viernes, 7 de mayo de 2021

Escritora invitada: Susana Grimberg: " Y seréis como dioses"

“Y así nacieron los hombres, con el propósito de mantener día con día la creación divina mediante lo mismo que dio origen a la tierra, el cielo y cuanto en ellos se halla: la palabra.” Carlos Fuentes
La caída de los dioses

Voy a comenzar mi nota con un breve comentario sobre la película “La caída de los dioses” (La caduta degli dei), coproducción italoalemana de 1969, dirigida por Luchino Visconti.

Transcurre en la Alemania de la República de Weimar (1918-1933), con los lamentables efectos del ascenso del nazismo en una familia aristocrática de industriales alemanes.

La historia transcurre en los años 30 y se centra en el derrumbamiento de la dinastía de los Essenbeck, una rica familia alemana, dueña de un importante imperio industrial. Luchas de poder, traiciones, corrupción y depravaciones sexuales provocarán el inevitable desastre de los Essenbeck junto al imparable avance y asentamiento de Hitler, paralelo a su historia.
Visconti analizó en “La caída de los dioses”, primera de una trilogía integrada por Muerte en Venecia (1971) y Ludwig (1972), la evolución de Alemania desde mediados del siglo XIX hasta la llegada al poder del nazismo.

El título remite a la ópera de Wagner: “El ocaso de los dioses” y aborda los temas tratados en dicha ópera tales como el incesto, la homosexualidad, la pedofilia, la prostitución, el travestismo, la ciega ambición de poder y la traición y se centró en los Von Essenbeck, una adinerada familia alemana en la ficción, dedicada a la industria de acero que comenzaba a hacer negocios con el Partido Nazi durante el Tercer Reich.

La película parte del incendio del Reichstag, del 27 al 28 de febrero de 1933, cuando el jefe de la familia, el barón Joachim von Essenbeck fue asesinado y Herbert Thalmann (Umberto Orsini), vicepresidente de la compañía familiar, por su oposición al régimen nazi, es culpado del crimen.
La película narra cuando Thalman logró escapar de las garras de la Gestapo, pero sus hijas y su esposa, Elizabeth (Charlotte Rampling), no. Elizabeth muere en el campo de concentración de Dachau, mientras que sus hijas se salvan a cambio de la entrega del padre de las mismas, a la Gestapo.

En definitiva, la película es una velada referencia a la familia alemana Krupp, cuya fábrica de acero tenía su sede en Essen, Alemania, algo no común para la época.

Génesis

Decidí tomar el génesis porque considero que tiene mucho para decir del hombre de hoy, inmerso en un mundo de robotización, armas nucleares y de un Ego insaciable, en el que mucho hace para ser Dios.

Según la arquitecta y urbanista Graciela Mariani, Erich Fromm, consideró que el principal problema del hombre contemporáneo era su confusión entre “ser” y “tener” y que concibió a los integrantes de las sociedades industriales como consumidores angustiados, vacíos, aislados y aburridos de la vida, que compensaban su depresión crónica con el consumo compulsivo. Volviendo al Pentateuco, como su nombre lo dice, está integrado por los cinco tomos que hablan de la creación y de lo que sucedió luego de que Dios creara a Adan y Eva, el primer hombre y la primera mujer.

A su vez, el Talmud, constituido por escritos de muchos autores, lo largo de más de un milenio (desde cerca del 1200 al 100 antes de la era actual), contiene códigos de leyes, relatos históricos, poemas, profecías, que son sólo una parte de la literatura, más vasta, producida por el pueblo judío durante esos once siglos.

A través de los siglos, los judíos interpretaron la Biblia no solamente dentro del espíritu de su propia tradición sino también, en gran medida, bajo las influencias de otras culturas con las que los sabios judíos estaban en contacto. Así, Filón vio el Antiguo Testamento con el espíritu de Platón; Maimónides con el de Aristóteles; Hermann Cohén, con el de Kant.

Los comentarios clásicos, no obstante, se escribieron en la Edad Media. El más sobresaliente comentador es el Rabí Salomón ben Isaac (1040-1105), conocido como Rashi que, en mi opinión, supo interpretar la Biblia como un psicoanalista de nuestro tiempo además de clarificar el texto desde el punto de vista lingüístico y lógico, y de enriquecerlo con las compilaciones de los otros rabies, la tradición mística judía, filósofos árabes y judíos

El Antiguo Testamento es un libro revolucionario, difícil de leer, escrito, compilado y recompilado por muchos estudiosos, rabinos y maestros, en el transcurso de milenios que van desde la mentalidad de clan, hasta la idea de la libertad radical del hombre. Podría extenderme un poco más pero antes, quiero hablar de otro intento, de imitar a Dios, creando a Frankestein, un hombre con vida pero sin alma.

Frankestein

Según Mark Achar, Frankenstein, se volvió parte de la cultura, porque no sólo ha marcado un personaje, sino un concepto y sigue siendo el punto de referencia a todo personaje al que un científico loco se esmerara por darle vida.

El monstruo de Frankenstein es un personaje de ficción que apareció por primera vez en la novela de Mary Shelley: “Frankenstein o el moderno Prometeo”. Se trata de un ser creado por Victor Frankenstein que retomó varios elementos del Golem:

1) Le dio vida a partir de una materia inanimada.
2) Fue un mortal
3) Tanto el Golem cómo Frankenstein presentan sentimientos de bondad y de amor,
4) Los dos tienen una apariencia diferente a la de un ser humano normal.
5) Los dos son temidos por el pueblo.
6) Lo más importante: ninguno de los dos, tiene alma.

Y más importante que todos, ninguno de los dos tiene alma. Solamente vida. a partir de partes diferentes de cadáveres, al cual le es otorgada la vida por Víctor Frankenstein (su creador) durante un experimento.

El personaje llegó a formar parte de la cultura popular y ha sido fuente para la creación de otros personajes de novelas, cómics, series de televisión y películas. Su piel amarillenta apenas cubría la obra de músculos y arterias que quedaba debajo; el cabello era negro, suelto y abundante; los dientes tenían la blancura de la perla; pero estos detalles no hacían sino contrastar espantosamente con unos ojos aguanosos que parecían casi del mismo color que las órbitas blancuzcas que los alojaban, una piel apergaminada y unos labios estirados y negros. [...] ¡Ah! No había mortal capaz de soportar el horror de aquel semblante. Una momia a la que dotaran nuevamente de animación no podría ser tan espantosa como aquel desdichado.»

Casi inmediatamente después de nacer, era capaz de ponerse en pie, de caminar y de usar ropas, Es muy sensible y emocional, anhela la compañía y el afecto y su único objetivo es compartir su existencia con otro ser dotado de sentimientos, semejante a él.

Es muy elocuente y articulado, llegando a hablar y a escribir con gran corrección en francés, y posiblemente también en alemán y en inglés. Admira la belleza, y su mayor placer es ver «las flores, los pájaros y todas las alegres galas del verano». Tiene inclinaciones pacíficas, y aunque conoce el uso de la carne, prefiere alimentarse de raíces, bayas y nueces que encuentra por el campo, siendo vegetariano. Le gusta leer, y varios de los libros que lee son El paraíso perdido de Milton (a cuyo héroe, Satán, admira, y con el que llega a compararse "debería ser tu Adán, pero soy tu ángel caído", le llega a decir a Frankenstein, y que de paso le sirve para comprender las nociones de creación y divinidad).

En el libro de Mary Shelley, se ve la rebeldía del monstruo que, igual que el Golem, quiere vivir.
La historia del Golem se remonta al siglo XVI en donde el rabino praguense, Yehuda Löw ben Becalel, conociendo el Talmud y la Kabalá a la perfección, así como las matemáticas y la astronomía, logró realizar un hombre de arcilla que solamente representaba un muñeco formado a la semejanza de un hombre, hasta que el Rabino Löw, según cuenta la leyenda, le escribió el nombre de Dios en la frente.

Algunas otras versiones cuentan que le escribió la palabra “Emet” (אמת) que significa “Verdad”, en hebreo y Met, “muerte”.

Entre otras cuestiones La leyenda cuenta que el “Golem” sirvió también como forma de defensa del pueblo en donde vivían contra los antisemitas de la época.

Más adelante, el “Golem” empieza a seguir órdenes más complicadas y a presentar sentimientos más complejos, solamente dignos de seres humanos, lo que lo lleva a enamorarse de la hija del rabino. Éste, sorprendido por el sentir de su creación, entiende el error de haber influido con cuestiones divinas, lo que lo llevó finalmente a dejar descansar al “Golem”, como empezó, como materia inerte en su ático; a donde prohibía la entrada a todos, excepto a rabinos que conocieran bien la ley de Dios.

La casa del rabino Löw, la leyenda del “Golem” y “Frankenstein”, quedan todavía para recordarle a la gente sobre abstenerse de desear ser como Dios, no influir sobre la esencia del hombre, especialmente con la vida y la muerte.

En Génesis 1:26 dice Dios: "Hagamos al hombre a nuestra imagen." ¡A Imagen de un Dios sin imagen! Es que el nivel de simbolización necesario para entenderlo excede a los hombres. Excede y cautiva al mismo tiempo. Por el misterio y los interrogantes.

Frankenstein retoma varios elementos del Golem: su creadora, le da vida a la materia inanimada. Un mortal con conciencia, es el canal por el que viven tanto el Golem, como Frankenstein. Es que los dos, presentan sentimientos de bondad y amor).

Los dos tienen una apariencia diferente a la de un ser humano normal. Los dos son temidos por el pueblo. Y más importante que todos, ninguno de los dos tiene alma. Solamente vida.


Frankenstein es un símbolo dentro de nuestra cultura moderna, lleva casi 200 años de historia y es una novela, escrita por una mujer, que ha sobrevivido a pesar de las películas creadas debido al concepto. Nada más recibir la vida de su creador, Victor Frankenstein, es abandonado por este a su suerte, repugnado por su aspecto físico. Durante varios días, el Monstruo, asustado, entristecido e ignorante de su identidad, se desplaza por los bosques, sobreviviendo con bayas silvestres y agua del río. Conforme el tiempo. busca refugio en un pueblo cercano, donde todos sus intentos por contactar con seres humanos acaban de manera violenta y desastrosa, al ser rechazado por todos.

Finalmente encuentra cobijo en un cobertizo abandonado en una remota granja, habitada por una familia, los De Lacey, originaria de Francia. En el transcurso de los meses siguientes, y a fuerza de observar sin ser visto a los moradores de la casa, con los que llega a encariñarse, el Monstruo aprende a hablar, a leer, a escribir y empieza a comprender mejor el mundo que le rodea. Se vuelve culto, elocuente y refinado.
Pero también se vuelve consciente de su propia deformidad física y de la anormalidad de su nacimiento, que lo apartan de las personas. Gracias a unos papeles que encuentra en un bolsillo de unas ropas que se llevó del laboratorio de Frankenstein, y que son el diario de este, acaba por conocer la historia de su creador y los pormenores relativos a su nacimiento, lo que le lleva a experimentar un creciente rechazo hacia sí mismo.
Sin embargo, no renuncia a la posibilidad de hacerse amigo de la familia, y un día que los hijos están ausentes, intenta acercarse al padre, que, al estar ciego, no puede verle y no es consciente por tanto de su deformidad. Sin embargo, cuando el resto de la familia regresa, es de nuevo objeto de rechazo y de horror, y expulsado de la casa.

De nuevo solo y separado de la compañía de todo ser inteligente, vaga otra vez por los bosques, con la esperanza de encontrar a Victor Frankenstein y apelar a su simpatía y obligaciones como creador suyo. Encuentra en su camino a una niña campesina que está a punto de morir ahogada. Le salva la vida, pero cuando el padre de la niña le descubre, le dispara con una escopeta y casi lo mata.

Muy amargado por este hecho y lleno de odio y de venganza contra la humanidad, consigue llegar finalmente a los alrededores de Ginebra, ciudad donde reside la familia de Frankenstein.
El “Golem” lleva ya casi 500 años. La historia, además de estar escrita, incluye personajes reales de la monarquía de Praga en esa época y es la primera historia en donde se encuentra la entrega de la vida a un objeto 300 años antes que la creación de Frankenstein.

Frankenstein retomó varios elementos del Golem:

1) Los dos tienen una apariencia diferente a la de un ser humano normal.
2) Los dos son temidos por el pueblo.
3) Y más importante que todos, ninguno tiene alma. Solamente vida.
Quiero concluir con este pensamiento de Sigmund Freud.

“Las ilusiones se encomiendan a nosotros porque nos ahorran dolor y nos permiten disfrutar del placer. Debemos, por tanto, aceptarlas sin quejas cuando se chocan contra la realidad en la que se hacen pedazos”.

Con esta frase de Carl Sagan:

“Nuestros antepasados observaron la complejidad y la belleza de la vida, y comprendieron que tenía que existir un gran creador”.

Y con esta reflexión de Albert Einstein:
“El azar no existe; Dios no juega a los dados”.




@Susana Grimberg. Escritora, psicoanalista, ensayista y columnista.

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