viernes, 21 de octubre de 2022

Poema: Escape

 



La calma

se ve despejada por el grito.

Ese que duele, lastima,

penetra hasta el más mínimo

rincón del corazón.

Las caricias

se convierten en lijas

que raspan el alma

y quitan susurros.

Los golpes,

leves al principio,

duelen como la muerte misma.

Vos, sentada en esa silla

seguís ahí,

impotente, impenetrable,

convencida que todo

va a pasar.

Cada vez duelen más tus heridas

las del cuerpo,

las de la mente.


Corré, huí, aléjate

Que nadie va a atraparte.

Sola, pero sin heridas

Sola, pero entera.


©Silvia Vázquez

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