Pueden leer la primera parte clickeando aquí:https://lasmusasdespiertas.blogspot.com/search?q=sebreli&m=1
Juan José Sebreli, en su tarea de refutar y desmitificar las pseudociencias y el irracionalismo, también se ocupa del psicoanálisis; analizando su contenido, características y las personalidades más influyentes dentro de dicha disciplina.
El periodista rosarino Norberto Moretti dice jocosamente que Sebreli "le cortó la cabeza" a Freud...jeje... sin embargo veremos que el "corte" es "parcial"....jeje... si se lo compara con otros pensadores a los que "atendió" Sebreli...jeje
¿El psicoanálisis entra dentro de las corrientes irracionalistas o no? se pregunta Sebreli, y luego comenta: -El caso de Freud es muy contradictorio, muy ambiguo.
Afirma Sebreli que el único filósofo que leyó Freud fue Schopenhauer. Las principales ideas del psicoanálisis freudiano -explica Sebreli- están en Schopenhauer: la idea del inconsciente moviendo a la voluntad consciente, manejando a la voluntad consciente; la idea de los sueños, la interpretación de los sueños como expresión latente; la interpretación de los chistes. Por primera vez se habla de la sexualidad: la sexualidad es el motor del mundo; la filosofía, el arte, los sentimientos, están determinados por la sexualidad. El propio Freud reconoce a Schopenhauer como su antecesor. En "El mundo como voluntad y representación" de Arthur Schopenhauer está todo -concluye Sebreli-. En este punto Sebreli menciona que uno de los escritores que más recibió la influencia de Schopenhauer fue Jorge Luis Borges.
Para Sebreli Sigmund Freud es una mezcla rara y contradictoria entre un hombre de ciencia y un romántico. En Freud están la influencia de su carrera de médico y de estudiante de biología influido por las ideas positivistas y cientificistas de su época - por un lado- y por otro lado la influencia que tuvo de sus lecturas literarias, de las lecturas de los románticos; y fundamentalmente de su maestro de pensamiento que fue Schoppenhauer, y un poco también Nietsche -que eran todo lo contrario a lo anteriormente mencionado-. Por dichas lecturas -de esa mezcla, de esa ambigüedad (nunca resuelta en el psicoanálisis freudiano), por esas dos influencias contradictorias que tiene Sigmund Freud: romanticismo y ciencia- es que a Freud -dice Sebreli- no podemos ubicarlo netamente ni dentro de la corriente racionalista ni dentro de la corriente irracionalista. Por ello Sebreli afirma que Freud es una rara mezcla entre un poeta romántico y un positivista
En dicha categoría ambigua de personalidades racionalistas-irracionalistas Sebreli ubica a Jorge Luis Borges y también al filósofo Jean Jacques Rousseau.
Explica luego Sebreli que en la famosa frase de Freud "-Donde está el Ello debe estar el Yo": Por "Ello" entenderíamos lo inconsciente, lo irracional. -comenta Sebreli-, y por el "Yo" entenderíamos lo racional, lo consciente. Evidentemente aquí Freud piensa como un racionalista: Es la idea de que "Hay que iluminar la zona oscura de la condición humana" - concluye Sebreli-. Sin embargo Freud desata fuerzas que después no puede controlar y hay toda una línea psicoanalítica que sí entra abiertamente en el terreno del irracionalismo. El primero es un discípulo directo y amado de Freud: Ernest Jung; quien toma el aspecto irracionalista de Freud y deja de lado el aspecto racionalista. En Jung el inconsciente ya no es una zona que hay que iluminar con el foco de la razón, el inconsciente es la fuente de toda sabiduría, y la conciencia no es mas que una deformación, no es más que ilusión y engaño -algo que estaba un poco en el pensamiento de Freud pero que él no desarrolló. Freud se quedó en la mitad del camino, quedó siempre fluctuando, Jung No, Ernest Jung abre la línea irracionalista del psicoanálisis, desarrolla abiertamente los aspectos latentes irracionalistas del freudismo. Al desarrollar los aspectos más irracionales del psicoanálisis freudiano, Jung -dice Sebreli- llega a grados de irracionalismo total pues llega a reivindicar el esoterismo, la astrología y hasta la alquimia. Es lamentable el psicoanálisis mezclado con el esoterismo -expresa Sebreli-.
En su momento el surrealismo adhirió al psicoanálisis; pero fue un amor no correspondido -expresa Sebreli- ya que Freud los rechazó, los consideró una cosa extravagante y que no tenían nada que ver con su doctrina. Aquí Sebreli emplea una categoría sociológica pues considera a Freud un conservador, un victoriano.
El verdadero fraude del psicoanálisis fue Jacques Lacan -afirma Sebreli- y también comenta Sebreli que el psicoanalista Jacques Lacan tiene mucho más de Jung que de Freud. George Bataille, un pensador surrealista marginal, fue una influencia decisiva en Lacan; pero con Lacan el psicoanálisis involucionó; Freud es más avanzado,dice Sebreli. Los desvíos, los extravíos teóricos del psicoanálisis constantemente han sido mencionados; entonces podemos ver que Sebreli realiza sus observaciones desde el punto de vista de un pensador racionalista. Sebreli rescata y reivindica a Freud: Por sus aspectos racionales y por su actitud racionalista; pero Lacan no es rescatable, está decididamente dentro del pensamiento irracionalista. Lacan es el sepulturero del psicoanálisis -concluye tajantemente Sebreli-.
Observamos que Juan José Sebreli en sus comentarios trata con mucha severidad y dureza a Jacques Lacan. Ésta temática generó consecuencias en el ámbito cultural argentino, pues marcó una gran divergencia, una separación intelectual entre Sebreli y su gran amigo y condiscípulo Oscar Masotta (introductor de Lacan en la República Argentina). Juan José Sebreli junto con Oscar Masotta y Carlos Correas habían sido "el trío más mentado" de la movida filosófico-cultural de la calle Viamonte en la Ciudad de Buenos Aires.
Sebreli sobre la idea de Inconsciente
Los románticos descubren la idea del inconsciente -explica Sebreli-. En Los poemas románticos de Novalis por ejemplo. Allí aparece la idea del inconsciente contrapuesto a la conciencia: el saber y la verdad no hay que buscarlos en la conciencia, no en el pensamiento reflexivo sino en el inconsciente Incluso el inconsciente colectivo, ese concepto junguiano, va a estar en muchos de los poemas románticos.
Para Freu el inconsciente era siempre un inconsciente individual, Jung convierte el inconsciente individual en un inconsciente colectivo, que es como el receptáculo de toda la sabiduría, de todo lo positivo, de la verdad, el bien y la belleza. Digamos que para Freud -afirma Sebreli- el inconsciente estaría como lleno de monstruos que hay que tratar de exorcizar; mas para Jung el inconsciente estaría lleno de tesoros: sería como una gruta llena de tesoros que, por el contrario, hay que rescatar.
Sebreli, siempre atento a los pensadores argentinos, coincide con varias de las observaciones del filósofo Mario Bunge, quien es el crítico más severo del psicoanálisis en la República Argentina. Sobre la afirmación de Bunge de que "el psicoanálisis y la astrología son similares" Sebreli toma con humor dicho comentario, menciona que lo admira mucho diciendo que es uno de los pocos pensadores argentinos, aunque considera que Bunge es un poco exagerado y un poco dogmático.
Sebreli explica que Freud, descubrió algunos aspectos de la condición humana que han enriquecido el conocimiento. Ejemplos: el complejo de edipo (que ya se decía antes), o la importancia de la sexualidad en toda la vida humana, son aspectos, iluminaciones que Freud ha dado y que son rescatables. Sin embargo, no hace falta ser un científico; por ejemplo un gran novelista como Proust, en el siglo 19, ha descubierto algunos aspectos de la psicología humana que son muy interesantes, y nadie pretende que Proust sea un científico.
El psicoanálisis ya llegó a un callejón sin salida -afirma Sebreli-: el psicoanálisis como modelo científico no es válido por algunas características que ya Bunge observó. Sebreli coincide con Mario Bunge en que el psicoanálisis no es una ciencia. Como terapia -explica Sebreli- el progreso irresistible de la psicología científica con la farmacopea y demás, hace que nadie recurra más al psicoanálisis -con esas terapias interminables y que nunca se llegaba a nada-. El psicoanálisis ya dio todo lo que podía dar; involucionó y llegó a un callejón sin salida -expresa- y Sebreli pronostica (a finales del siglo 20) que el psicoanálisis en el siglo 21 va a ser una cosa exótica...salvo que surja de pronto alguna escuela nueva.
Dice Sebreli que lo criticable del psicoanálisis no está en haber descubierto y, haber marcado la importancia fundamental que tiene el proceso del inconsciente, el problema es cuál es la concepción del psicoanálisis sobre lo inconsciente.
Explica Sebreli: -Un racionalista diría (aunque parezca una tautología): Lo inconsciente es lo no consciente; que desde luego no conocemos y que debemos conocer.
El psicoanálisis no cree eso; ellos creen -dice Sebreli- que lo inconsciente es una cosa , que es algo que existe fuera, y que nos está determinando desde afuera -y más todavía Jung- pero aún Freud. La idea de que el inconsciente es como una cosa, como una sustancia que determinaría al hombre.
En cambio para un racionalista existen cosas, hacemos cosas de las que no somos conscientes...tenemos que ser conscientes -dice Sebreli- pero esas cosas están en nosotros mismos. Es la idea de que la psiquis humana estaría dividida en capas. Por eso es que al principio en los primeros tiempos del psicoanálisis no se decía la palabra inconsciente, se decía subconsciente, se hablaba de subconsciente, y eso justamente se adecuaba más a la idea de capas; porque el subconsciente da la idea de un sótano, la idea de algo, de una zona topográfica, un lugar donde están metidas todas las cosas inconscientes,
Gramaticalmente habría una diferencia entre el inconsciente y lo inconsciente. "El inconsciente sería la concepción de que el inconsciente sería una cosa separada de lo consciente. "Lo" inconsciente, en cambio, no es una figura autónoma - aparte- sino que al menos tiene un lugar determinado -como una especie de sótano- en la psiquis. Acota Sebreli -paradójicamente- que la idea de sótano es muy junguiana, una cueva dentro de nosotros mismos, donde estaría lo realmente valioso, la idea topográfica de sótano o cueva donde estaría lo más valioso.
Los racionalistas, por lo tanto, deben hablar de "Lo" inconsciente -concluye Sebreli
-Alberto D. Kloster-
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