“Solo existen dos días en el año en que no se puede hacer nada. Uno se llama ayer y otro mañana. Por lo tanto, hoy es el día ideal para amar, crecer, hacer y principalmente vivir.”
Dalai Lama
Si bien, la cuarentena nos afecta a todos, no afecta a todos por igual porque para los adolescentes, el distanciamiento físico durante la pandemia, hace que el adolescente pierda un aspecto vital para desarrollarse socialmente. Es que, al ser un período sensible, el entorno social y las interacciones con los compañeros son muy importantes. También, es de suma importancia que los adultos sepan contenerlos y sean coherentes y claros con la información que dan.
También, es importante tener en cuenta que las medidas de distanciamiento físico no afectan a todos los jóvenes de la misma manera porque los que tienen buenas relaciones con los padres, pueden no sentirse tan mal como sí se sienten mal los que no tienen buenos entornos familiares.
De todas maneras, hay mucho que rescatar sobre todo el uso de las tecnologías digitales y de las redes sociales, porque pueden ayudar a mantener las conexiones sociales entre los jóvenes. Es que el uso activo de las redes sociales como enviar mensajes o publicar en el perfil de otra persona, ayuda a mantener las relaciones personales. También, van a ser una gran ayuda, las flexibilizaciones de las medidas de distanciamiento físico considerado seguro a nivel epidemiológico más la reapertura de las escuelas y de otros entornos sociales.
Por otra parte, una cosa es elegir quedarse en la casa por el motivo que sea, por ejemplo, porque tiene agorafobia u otro síntoma que al adolescente puede serle útil porque simplemente no quiere lo vean o no quiere ver a nadie y otra muy distinta la obligatoriedad de tener que quedarse en la casa.
Lo que sí es muy importante a tener en cuenta, es la irrupción del sexo, ante lo cual muchos se arreglan como pueden, a través de las fantasías, de la relación virtual o real con los amigos, o a través de algún consejo de algún referente adulto aunque siempre a escondidas de los padres. Es que la cuarentena trastrocó todo esto, sobre todo en los adolescentes por sentirse forzados a quedarse en sus casas. Es que una cosa es elegir y otra cosa es que se obligue a no salir, por miedo al contagio.
En realidad, como vimos con anterioridad, durante la cuarentena se altera el tiempo y no sólo en los jóvenes. Se trata de un tiempo que, de alguna manera, parece detenerse y obliga a no tener ningún contacto físico. Ese “no contacto” no es sin consecuencias. se detiene y, de alguna manera, obliga por temor, al no contacto físico. Ese “no contacto” no es sin consecuencias.
El insomnio o los sueños cortos, como pequeñas pesadillas, hacen que verdaderamente sea una pesadilla dormir. La angustia constante, la tristeza respecto de lo que tenía pensado hacer pero que no lo va a poder hacer, también contribuyen a que sea muy difícil conciliar el sueño.
Trastornos alimenticios
Además del insomnio y las temibles noches en vela, por causa del encierro pueden incrementarse, igual que en los adultos, los trastornos alimentarios. El problema está en que muchos padres los niegan. Algunos adolescentes se niegan a comer porque están llenos de nada, o los que la comida nunca les alcanza y con el encierro es peor.
Igual, las conductas dependen de cada adolescente. No sólo con la comida. Están los hay extremadamente obsesivos con los cuidados, muy miedosos, o sumamente arriesgados. De todas maneras, lo más es importante saber escucharlos.
Metamorfosis de la pubertad
Sigmund Freud, culmina su libro “Tres ensayos sobre la sexualidad infantil”, con “La Metamorfosis de la Pubertad”. En este trabajo explica que, con el advenimiento de la pubertad, se producen los cambios que lleva la vida sexual infantil a su conformación normal definitiva. La pulsión sexual, predominantemente autoerótica, halla ahora, debería hallar ahora, estando en cuarentena, el objeto sexual. Para alcanzarlo, las pulsiones parciales y las zonas erógenas, se subordinan al primado de la zona genital. En el mismo texto, Freud dice: “Puesto que la nueva meta sexual asigna a los dos sexos funciones muy diferentes, su desarrollo sexual se separa mucho en lo sucesivo”. “La normalidad de la vida sexual es garantizada únicamente por la exacta coincidencia de las dos corrientes dirigidas al objeto y a la meta sexuales: la tierna y la sensual”.
La palabra metamorfosis da cuenta de un cambio importantísimo en el esquema corporal. Así como la oruga transmuta en mariposa, el cuerpo del adolescente transmuta en otro que el mismo adolescente aprende a conocer. Todo sobra: los brazos y piernas más largas, con el agregado de los caracteres sexuales secundarios que, como bien dice el nombre, son secundarios porque lo esencial fue transmitido desde los primeros días de vida del sujeto.
La adolescencia, es la etapa del desarrollo en la que se presentan cambios tan grandes como difíciles de aceptar, y que son causa de la extrema ansiedad y depresión, que aqueja a muchos adolescentes.
La adolescencia, es la etapa del desarrollo en la que se presentan cambios tan grandes como difíciles de aceptar, y que son causa de la extrema ansiedad y depresión, que aqueja a muchos adolescentes.
Los jóvenes Ni, Ni
La generación de jóvenes NI-NI, NI trabajo NI estudio, hecho que se produce independientemente de la clase socioeconómica a la que pertenecen los mismos jóvenes, es un término que se emplea para referirse a los jóvenes de entre 14 y 30 años de edad que ni estudian ni trabajan, lo que produce en ellos mismos, preocupación y angustia.
Condenados por la cuarentena al ocio frustrante, casi obligatorio y angustiante, no se les ocurre, tampoco podrían. buscar un lugar en la sociedad.
Son muchos los adolescentes que transitan el aislamiento, aislándose las 24 hs., principalmente de sus padres. Es que el deseo de conservar la independencia, es muy necesario. "Para un adolescente, no salir es una privación de libertad gravísima", advirtió en un diario madrileño, Javier Urra, miembro de la Academia de Psicología de España.
Si bien los adolescentes padecen la cuarentena como todos, al no poder reunirse con los amigos es asumido como un drama para la mayoría. Pero también los padres se ven afectados por el aislamiento.
Muchos padres lograron que los hijos colaboren con las cuestiones de la casa como limpiar, ordenar, cocinar o hacer las compras, no dándole importancia a las quejas por el trabajo asignado y por la cantidad de horas encerrados en su habitación de lo cual, los padres son los primeros en quejarse.
Para muchos, la sensación en relación a sus hijos es que reclaman más privacidad que antes.
Cuestión de normas
El tema de las normas o leyes de convivencia, dividió a padres, profesores, médicos y psicólogos,
Están quienes piensan que no solo son necesarias sino imprescindibles además de tratarse de un buen momento para fijarlas y mantenerlas luego del aislamiento. Sin embargo, están los que sostienen que lo mejor es flexibilizar ciertas cuestiones relacionadas tanto con la vida familiar como vincular. En este sentido, dicen, es bueno respetar sus espacios y facilitarles que mantengan el contacto a través de las redes sociales con sus amigos.
En cambio, para el psicólogo especializado en adolescencia y familia Alejandro Schjuman, habilitar estos espacios necesarios no significa avalar "pantallas 24 horas". Es que compartir el techo con un adolescente todos los días, tiene que servir para fijar algunas pautas que trasciendan más allá del confinamiento.
Es cierto que poner límites es lo más difícil, pero hay que saber que son muy necesarios para que los choques, que son inevitables, puedan arreglarse bien, sin, que nadie quede preso del rencor ni afectivamente, lastimado. Es que si los chicos están las 24 horas del día en su habitación, seguro que en algún momento, van a salir a buscar la comida. Sin embargo, como enseguida van a volver a guardarse, la cuestión es no irritarse. Algunos padres habilitan el “room service” para evitar el conflicto, pero a mi parecer, tampoco es conveniente avalar este tipo de comportamientos.
Es que si estos tiempos extremos, son críticos para las chicas y los chicos que están confinados, porque su mundo es el afuera y, como el contacto con sus amigos es esencial, hay que aflojar la exigencia respecto de las comunicaciones virtuales porque es lo más propio que tienen.
Que van a estar más encerrados en sí mismos, es normal que pase. En cambio, hay que ponerse firmes en cuanto a los horarios, porque si no, se sienten detenidos en una eternidad infinita.
Es fundamental sacarlos de la burbuja en la que los mismos adultos los pusieron. Proveerles de un tipo de organización es esencial, aunque se enojen y traten de transgredirla,
Sin duda, el miedo a la confrontación hace que muchos padres eviten hacer cualquier pedido. Por eso, activarlos es darles una participación apreciada y necesaria en el rol familiar. Estimularlos para que se sientan útiles y hacerles saber que ocupan un lugar importante en el grupo familiar, los hace sentirse parte de algo.
Así como los adultos sufren por no saber qué pasará con sus trabajos, o cómo seguirá su vida después de la pandemia, los adolescentes también tienen esos sentimientos respecto de cómo será todo en el futuro cercano.
Ante tanta incertidumbre, los especialistas destacan que la única certeza que los adolescentes tienen es el amor de sus padres. Por eso, más allá de las confrontaciones y de los acuerdos, mostrarles que nada puede cambiar el amor que se sienten por ellos.
Quiero concluir con este pensamiento de Mario Benedetti:
"No te rindas, por favor no cedas, aunque el frío queme, aunque el miedo muerda, aunque el sol se esconda, y se calle el viento, aún hay fuego en tu alma, aún hay vida en tus sueños. Porque la vida es tuya y tuyo también el deseo, porque cada día es un comienzo nuevo, porque esta es la hora y el mejor momento".
Y esta reflexión de Kofi Annan:
“Una sociedad que aísla a sus jóvenes, corta sus amarras: está condenada a desangrarse”.
©Susana Grimberg. Psicoanalista, escritora, ensayista y columnista
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