viernes, 12 de febrero de 2021

Microficción

 


Vigilantes

Había tenido unos días  complicados, pero el fin de semana estuvo soleado y pude descansar, no solo el cuerpo sino la cabeza. El teletrabajo es agotador y a veces sueño con estar en una playa desierta al sol y no escuchar un solo llamado telefónico.

Lunes, 7 de  la mañana. Llamada número 3. Principio de semana:

Hola, buenos días, emergencias SUME, mi nombre es Rocío, ¿en qué puedo ayudarla?

-Buenos días, quería pedir un medico porque no me siento bien. Me duele mucho el estómago y no pude dormir nada.

-Bien, ¿tiene o tuvo fiebre, dolor de garganta, o algún síntoma parecido al covid?

-No

-Bien, podría decirme su nombre y documento por favor?

-Elena García

-Su dirección?

Un silencio.

-Señora, su dirección.

-Vos sabés dónde vivo. Me ves por las cámaras que tenés en mi casa. Yo sé que ustedes nos vigilan…

- Señora, me tiene que decir su dirección, no tengo ninguna cámara.

-Ellos nos vigilan. (Susurrando) No los ves pero ellos están esperando. Siempre esperan…

Me dio su dirección finalmente. Me quedé con una sensación extraña. Encendí el televisor y puse dibujos animados. Por las dudas, salí al pasillo. Las luces estaban apagadas, no había ninguna cámara, al menos a la vista.

(cualquier parecido con la realidad es coincidencia)

©Silvia Vázquez

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