viernes, 14 de mayo de 2021

Escritora invitada: Susana Grimberg

 El duelo en tiempos de pandemia




“El duelo suprimido sofoca. Hace estragos dentro del pecho y está forzado a multiplicar su fuerza”. Ovidio

Entre el dolor, el miedo y el deseo de vivir.

Si bien mi intención había sido profundizar el tema sobre los efectos que puede causar en la gente o en la vida de cada persona uno, el deseo de ser Dios, equiparase a Él, crear como Él.

Ponerle palabras al duelo, más aún en tiempos de pandemia, es como intentar darle un sentido al sinsentido de un agujero en el tiempo como es el duelo por la muerte de un ser querido.
Como la afinidad entre duelo y dolor lleva a que se conjuguen casi al mismo tiempo, busqué, como es mi estilo, en el diccionario etimológico de Joan Corominas, la palabra duelo, para entender a qué remite y cuáles son los significantes con los que se articula o entrelaza.

Duelo, etimológicamente, significa desafío, combate. Concretamente, del latín, duellum: guerra. Sólo al final indica: ver dolor. Busco el significado de dolor, pero, relacionado con la palabra dolor, aparece con todas las letras: duelo. Sin embargo, ¿de qué guerra se trata? ¿Entre lo que el sujeto fue y lo que es hoy? O ¿lo que fue la Argentina y dejó de ser, entre otros motivos por el manejo desacertado de la vacunación?

Es importante considerar lo que pone en juego, lo que se mueve en una persona, al haber perdido la ilusión de que nunca nada iba a afectar su integridad que era su salud. Esa pérdida descubre que no sólo se pierde a la persona que se creía ser, sino la posibilidad de confiar en la capacidad propia para sobreponerse a cualquier problema.

¿Qué quiero decir con esto? Simplemente que la enfermedad, en este momento el coronavirus, puede ser vivido como un atentado contra el narcisismo. Me refiero al angostamiento del yo, ese estrechamiento que acerca violentamente a la certeza de poder morir en cualquier momento. El duelo anticipado causado por la muerte repentina de una persona, pone al sujeto en un lugar de extrema angustia.

Es que similar al duelo por la pérdida de ser querido por el que ya no está, es el duelo por la pérdida de ser querido por uno mismo. Este duelo es como un agujero en lo real que moviliza todo el orden simbólico.

Morir por coronavirus

Si tomamos lo dicho por Sigmund Freud respecto de que el duelo es la reacción frente a la pérdida de una persona amada en el caso de una enfermedad importante y no necesariamente terminal, a partir de no tenerse a sí mismo como pudo tenerse hasta ese momento, al perder esa certeza, el sujeto pierde interés por el mundo exterior además de distanciarse de cualquier trabajo productivo que no tenga relación con lo que fue.

Esa pérdida de certeza, es utilizada habitualmente por políticos psicópatas que hacen de la propia vida y la de los otros, una mentira constante. La historia de la vacuna contra el Covid: vacunatorios VIP y resistencia del gobierno nacional a que algunas empresas y ciertos laboratorios puedan dar la vacuna, es una muestra de lo que acabo de decir: resistencia a que la gente pueda acceder a la vacuna en libertad y, que también, la gente pueda salvarse en libertad.
Como ustedes saben, el mito de Narciso, nos habla de ese joven, discapacitado para amar a alguien que no fuera él mismo, al descubrir su propia imagen en el agua, se enamora en el acto de sí y muere al intentar abrazar (se) a su propia imagen. Cautivado por la imagen que está viendo, cree que es un cuerpo lo que es en realidad agua. Y, esto es lo que puede suceder cuando no hay valores, o los afectos son como el agua.

Se habrán dado cuenta de que subrayo, esencialmente, el exceso de narcisismo, porque también es importante preservar una cierta cantidad de narcisismo para reforzar la autoestima.
¿Tanto se quieren a sí mismos que tan poco les importa lo que le suceda a la gente que los voto? Inútil sería hablar de los que no los votaron porque si de enemigos se trata lo mejor sería que muriesen antes posible.

Vacunatorios VIP en Buenos Aires

Argentina no encuentra la calma con el plan de vacunación porque parece podrían filtrarse en varias listas nombres vinculados a la política.

Hace unos días, cuando saltó el escándalo con los vacunatorios VIP en Argentina, el periodista Horacio Verbitsky dijo que había sido de los primeros en darse la vacuna Sputni kfue el primero en recibir la dosis contra la Covid-19, lo que conllevó a que el presidente Alberto Fernández pidiera la renuncia del ministro de Salud, Ginés González García. A partir de esto, la ministra Carla Vizzotti tomó la decisión de publicar la lista de los beneficiados por el Gobierno.

El pensamiento judío y los innombrables vacunatorios VIP

El Gobernador Axel Kicillof negó la existencia de otras listas vip aunque parece ser que en Buenos Aires existen vacunatorios vip. Estas personas no serían gente conocida, pero estarían vinculados a la política e incluso familiares de altos cargos provinciales y municipales. Por ejemplo, Jorge Ferraresi, ministro de Desarrollo Territorial y Hábitat, recibió la dosis y se listó como personal sanitario. También lo hizo Carlos Alberto Zannini (1954), abogado y político argentino, Procurador General del Tesoro de la Nación, a quien le dieron la primera dosis de la vacuna Sputnik V en forma irregular. Lo registraron en el SISA (el Sistema Integrado de Información Sanitaria Argentino en el que deben volcarse los datos epidemiológicos) como "personal de salud".

En la Síntesis del Shuljan Aruj, que es a su vez una síntesis del Talmud, donde se refiere a “Nuestros deberes frente a la familia”, encontramos una explicación acerca del duelo y de la actitud a asumir, según los preceptos judíos, en esa situación de pérdida de un ser querido. Es importante considerar que lo que pone en juego, lo que mueve en una persona, la pérdida de un ser querido es que esa pérdida descubre que no sólo se pierde a alguien valioso para nuestros afectos, sino que descubre que se trata, también, de la pérdida de ser querido, acariciado, cuidado, por esa persona.

Sigmund Freud dice que el duelo es la reacción frente a la pérdida de una persona amada y, que a partir de no tenerla, manifiesta la pérdida del interés por el mundo exterior - en todo lo que no recuerde al muerto -, la pérdida de la capacidad de escoger algún nuevo objeto de amor - en reemplazo, se diría, del llorado -, el distanciamiento respecto de cualquier trabajo productivo que no tenga relación con la memoria del muerto. Esta inhibición, este angostamiento del yo, expresan una entrega incondicional al duelo que nada deja para otros propósitos y otros intereses.
El duelo es como un agujero en lo real que moviliza todo el orden simbólico.

En la clínica, suelen presentarse situaciones desestructurantes tales como fenómenos psicosomáticos, anorexia, depresión, fenómenos que se producen cuando la persona afectada por esta pérdida, la rechaza o incluso la niega.

Para poder estar de duelo, es necesario aceptar que algo importante se ha perdido; nunca renegar de ello. Los ritos funerarios, la importancia de la sepultura en todas las civilizaciones, son una de las maneras que tienen los deudos para aceptar la muerte.
No se trata únicamente de saber a quién se perdió sino lo que se perdió.

Quiero concluir con estas palabras del poeta estadounidense W.S. Merwin (1927/2019):

”Tu ausencia me ha atravesado como hilo en una aguja. Todo lo que hago está cosido con su color”.

Y con esta frase poética de Pablo Neruda:

“Las lágrimas que no se lloran ¿esperan en pequeños lagos? ¿O serán ríos invisibles que corren hacia la tristeza?”

Susana Grimberg. Psicoanalista, escritora, ensayista y columnista.
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