La escritora de la legendaria Revista Humor y tantos libros para mujeres, esta vez se dedicó a escribir sobre su madre. Como siempre en un típico tono alegre y distendido, Ana hace de las suyas, cotado las “andanzas” y “ocurrencias” de su mamá, con Alzheimer. Con autorización de la autora, dejo para ustedes un párrafodef esta creación y si quieren seguir riendo, lo pueden pedir al mail que figura abajo, ya que está solamente en PDF:
Fragmento del
libro "Mamma Mia", en venta en pdf via anavon@hotmail.com:
"Es verano y lo único que quiere que le lleve son
cerezas, que se las come de un bocado. Así que paso todos los días con un
cuarto kilo de cerezas que le paso por la ventana del geriátrico, que da a la
calle. De cualquier otra cosa que le lleve, se queja.
De las cerezas no. El domingo no tuve ni
un momento para ir . Se vienen las fiestas, y ella todos los días me pregunta a
que hora la paso a buscar para pasar Nochebuena en familia . Se le metió eso en la cabeza porque decoraron el
geriátrico de Navidad con arbolito y
guirnaldas, y eso altera a todos los viejitos. Trae recuerdos de Navidades
infantiles y felices. En mi
familia, hace quince años éramos entre
30 y 35 a la mesa en Nochebuena,
y se festejaba siempre en mi casa. Ahora quedamos tres. Entre peleas
familiares, tías que se volvieron ancianas , primos que antes eran niños y hoy
se casaron y se fueron a vivir lejos , o que festejan en la casa de los
suegros…ya no queda nadie para festejar nada en familia. Pero mi mamá insiste en estar en la cena familiar. Es gracioso, porque en estas fechas todo el
mundo se estresa por la obligación de ser felices. La mitad del planeta se
entristece por las navidades tristes que tenían en sus infancias pobres cuando
no había plata para regalos ni comida fastuosa,
la otra mitad se apena porque ya no hay más Navidades felices
con toda la familia comiendo a lo bestia y pudiendo comprar regalos para todos,
y el resto se apena por los muertos que ya no están, o los parientes ofendidos
entre sí. Todo es una Gran Pena. Pero mi mamá se quedó en el pasado, cuando
mi abuelo cantaba villancicos
alemanes ante un árbol gigante, hecho con plumas verdes e iluminado con
velitas ( no se incendió nunca de
milagro) , el pavo al horno hecho por mi abuela durante horas y el stollen que
hacia mi mama, y la campanita de bronce
que anunciaba el momento de apertura de los regalos, la banda de niños
fingiendo creer en Papá Noel , y la
visita de todos los vecinos de la cuadra a brindar después de las doce y lanzar
cañitas voladoras y encender bengalas y estrellitas. De todo eso, no quedó nada . Pero mi mamá lo
tiene presente.
Estamos en pandemia, todo restringido por el Covid 19, y en el
geriátrico no se ponen de acuerdo de que medidas tomar y me pasan info cruzada,
Finalmente, resuelven permitir visitas de
20 minutos, por turno, solo a un hijo por anciano.
O llevarse a tu viejo y
devolverlo con el test de Covid negativo. Averiguo quien hace teste el
dia 25, 26 o 27 y no hay
turnos ni lugares abiertos en esos días . Se trataría de cuidar yo sola a mi madre en casa no sé cuantos días
, para pasarlas solas en casa porque mi hijo
aún no sabe adonde va a ir y los otros dos la pasan con el padre . Una amiga me invita a su casa a una hora de
viaje, ofrece que nos quedemos a dormir
en su casa con mi madre, pero me aterra que ella al no conocer la casa se
tropiece y se lastime en la noche del
24. Consulto a todas mis amigas sabías
que ya tiene experiencia en esto. Todas me dicen que no es bueno sacar a mi mamá de noche , y
menos sin poder llevarla de vuelta al geriátrico hasta no se sabe cuando
consiga hacerle el hisopado del covid .
Averiguo entre mis colegas enfermeras y me dan
un teléfono de una enfermera que
hace el test a domicilio a un tercio de precio normal del test. La llamo
y me dice que ella tiene a la familia en
el interior, pasa las fiestas con ellos y no sabe cuando vuelve, porque
encima hay paros de trenes y de ómnibus de larga distancia. Mis amigas me
dicen que un test a un tercio de precio normal es una chantada y el resultado debe ser trucho. Mis amigas me
narran historias de viejos sacados del geriátrico para alguna reunión familiar,
que tropezaron en la noche al tratar de ir a un baño desconocido (por ya
olvidado) , se fracturaron la cadera ,
los internaron, se agarraron Covid en el hospital y murieron.
Que no la saque, que festeje otro día fuera de esta fecha. Que festeje
de día, porque a la noche los viejitos se ponen bravos y molestos, que la pongo
en mucho riesgo a mi mamá . Que no maneje de noche con ella porque la calle
está llena de borrachos. Que para que tanto lio si ella va a olvidar todo de
todos modos. Que la vez que una de ellas sacó a su madre del geriátrico para
celebrar Navidad con la familia , la madre llegó a la casa y sin saludar a nadie dijo que estaba cansada ,
se metió en la cama, y la llamaba cada dos minutos para preguntarle
quiénes eran esos que hacían tanto ruido que no la dejaban dormir, y que ella
no disfrutó ni un minuto de la fiesta para tener que ir corriendo a explicarle cien veces lo mismo a la madre durante toda la noche
. Una amiga me dijo que más allá de la
demencia de mi mamá, ella debería adaptarse igual al cambio de los tiempos: hay pandemia
y ya no hay familia con quien celebrar nada. Todo cambió . “ Ana ,parece que si
entráramos en guerra y nos estuvieran bombardeando , insistieras en que tu mamá
no se entere de que estamos en guerra. Dejate de joder. Hay una realidad .
Tienen que asumirla vos y ella”. Preparo
el vittel thoné pensando en quién carajo
se lo va a comer . Le pido a mi mamá la receta del stollen. No la
recuerda, se la pido a mi primo alemán .
Dice que compre cardamomo , queso quark, rhum , harina de almendras, azúcar
avainillada y no sé cuantas cosas más que hay en Alemania y
acá no hay o son carísimas. Me pongo a
hacer el stollen a la criolla. De última, irá todo al freezer . El
domingo a la tarde la llamo a mi madre, para disculparme por no haberle llevado
cerezas y comunicarle mi decisión. Escucho música, risas y aplausos rítmicos
- Holaaa , ¿ qué tal? ¡Acá estamos de fiesta porque
vino un genio a tocar el piano, canciones lindísimas, y estamos todos cantando y bailando jajaja!….
¡Esperá que me quieren sacar a bailar, jajaja!… .¡Me piden que corte porque vamos
a bailar , así que te dejo! …
- Dale anda a bailar , pero te quería avisar que no te
puedo pasar a buscar para Nochebuena porque el gobernador Kicillof
prohibió las reuniones de navidad
por la pandemia .
- Ah, claro, Kicillof es hijo de rusos y ellos no
festejan la Navidad.- me dice- Creo que
los rusos la festejan el 6 de enero. Me parece fantástico, menos
problema para todos . ¡Grande, Kicillof, jaja ! Te dejo porque me voy a bailar
, jaaaa. Tralalaláaa….¿conoces esta canción? ¡Es relinda! Chauuu …
Mi madre la pasa mejor que yo, en todo sentido.
©Ana von Rebeur
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Silvia Vázquez