viernes, 21 de mayo de 2021

Una gran pèrdida para los pequeños lectores

Murió Pancho Aquino, el enorme escritor de Varela que cautivó a los chicos del mundo.

Lo conocì en la Feria del libro de Buenos Aires, y me dio algunos consejos para seguir escribiendo. Le hice caso, don Pancho. Acà estamos.


Pancho Aquino murió a los 82 años. Sufrió un ACV y en la clínica se contagió coronavirus. Su obra había sido traducida a más de cinco idiomas.

“Todas las personas mayores fueron al principio niños. (Aunque pocas de ellas lo recuerdan)” dice una de las frases de Antoine de Saint-Exupéry en su majestuosa obra El Principito. Pancho Aquino, es sin dudas, uno de esa rara estirpe de escritores que todavía lleva con gallardía ese niño adentro. Y con orgullo.

A los 53 años y trabajando en un aserradero de Quilmes en 1992, Francisco Aquino tuvo un llamado divino. Escribir. Fue un poema, “Añoro”, que trata sobre su niñez. Aquella de los pantalones cortos y andar descalzos por las calles de tierra de La Colorada en Florencio Varela, el barrio que lo adoptó a los 8 años, cuando vino de Berisso junto a sus padres. Fue un despertar al mundo mágico de las letras. Desde entonces vendió miles de ejemplares y sus obras se tradujeron a cinco idiomas.

Ese poema fue incluso convertido en canción por uno de los más grandes referentes populares de la canción autóctona, Argentino Luna, que lo presentó en sociedad en el Festival de Jesús María rondando el 2010.

“Jamás pensé que iba a ser escritor. Y después me vi firmando libros en ferias, sentado al lado de grandes escritores” recuerda en una entrevista con Infosur. “En mi infancia andaba descalzo con pantalones cortos y jamás me había puesto a soñar en estar sentado en donde se sentaron grandes como Leopoldo Lugones, Borges, Bioy Casares” dijo humildemente e una nota que por el 2010 le realizó el cronista de Infosur. Pero lo logró.

Los cuentos con sentido de Pancho Aquino

A los adultos les cuesta entender las cosas sencillas y profundas. Por eso, quizás, fueron los niños los que abrazaron la obra de Pancho Aquino. Aunque él insistía en que escribía para todos. “Cada uno de nosotros tenemos un niño interior. Los chicos en las escuelas me encasillaron como escritor de libros para ellos, porque tomaron mis libros, los leyeron, y me empezaron a llamar. Pero no estoy de acuerdo cuando me encasillan como el mejor escritor infanto juvenil, porque yo escribo para todos, porque las personas tenemos sentimientos y tenemos siempre un niño adentro” explicó en aquel diálogo.

Todos los cuentos, lecturas, frases y poemas de Pancho tiene una enseñanza, los cuales en los tiempos que corren son muy bien recibidos por los docentes de los distintos ciclos de la educación, y ni hablar de los más pequeños que encuentran en los libros de Aquino esa historia que los atrapa.

Pancho Aquino murió a los 82 años. Sufrió un ACV y en la clínica se contagió coronavirus. Su obra había sido traducida a más de cinco idiomas.

“Todas las personas mayores fueron al principio niños. (Aunque pocas de ellas lo recuerdan)” dice una de las frases de Antoine de Saint-Exupéry en su majestuosa obra El Principito. Pancho Aquino, es sin dudas, uno de esa rara estirpe de escritores que todavía lleva con gallardía ese niño adentro. Y con orgullo.

A los 53 años y trabajando en un aserradero de Quilmes en 1992, Francisco Aquino tuvo un llamado divino. Escribir. Fue un poema, “Añoro”, que trata sobre su niñez. Aquella de los pantalones cortos y andar descalzos por las calles de tierra de La Colorada en Florencio Varela, el barrio que lo adoptó a los 8 años, cuando vino de Berisso junto a sus padres. Fue un despertar al mundo mágico de las letras. Desde entonces vendió miles de ejemplares y sus obras se tradujeron a cinco idiomas.

Ese poema fue incluso convertido en canción por uno de los más grandes referentes populares de la canción autóctona, Argentino Luna, que lo presentó en sociedad en el Festival de Jesús María rondando el 2010.

“Jamás pensé que iba a ser escritor. Y después me vi firmando libros en ferias, sentado al lado de grandes escritores” recuerda en una entrevista con Infosur. “En mi infancia andaba descalzo con pantalones cortos y jamás me había puesto a soñar en estar sentado en donde se sentaron grandes como Leopoldo Lugones, Borges, Bioy Casares” dijo humildemente e una nota que por el 2010 le realizó el cronista de Infosur. Pero lo logró.

Los cuentos con sentido de Pancho Aquino

A los adultos les cuesta entender las cosas sencillas y profundas. Por eso, quizás, fueron los niños los que abrazaron la obra de Pancho Aquino. Aunque él insistía en que escribía para todos. “Cada uno de nosotros tenemos un niño interior. Los chicos en las escuelas me encasillaron como escritor de libros para ellos, porque tomaron mis libros, los leyeron, y me empezaron a llamar. Pero no estoy de acuerdo cuando me encasillan como el mejor escritor infanto juvenil, porque yo escribo para todos, porque las personas tenemos sentimientos y tenemos siempre un niño adentro” explicó en aquel diálogo.

Todos los cuentos, lecturas, frases y poemas de Pancho tiene una enseñanza, los cuales en los tiempos que corren son muy bien recibidos por los docentes de los distintos ciclos de la educación, y ni hablar de los más pequeños que encuentran en los libros de Aquino esa historia que los atrapa.

El amor por los mates de Pancho Aquino

Pancho Aquino no solo se interesaba por recuperar los valores a través de sus libros, sino que se reconocía un fanático de los mates. Y lo demuestra en su frase “Amor de Madre” donde manifiesta que “Los mates amargos de mi madre…son los más dulces de mi vida!”, pero también lo muestra en sus dos mates gigantes, uno de los cuales lo acompañaba a las ferias del libro que visitaba en el interior del país.

Perfil de un escritor: de Florencio Varela para todo el mundo

Francisco “Pancho” Aquino escritor y poeta, nacido en Berisso, el 14 de noviembre de 1939. Desde los 8 años vivió en Florencio Varela, su infancia fue en el barrio La Colorada y estudió en la Escuela 3 de ese vecindario.

Tenía 82 años y había estado internado con un ACV. Así lo había comunicado a través de las redes sociales. Actualmente vivía en el barrio varelense de Altamira. Tenía un hijo el cual le dio un varón y tres nena como nietos.

En su vasta trayectoria ha recibido numerosos premios y distinciones, entre las que se destacan: Emblema Municipal por Labor Literaria de Florencio Varela, Premio al Mérito Miguel de Cervantes Saavedra de la Asociación Española de Quilmes, Visitante Ilustre de la Ciudad de Berisso, Faja de Honor de la Sociedad Argentina de Escritores SADE, la Asociación de Entidades Educativas Privadas Argentinas le otorgó el “Premio a la Excelencia en Arte y Cultura 2005”. En el 2006 recibió el Premio San Juan Bautista de Florencio Varela, y otros tantos en distintas partes del país.

Varias bibliotecas llevan su nombre, ejemplo en la escuela Nº 29, la del Jardín Municipal Nº 12 ambas de Varela, en Berazategui la del Jardín Ángel Custodio y la de la Escuela Nº 9 . También en Belén de Escobar,  biblioteca de la E.G.B Nº 15.

A los 53 años y trabajando en un aserradero de Quilmes en 1992, Francisco Aquino tuvo un llamado divino. Escribir. Fue un poema, “Añoro”, que trata sobre su niñez. Aquella de los pantalones cortos y andar descalzos por las calles de tierra de La Colorada en Florencio Varela, el barrio que lo adoptó a los 8 años, cuando vino de Berisso junto a sus padres. Fue un despertar al mundo mágico de las letras. Desde entonces vendió miles de ejemplares y sus obras se tradujeron a cinco idiomas.

Ese poema fue incluso convertido en canción por uno de los más grandes referentes populares de la canción autóctona, Argentino Luna, que lo presentó en sociedad en el Festival de Jesús María rondando el 2010.

“Jamás pensé que iba a ser escritor. Y después me vi firmando libros en ferias, sentado al lado de grandes escritores” recuerda en una entrevista con Infosur. “En mi infancia andaba descalzo con pantalones cortos y jamás me había puesto a soñar en estar sentado en donde se sentaron grandes como Leopoldo Lugones, Borges, Bioy Casares” dijo humildemente e una nota que por el 2010 le realizó el cronista de Infosur. Pero lo logró.

Murió a los 82 años luego de sufrir un ACV y contagiarse coronavirus en una clínica.


(fuente: de infosurdiario.com.ar)
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