Dormida
La lluvia se ve detrás del cristal.
Las hojas se mecen suavemente,
el árbol hamaca ramas y proyecta
siluetas en la pared.
El rocío queda atrapado
entre los blancos pétalos
de las rosas
que se pavonean
ante la noche que cae.
Yo suspiro,
miro las estrellas
y te busco.
Del otro lado del espacio
alguien me hace un guiño.
Duermo tranquila
porque sé que me cuida.
La lluvia se ve detrás del cristal.
No se detiene.
Las calles siguen húmedas,
el sonido de los autos me despierta.
La madrugada se llena de sonidos,
el amanecer se asoma
detrás de los edificios del este.
Lluvia, sueños, guiños.
Todo cae sublime ante mis ojos
que recién despiertan.
©Silvia Vázquez
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