La convocatoria, llamada "Mesa de mujeres tejiendo sororidad y re-existencia" se realizó con las voces de muchas escritoras latinoamericanas, que desde diferentes países, leyeron sus poemas
Mi agradecimiento a Masiel Corona Santos y a Ana Saavedra por la coordinación.
Los que leí yo son los siguientes:
Astillas
La mañana se había hecho tarde,
el sol, amaneció
dormido,
y la tristeza le
invadió el corazón.
El desenterró los
recuerdos del dolor
y los amontonó sobre
una mesa .
Ella vio en su boca, la
tristeza de su sonrisa.
Lo abrazó , y la fría
calidez de ese abrazo
decía todo.
Era el momento de
confesar su agonía:
El bailaba con la
música muda de su locura,
y ella lo supo.
El segundo agridulce de
las palabras,
decían que aquella
mujer era una astilla
que él nunca pudo sacar
de su corazón,
y con las manos heladas
de sudor,
le acarició el cabello,
y se fue,
lentamente a ese lugar
donde podía ser feliz,
en la lúgubre memoria
de su amor perdido.
Le dolió morir, y no de
amor…
Dualidad
Sabes que
estoy,
que sigo tus
pasos.
Ante la
luciérnaga que emana luz
a tu oscuro
rincón,me inclino.
Saboreo el
amargo dulzor de tus labios
cuando con
sincera ironía
me dicen que
me aman.
Me gustaría
abrazarlo todo,
no separar lo
correcto de lo incorrecto,
aprender a
sentirme libre
aunque esté
atrapado en tus redes
de alfileres y
esponjas.
Fingir que es,
aunque no sea,
y entrar en la
claridad de las tinieblas
para poder
comprenderte.
Así, de a poco
correr la carrera
que me lleve a
tu interior
y lograr el
objetivo final:
el premio de
no perderte
y sentirme
plena a pesar de todo.
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