repetíamos el cierre a coro

Éramos chicas y teníamos nuestros sueños, pero uno de ellos era ver al abuelo comenzar el cuento como si no lo supiéramos.
                                                      Raúl Simoncini


Segundo premio narrativa

¡Soledad!

Como el río, que pasa y no vuelve, pasaste a mi lado fugaz y qué iba a pensar yo, que ya habíamos construido tanto, pero dejaste tristeza en mi vida y en el alma, una gris soledad.-

    Y eso, que de por medio estuvieron nuestros sueños, pletóricos de planes para el futuro, que nos esperaba con las manos abiertas.-
    El perfume de rosa, que había, ha huido, también, con tu amor, al que extraño inconmensurablemente; se me hizo un hueco, un vacío.-
    Si te digo, que la tristeza mato a la alegría, en nada exagero, pues me cubrió con su manto el dolor.-
    El azul firmamento diurno, es más puro, más bello, quizás y las flores, como siempre, son hermosas;
    Pero, te soy sincero; yo, no las puedo apreciar.-
    Porque todo lo hermoso y divino eras y seguirás siendo, para mí.-
    Porque al darle luz a mi destino, fue darme, también, tu querer.-
    Y te fuiste por esa senda larga e ignorada, tras los sueños, la gloria a buscar.-
    No sé si la hallarás y yo le pido a Dios, que te dé por castigo: El triunfo, el amor, la paz.-
    Ya no espero, mi amor, tu regreso, porque sé que jamás volverás: Yo, me quedo con la angustia y rezo por tu felicidad… 

                                                                                            Juan Carlos Gruski

Tercer premio narrativa

El reencuentro

–¿Recuerdas aquella canción, la que me pediste reprodujera en mi cuarto de sonido? –me dijo dándome la espalda, con su bebida en una mano y un cigarrillo en la otra. Mirando por el balcón donde solo se veía una profunda oscuridad y el sonido de las olas.
Bajé mi cabeza un poco avergonzada. Mi memoria había guardado esos recuerdos en un baúl que no me había atrevido a abrir en mucho tiempo. Fue necesario para mantenerme viva, para que los recuerdos no me atormentaran.
–Lo recuerdo –contesté–. Aún puedo vernos acostados en el piso del cuarto sin zapatos, solo tirados ahí cabeza con cabeza escuchando –cerré mis ojos–. Esa música nos hacía dar largos viajes con los ojos cerrados.
Suspiré al recordar, al aún sentir en las yemas de mis dedos los suyos, apenas rozándonos mientras nos entregábamos al sonido y el momento. Dos jóvenes hace mucho tiempo en un mundo perfecto, soñando con mil aventuras que realizaríamos juntos, ajenos al futuro que se nos venía encima como una fiera.
Lo miré y estaba encogido de hombros, apoyando sus manos en el barandal del balcón, como queriendo hundir su cabeza en el cuerpo. No podía ver su rostro, no sabía qué pensaba. Entonces se enderezó y caminó hacia la rocola en una esquina del lugar, tomando sorbos de su bebida.
–Yo también recuerdo –dijo dándole una jalada al cigarrillo–. ¿Te acuerdas la canción? Me ha acompañado todos estos años, en días buenos y otro no tanto –buscó en la lista de canciones mirando a la pantalla de la máquina–. No es común una canción como esa en una rocola, pero un dinero de más hace milagros! Además todo es tan tecnológico ahora que supongo no fue gran cosa.
Se colocó el cigarro nuevamente en la boca y con su mano libre seleccionó la canción. Aún me daba la espalda, no se si dudaba mirarme a los ojos, si no quería ver mi reacción o en cambio no deseaba que yo viera la suya.
Y entonces sonó. El pasado se me vino encima aturdiendo mi mente, la ansiedad me quería salir explotando por los poros. Mis manos sujetaron fuerte la mesa, lo que sentía dolía en el cuerpo, me subía por la columna vertebral y terminó saliendo de mi boca como un quejido imperceptible. Las lágrimas, esas que me había guardado todos estos años, solamente cayeron y goteaban sobre mi vestido floreado. La letra de repente cobraba otro significado, ahora nos contaba nuestra realidad.

“Intentaste todo si, unas mil veces.
Has padecido muchas cosas
ya basta, sufriste demasiado.
Pero fuiste tú quien permitió
que todo muriera en mi corazón.
Me alejé, te alejaste…”

La canción continuó como un cuchillo que me desgarraba la carne. Me levanté y caminé rápidamente hacia él. Me detuve. No supe qué decirle. Seguía de espaldas.
–No hay nada que podamos hacer pequeña –me dijo sin mirarme–, los años de ausencia nos molieron y la soledad nos forjó a golpes como un metal. Somos otros ahora. Aquellos dos jovencitos solo podrán estar juntos en un lugar… en nuestros sueños.


                                                              Carla Narváez Gallegos

Mención de honor del jurado

AFORTUNADOS



AFORTUNADAS LAS MADRES QUE TIENEN COCHECITOS Y LAVARROPAS
AFORTUNADAS LAS FAMILIAS QUE TIENEN UN FILTRO DE AGUA Y UNA
COCINA.
AFORTUNADOS LOS HIJOS QUE TIENEN UNA MADRE QUE LOS APOYE Y
LOS TRATE COMO PERSONA.
AFORTUNADOS LOS QUE PUDIERON DARSE UNA DUCHA TIBIA
AFORTUNADOS LOS QUE TIENEN DINERO PARA MOVERSE EN EL MO-
MENTO QUE QUIERAN Y QUE LES PLAZCA.
AFORTUNADOS LOS QUE TIENEN UN APARATO CON UNA APLICACIÓN
PARA COMUNICARSE CON SU GENTE A CUALQUIER HORA.
PERO MAS AFORTUNADOS SON LOS QUE PUEDEN PINTAR UNA SONRISA,
LOS QUE LES DUELE EL CORAZON POR LAS MISERIAS HUMANAS.
AFORTUNADOS SON LOS QUE NO SE RINDEN, LOS QUE TIENEN SUEÑOS Y
NO LOS VENDEN.
                                                           Yesica Mariel Suárez Heye

  .............
©Silvia Vázquez               











4 comentarios:

  1. Felicitaciones a todos los premiados.👏👏👏

    ResponderEliminar
  2. Muchas gracias Silvia Vázquez por impulsar este Certamen literario; que sin duda tuvo una importante participación, un buen trabajo del jurado y buenos trabajos literarios; Agradezco mi tercer premio, al jurado y felicito a los demás escritores premiados; también a los que esta vez no fueron ganadores, por el hecho de participar ya son importantes; solo resta que se sigan superando
    Nestor O Salgado

    ResponderEliminar
  3. Agradezco sobretodo la oportunidad y también mi tercer lugar, me alegró saber que gustaron de mi narración. Espero algún día poder agradecerles en persona. Éxitos a todos los que participaron
    Carla Narváez Gallegos

    ResponderEliminar
  4. Agradezco sobretodo la oportunidad y también mi tercer lugar, me alegró que gustaran de mi narración. Éxito a todos los que participaron.

    ResponderEliminar

Gracias por tu comentario

LUGARES BONITOS PARA RECORRER

  Algunas veces tuve la suerte (o quizá llámese destino u oportunidad), de recorrer y visitar algunos lugares que me gustaron mucho. De esas...