Abrieron las puertas. La alfombra roja recién colocada,
esperaba a caminata hacia el altar. Ella miró atrás y vio el auto rojo detenido
y la puerta delantera abierta. Soltó de la mano a su padre y corrió. El tul del
vestido blanco quedó enganchado en un rosal que adornaba la vereda de la
iglesia.
©Silvia Vázquez
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