DESEO
Lo había visto más de una vez. Estaba
ahí, como esperando que me lo lleve. Era
espectacular, iluminado de ambos lados por dos potentes reflectores, que le
daban más brillo del que tenía, y eso lo hacía aún más deseable.
Azul, como un mar repleto de cielos,
se me insinuaba todos los días que pasaba camino al colegio.
Un volado atrevido rodeaba el borde
de la falda irregular, dejando asomar la parte superior de la pierna del
esbelto maniquí.
Seguramente a mi me quedaría mejor.
Había estado matándome de hambre las últimas dos semanas para lucir estupenda
en la fiesta . Era la gran oportunidad. El estará allí…
El sábado lo tuve en mis manos ¡ No
lo podía creer! listo para ser el traje de princesa con el que había soñado.
Lo sentí tan suave en mi cuerpo, que
parecía hecho a mi medida. Tenía los breteles tan finos que casi no se sentían
en la piel.
Giré una y otra vez frente al
espejo, y después de asegurarme el último botoncito , y secar una lagrimitas en
mi mejilla, me puse los zapatos con tacos y me fui a la fiesta.
Y él…bueno…él estaba esperándome en
la puerta del salón. Me tendió su mano y subimos juntos. El resto queda para
otra historia.
©Silvia Vázquez
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