El 21 de marzo
se celebra el Día Mundial de la Poesía, con el objetivo de apoyar la diversidad
lingüística y dar la oportunidad a las lenguas amenazadas de ser un vehículo de
comunicación artística en sus comunidades respectivas.
La UNESCO
adoptó por primera vez el 21 de marzo como Día Mundial de la Poesía durante su
30ª Conferencia General en París en 1999, con el objetivo de apoyar la
diversidad lingüística a través de la expresión poética y fomentar la
visibilización de aquellas lenguas que se encuentran en peligro.
Por eso, este
día especial merece que publiquemos una de las poesías que me llegó al alma, y
por la cual decidí sentarme e intentar escribir alguna vez, hace tiempo, un
poema:
“Poema
20” de Veinte poemas de amor
Puedo
escribir los versos más tristes esta noche.
Escribir,
por ejemplo: «La noche está estrellada,
y
tiritan, azules, los astros, a lo lejos.»
El
viento de la noche gira en el cielo y canta.
Puedo
escribir los versos más tristes esta noche.
Yo
la quise, y a veces ella también me quiso.
En
las noches como ésta la tuve entre mis brazos.
La
besé tantas veces bajo el cielo infinito.
Ella
me quiso, a veces yo también la quería.
Cómo
no haber amado sus grandes ojos fijos.
Puedo
escribir los versos más tristes esta noche.
Pensar
que no la tengo. Sentir que la he perdido.
Oír
la noche inmensa, más inmensa sin ella.
Y
el verso cae al alma como al pasto el rocío.
Qué
importa que mi amor no pudiera guardarla.
La
noche está estrellada y ella no está conmigo.
Eso
es todo. A lo lejos alguien canta. A lo lejos.
Mi
alma no se contenta con haberla perdido.
Como
para acercarla mi mirada la busca.
Mi
corazón la busca, y ella no está conmigo.
La
misma noche que hace blanquear los mismos árboles.
Nosotros,
los de entonces, ya no somos los mismos.
Ya
no la quiero, es cierto, pero cuánto la quise.
Mi
voz buscaba el viento para tocar su oído.
De
otro. Será de otro. Como antes de mis besos.
Su
voz, su cuerpo claro. Sus ojos infinitos.
Ya
no la quiero, es cierto, pero tal vez la quiero.
Es
tan corto el amor, y es tan largo el olvido.
Porque
en noches como ésta la tuve entre mis brazos,
Mi
alma no se contenta con haberla perdido.
Aunque
éste sea el último dolor que ella me causa,
y
éstos sean los últimos versos que yo le escribo.
Pablo Neruda.
©Silvia Vázquez
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