viernes, 15 de noviembre de 2019

Montevideo y mi libro



El jueves 7 de noviembre, invitada por AUDE (Asociación uruguaya de escritores), presenté en el Ateneo de Montevideo, mi cuarto libro “Aceptalo, tenés 50!”. En un ambiente de arte puro y letras, luego de una disertación sobre la obra “El pozo” de Juan Carlos Onetti, por parte del escritor Daniel Abelenda.

                         

                   




El Ateneo de Montevideo es una institución cultural uruguaya. Ubicado en la Plaza de Cagancha, en pleno centro de Montevideo, fue fundado el 3 de julio de 1886 como resultado de la fusión de la Sociedad Universitaria y el Ateneo del Uruguay.

                                    


El 18 de julio de 2000, se conmemoraron los 100 años de la inauguración del Edificio Sede del Ateneo de Montevideo (Plaza Cagancha 1157).

Para la ocasión, se dispuso durante todo el día, la colocación en el hall de la institución, de un Libro de Honor para que todas aquellas personas que lo desearan, concurriera a firmar y dejaran su testimonio de adhesión a la institución.

Se realizaron una serie de actos conmemorativos y se acuñó una medalla conmemorativa.
Se siente una enorme emoción traspasar sus pesadas puertas y encarar la escalera que se bifurca donde se exhiben retratos y bustos.


La escritora española residente en Montevideo,Rosa Jurado, fue la encargada de la entrevista, y ha leído minuciosamente el libro para ello. Los comentario del los asistentes fueron muy buenos.




 Recuerdo el último, de una señora que me expresó” Si, este es un libro de autoayuda, no sabe a cuántas mujeres les sirve lo que usted escribió ahí!”

         

Agradezco a quienes me conocieron en mi visita en el mes de junio y estuvieron presentes allí.

Autoridades de AUDE


               

                                                    


Con Rosa Jurado

                              
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Al día siguiente, invitada por la Presidenta de UMECEP Uruguay y de Versos compartidos, la Sra Sandra Blanco, también se presentó mi libro en el salón Maestro Julio Castro de la Biblioteca Nacional , donde además se proyectó un video sobre el libro y se leyó uno de los poemas del final. Todas las actividades desarrolladas en el salón y en AGADU el día anterior, fueron declaradas de interés cultural por el Ministerio de Educación y Cultura  y  por el  Ministerio de Turismo ,de interés turístico cultural. 

Se agradeció al  Municipio de la Ciudad de la Paz y al Municipio b de Montevideo por el apoyo. Antonella Rivas,  nos encantó con su baile, Robert Reys que llegó desde Melo, Departamento de Cerro Largo para acompañarnos con la alegría de su canto, y Beto Serrano que llegó desde Mercedes, Departamento de Soriano para regalarnos el romanticismo de su voz.

Recibí también mi diploma de participación en la Antología "Rompamos las cadenas de la desigualdad", que e entregó el jueves 7 en AGADU.

                              
La Biblioteca de Montevideo:

 El 4 de agosto de 1815, el presbítero Dámaso Antonio Larrañaga envió una carta al Cabildo en la cual proponía suplir con buenos libros la falta de maestros e instituciones.
Planteó la necesidad de crear una biblioteca pública donde pudiesen concurrir los jóvenes, y todos aquellos que quisieran acceder al saber.

El propio Larrañaga se ofrecía para desempeñar la función de director, y solicitaba un edificio para instalarla, a lo que responde José Artigas: "...yo jamás dejaría de poner el sello de mi aprobación a cualquier obra que en su objetivo llevase esculpido el título de la pública felicidad. Conozco las ventajas de una biblioteca pública y espero que V.S. cooperará con el esfuerzo e influjo a perfeccionarla coadyuvando los heroicos esfuerzos de tan virtuosos ciudadano...".

José Gervasio Artigas, nuestro héroe, quien se hallaba en el Campamento de Purificación, cursó una nota fechada el 12 de agosto de 1815 al Cabildo.
En la misiva daba el visto bueno para que se procediera a la creación de aquella primera Biblioteca Pública.

El 28 de agosto del mismo año, Artigas le escribió a Larrañaga transmitiéndole su convencimiento sobre la utilidad de la iniciativa:"...y su esperanza de  que el Cabildo continuará con cuanto Ud. juzgue necesario para su mejor adorno y pronto arreglo."
Un aporte interesante para dotar de libros a la nueva biblioteca, llegó a través del legado del presbítero José Manuel Pérez Castellano, ilustre ciudadano fallecido el 5 de setiembre de 1815, quien legó un importante acervo bibliográfico. A esta donación se sumaron los libros aportados por José Raimundo Guerra, los padres franciscanos y el donativo del propio Larrañaga quien ya poseía en aquella época una vasta colección.

La primera Biblioteca Pública fue instalada en los altos del fuerte de Montevideo, actual Plaza Zabala. El presbítero Larrañaga en su carácter de director, pronunció la "Oración Inaugural", donde expresó: Fuerte de Montevideo. Primer edificio de la primera Biblioteca Nacional, fundada el 26 de mayo de 1816.

"Una biblioteca no es otra cosa que un domicilio o ilustre asamblea en que se reúnen, como de asiento, todos los más sublimes ingenios del orbe literario o por mejor decir, el foco en que se reconcentran las luces más brillantes que se han esparcido por los sabios de todos los países y de todos los tiempos. Estas luces son las que el ilustrado y el Gobierno vienen a hacer comunes a sus conciudadanos."

Artigas, sensible a la repercusión pública del hecho, dispuso que el 30 de mayo el santo y seña de su ejército en Purificación fuera:

"Sean los orientales tan ilustrados como valientes".



                                                   

Luego de tantas emociones, recorrimos gran parte de la ciudad junto a Niza Todaro, Secretaria de AUDE y regresamos a casa el domingo 10. Gracias a Niza también por los señaladores y los programas que  preparó

                                                  

                                       

Agradezco a todos quienes de una u otra manera fueron parte de esta hermosa experiencia, de poder “salir” del país con mi libro, de recibir enorme cantidad de halagos, de la calidez y amistad de los uruguayos en general, y en especial de Niza, Amalia y José, quienes fueron nuestra compañía esos 5 días inolvidables.

 





 Queda la esperanza de volver pronto y sentirnos como en casa.


©Silvia Vázquez
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