Sinfonía mayor. Primer Premio Poesía. Concurso Nacional 2009. Editorial Ruinas Circulares
Andante cantábile
“Hay una cosa en el mundo que es la mirada. Mi madre lo decía. No es lo mismo una mujer mirando unas rosas que una mujer mirando los muslos de un hombre”
NO HAY TIEMPO PARA UNA MUJER.
Sólo urgencia.
Clamor de la sangre de Eva,
sedienta del otro ardor.
Un viento afiebrado
incendia los valles del cuerpo.
Arrasada por el fuego,
apaga su sed
el otro fuego.
LA MÚSICA,
cascada del tiempo,
es el agua que calma la sed de otro.
UNA MUJER DESNUDA DE CARICIAS
se entrega a la música,
respira la alegría del quizás.
Quizás sus pechos lo llamen,
su cuello lo incite,
su cintura lo tiente.
Esconderá el secreto
de la siesta anhelada
el cuerpo hecho melodía.
EL CUERPO
de una mujer,
marca
de lo imborrable.
Huella
hecho de huellas
perdidas,
conocidas,
susurradas,
olvidadas,
amadas.
ADÁN
se cuenta,
encuentra,
insiste,
existe.
Desenlaza a la infamia
con las ausencias
esencias
de un ayer
transmutado en hoy.
EVA,
alegría,
ondulación de notas.
Cada día se desliza
en el ritmo del silencio,
en las variaciones del tiempo.
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