viernes, 30 de junio de 2023

Reflexiones: ¿Y después qué?

 

¿Y después qué?

Cuando una es niña, va contando los años para saber cuánto falta para tomar la primera comunión, o para el próximo cumpleaños, o para la fiesta de quince, o el viaje de egresados. Quizá cuenta los años para saber cuánto falta para volver a aquella playa donde disfrutaba tanto la arena y los juegos con primos y amigos.

Luego, se cuentan los años, para saber cuánto falta para tener un novio o una novia (aunque eso jamás se sabe), o para casarse, luego para tener hijos , para conocer al actor o actriz que admiramos, para recibir un título, para comenzar el primer trabajo, para cambiar ese trabajo por otro mejor. O quizá contamos años para saber cuánto falta para jubilarnos, para poder terminar de pagar el departamento o la casa, para hacer ese viaje soñado a otro país.

Muchas veces en lugar de años, contamos días, para cobrar el próximo sueldo, para recibir alguna visita esperada, para festejar un nuevo cumpleaños, o un aniversario. O podemos contar semanas, para ver cuánto queda del mes, que se hizo larguísimo.




¿Y después qué?

Cuando llegamos por fin a ese día, semana mes, año esperado, ¿qué pasa con nosotros? Comenzamos a contar nuevamente para llegar a otras cosas o situaciones.

Y la vida sigue, con más gente conocida, con menos gente amada, que se fue, que se alejó de nosotros o que dejó de estar en este mundo.

La vida sigue, con sus interrogantes, con sus inesperados momentos, felices y no tanto. La vida continúa para que sigamos contando días, horas y meses, años y más…

Aprender a disfrutar de los momentos pequeños, es lo que realmente debería interesarnos, y no estar siempre pendientes de “lo que falta para…”.

Porque un día cualquiera, de un mes cualquiera, de un año cualquiera, nos daremos cuenta que la vida pasó, tan rápido como ese tren que una vez no paró en la estación y fue hasta la terminal.

Pasó tan rápido que conocimos a quien hoy amamos y si tuvimos suerte, también nos ama; tomamos la comunión, o hicimos el Bar mitzvah, en tal caso, cumplimos quince años, fuimos mayores de edad, aprendimos a conducir, pudimos viajar aunque sea una vez, conocimos a ese actor o actriz que nos volvió locos, comenzamos y dejamos muchos trabajos, conseguimos o no un título, nos casamos, o no, fuimos felices o no, trepamos aquella montaña o nos tiramos desde el paracaídas, navegamos en un rápido o simplemente disfrutamos de un atardecer.

La vida es eso. Vivir. La vida pasa mientras estamos distraídos, mientras esperamos a que pasen cosas y no notamos que esas cosas nos están pasando.

Hay que sentarse, mirar alrededor y ver qué cosas de la vida ya pasaron y no nos dimos cuenta. Qué cosas están por venir, que seguramente llegarán sin avisarnos.

La vida es poder disfrutar de los pequeños instantes que hacen que nuestra vida, sea eso, nuestra. Nadie más que nosotros la podrá vivir. Nadie más que nosotros sabe cuánto hizo para que esa vida sea como es.

Vivamos, disfrutemos, sigamos su recorrido sin esperar a lo que pasará. Lo que salió mal, ya salió mal. No tiene arreglo. Solamente podemos aprender de eso y no repetir el error.

Para sentirse vivos, simplemente hay que estarlo.

©Silvia Vázquez

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